No
pretendo ser el primero que se refirió a los banqueros con este
calificativo necesario y suficiente. Me parece recordar que John Kenneth
Galbraith también les llamó algo parecido en su libro “The Great Crash”
en el que relata el desastre de 1929 y la Gran Depresión. En todo caso
Galbraith cuenta que los más encumbrados banqueros terminaron en
chirona, mientras los “expertos” de Harvard hacían el ridículo más
patético. Rasgo común con la interminable crisis que se inició en el
segundo semestre de 2007: los rufianes coparon las gerencias de los
bancos privados, de las agencias de calificación, de más de algún banco
central (y no de los menores), de los organismos que supuestamente están
allí para ejercer algún control, e incluso, -la comunidad financiera no
tiene ninguna estanqueidad-, algunos gobiernos.
Bernard Madoff fue presidente del NASDAQ
en la Bolsa de New York antes de probar su extraordinaria
productividad: con su propia firma de consultoría financiera, creada en
el año 1960 con un capital de 5 mil dólares, estafó la coqueta suma de
US$ 60 mil millones. Rodrigo Rato fue Director gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI) antes de hacerse cargo de Bankia, dejar un
agujero de 40 mil millones de euros, de manipular los balances y
asegurar que el tercer banco español era “una institución sólida y
confiable”. Su sucesor en el FMI, Dominique Strauss-Kahn, ya había
estafado a la Unión Nacional de Estudiantes Franceses (UNEF) antes de
hacerse cargo de tan altas funciones. Como es sabido, terminó detenido
en New York por presunta violación, y actualmente es procesado por
proxenetismo agravado en banda organizada, violación en grupo y otros
detallitos menores. La actual Directora gerente del FMI tiene sus
propios dolorcitos de cabeza: antes de ir a Washington, y en su calidad
de Ministro de Finanzas de Sarkozy, se las arregló -pasando por encima
de la ley- para “indemnizar” con 310 millones de euros a Bernard Tapie,
otro rufián que ya había estado en prisión por corrupción. Se trataba de
pagarle el “favor” de haber apoyado a Sarkozy en la elección
presidencial del 2007. La justicia gala, que no apreció ni la premura ni
el ilegal procedimiento, investiga los hechos. Por otra parte ya he
contado que Mario Draghi, presidente del banco central europeo (BCE),
así como Mario Monti, primer ministro de Italia y Lukas Papademos,
primer ministro griego hasta hace algunas semanas, fueron todos
colaboradores del banco estadounidense Goldman Sachs, ese que falsificó
las cuentas públicas griegas. No sólo eso: Goldman Sachs ganó cifras
estratosféricas vendiendo productos financieros tóxicos contaminando el
sistema financiero mundial. En premio, el presidente del Goldman Sachs,
Henry “Hank” Paulson, fue nombrado Secretario del Tesoro de los EEUU
para hacerle frente a las consecuencias de la peor estafa de la
historia, la que había hecho él mismo. La lista de los rufianes y sus
fechorías es demasiado larga como para resumirla en una parida. Sin
embargo, merece la pena contar la última hazaña del mundillo de las
finanzas, ese que hoy en día impone sus reglas y obliga a la omertà a
los gobiernos planetarios.
Robert Diamond, Gerente de Barclays,
-una de las joyas del mundo de las finanzas-, acaba de dimitir de su
puesto. No por haberse pagado a sí mismo salarios escandalosos, lo que
desde luego hizo (en abril de este año un 27% de los accionistas votó en
contra de la política de remuneración de los ejecutivos al saber que
Diamond había recibido 25 millones de libras esterlinas en el 2011),
sino por estar implicado en una vasta manipulación de las tasas de
interés, y en particular de dos muy conocidas: el Libor (London
Interbank Offered Rate) y el Euribor. Como sus nombres lo indican, son
las tasas de interés que se cobran los bancos para prestarse plata unos a
otros en el llamado mercado interbancario (ver mi nota “¿Quién se lo
banca?”), y que determinan indirectamente las tasas de interés que
pagan los hogares y las empresas.
La prensa europea dice que “Hace año y
medio que las autoridades británicas sospechaban que la banca no jugaba
limpio, pero querían reunir pruebas fehacientes. Ahora las tienen contra
Barclays y se apunta a un banco suizo, dos grandes norteamericanos y
otro gigante británico como los siguientes en la lista”.
¿En qué consistió la estafa? Muy
sencillo: Barclays y otros bancos rufianes manipulaban artificialmente a
la baja las tasas de interés del mercado interbancario, -el Libor y el
Euribor-, para obtener dinero más barato. La prensa europea señala que
“los más perjudicados han sido los que prestan a las entidades de la
City”, antes de precisar que “Los que más han podido perder son los
exportadores de ahorro: la banca japonesa y alemana, principalmente.
También las grandes instituciones de inversión colectiva, entre ellos
los fondos de pensiones y de inversión norteamericanos…”. Un “experto”
español, -no se puede negar que en materia de estafas los banqueros
españoles saben mucho-, estima que las repercusiones del timo son
planetarias “porque este índice afecta a gran parte de las operaciones
bancarias hechas en cualquier divisa menos el euro. Es decir, a las
libras esterlinas, dólares, yenes, francos suizos, dólares australianos y
canadienses”.
Antes de presidir Barclays, “Bob”
Diamond fue profesor universitario… se ve que la calidad de la educación
mejora. Su confesión de Diamond trajo consigo la del presidente del
Directorio de Barclays, el eminente Marcus Agius, el bien nombrado. En
el Directorio que Agius presidió hasta ahora estaba Mike Rake,
presidente de British Telecom y de EasyJet, Sir John Sunderland, miembro
del equipo de polo del príncipe Charles y ex presidente de la CBI
(Confederación Industrial Británica), así como Andrew Likierman,
presidente del National Audit Office (¿porqué te ríes?) y rector de la
London School of Economics.
Desde luego ninguno de estos próceres
vio nada. Se enteraron de lo que hacía el banco que dirigían por la
prensa y, como era de esperar, no logran ocultar su indignación
indignada. Lo que trae algún consuelo es que gracias a la formación
dispensada por Likierman y Diamond a los economistas de Inglaterra y los
EEUU el brillante futuro de la comunidad financiera está asegurado.
Luis Casado
Vìa:
http://www.elciudadano.cl/2012/07/05/54602/rufianes/
http://www.elciudadano.cl/2012/07/05/54602/rufianes/
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