Tras 12 años de cautiverio, las FARC liberaron a un militar en Colombia

"Que asombroso es volver a ver la civilización". Así, tras más de doce años como rehén de las FARC, el sargento del ejército colombiano Pablo Emilio Moncayo describió sus primeros momentos en libertad, tras su eterno cautiverio en la selva. Moncayo fue liberado en una operación humanitaria en la que ayudó el gobierno de Brasil, la Iglesia Católica y la Cruz Roja Internacional y la senadora opositora, la liberal Piedad Córdoba.

"Quiero agradecer en primer lugar a Dios, a mi papá por su labor titánica, incansable. También quiero agradecer al señor presidente de Ecuador, Rafael Correa por ser quien solicitó un gesto de paz de parte de la guerrilla con mi entrega. Deseo también agradecer las gestiones del señor presidente de Venezuela, Hugo Chávez y al señor presidente de Brasil Lula da Silva que han hecho esto posible", dijo emocionado, enfundado en su traje de fajina.

En medio de una gran expectativa y nerviosismo, el helicóptero que trajo a Moncayo aterrizó a las 17.40 locales (dos horas más en la Argentina) cuando el sol se apagaba. Su familia no pudo contenerse y corrió hacia él. Vistiendo uniforme camuflado, Moncayo descendió del helicóptero que aterrizó en la selvática ciudad de Florencia con un semblante de calma. Incluso se preocupó por hacerles señales a sus familiares para que tomaran las cosas con tranquilidad mientras éstos corrían a saludarlo. Después todo fue algarabía.

Tras fundirse en un abrazo con sus padres y hermanas, el militar dedicó especial atención a su hermana menor, Laura Valentina, de cinco años, a quien recién conoció ayer. Ya más calmado, Moncayo contó algunos detalles de su cautiverio: "Yo sé que muchos analistas dirán que uno sale con síndrome de Estocolmo. Algunos nos catalogaban a los soldados de Patascoy como guerrilleros y eso me dolió. Yo he portado mi uniforme. Lo he vestido todos estos años. Por amor al pueblo de Colombia y a la institución a la que pertenezco", dijo.

Cumplidos 32 años, el pasado 26 de febrero, Moncayo era junto con el cabo Libio José Martínez (aún secuestrado), el rehén militar más antiguo en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Ascendido en cautiverio al grado de sargento, fue secuestrado el 21 de diciembre de 1997 cuando cientos de guerrilleros atacaron con cohetes un puesto militar de comunicaciones que protegían 32 uniformados en la cúspide de cerro entre los departamentos de Nariño y Putumayo (suroeste). Un total de 18 uniformados lograron sobrevivir al ataque y las FARC se los llevó como "prisioneros de guerra". En junio de 2000 las FARC liberaron a 16 soldados rasos que cayeron en ese ataque, junto con otros 226 militares que habían secuestrado en diferentes acciones.

La campaña que emprendió a mediados de 2007 su padre Gustavo Moncayo -un fuerte crítico del presidente Alvaro Uribe- fue quizás lo que hizo que las FARC tomaran la decisión de liberarlo unilateralmente.

Uribe saludó la liberación de Pablo Moncayo y dijo que "Colombia recibe con los brazos abiertos a quienes regresan del cautiverio y rechaza con la mayor firmeza a los secuestradores". Sin embargo, no agradeció a la senadora Piedad Córdoba, opositora a su gobierno y a quien las FARC le han entregado 13 rehenes.

Las imágenes del encuentro entre Moncayo y la misión humanitaria en plena selva fue transmitida por la cadena Telesur, con sede en Caracas, lo que generó la protesta del gobierno colombiano. A su regreso, Córdoba negó que se haya percatado en el lugar de periodistas de esa cadena.

Las FARC dijeron que con la de Moncayo se acaban las liberaciones unilaterales. Ahora pretenden llevar a cabo un canje de los 21 militares y policías colombianos en su poder por 500 de sus hombres presos en cárceles de Colombia y Estados Unidos. Tras la liberación de Moncayo, el cabo Martínez, es ahora el secuestrado más antiguo del mundo: fue retenido junto a Moncayo en diciembre de 1997 en las selvas del sur del país.
fuente, vìa:
http://www.clarin.com/diario/2010/03/31/elmundo/i-02170756.htm