.
Recientemente se dio a conocer por parte de medios
de comunicación oficiales y alternativos, que la actual presidenta de
Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda, presentó una querella en la cual
demandó por difamación a un cibernauta, a quien acusa de aparentes
irregularidades en la adquisición de terrenos. La historia no termina
ahí. Un medio noticioso reseñaba las amenazas del abogado de la
Presidenta, Alexánder Rodríguez: “comentó que a quien realice un
comentario que ofenda a la Presidenta lo podrían demandar. Rodríguez
aclaró que no se trata de espionaje cibernético sino de un tema de
respeto hacia la mandataria. Vía telefónica, el abogado confirmó para
dicho medio noticioso que en su bufete hay un persona encargada de leer
los mensajes [en Internet]”.
Estas amenazas a la alibertad de expresión se suman a la creciente desconfianza del pueblo costarricense en el modelo de gestión política y gubernamentalde Chinchilla y que se expresó en las calles de diversas ciudades el pasado 25 de junio.
El país vive un clima de tensión. Han aumentado las protestas en diferentes lugares producto de los crecientes escándalos de corrupción -como el caso de la Refineria China-, el trafico de órganos, el asesinato del ambientalista Jairo Mora y los vínculos de sectores políticos-empresariales con grupos organizados del narcotráfico… escándalos de los cuales no se ha visto librada ni la mandataria ni los miembros de su gabinete.
Cabe recordar que fueron los jefes de fracción del partido oficialista quienes promovieron la conocida como “Ley Mordaza”, que provocó una serie de manifestaciones en búsqueda de su derogatoria. Las afrentas de la Presidencia de la Republica no han terminado. Menciona un ciudadano en su muro de facebook: “Este gobierno pretende gobernar sobre los decretos de una praxis política fundamentada en el miedo”
Las protestas aumentan y sus formas se diversifican. Baste la enorme silla presidencial levantada en una céntrica calle de San José para ver constara como Chinchilla está dilapidando el crédito de la institucionalidad costarricense.
Vía:
http://otramerica.com/radar/chinchilla-impone-la-ley-mordaza-desoye-la-calle/2939
Estas amenazas a la alibertad de expresión se suman a la creciente desconfianza del pueblo costarricense en el modelo de gestión política y gubernamentalde Chinchilla y que se expresó en las calles de diversas ciudades el pasado 25 de junio.
El país vive un clima de tensión. Han aumentado las protestas en diferentes lugares producto de los crecientes escándalos de corrupción -como el caso de la Refineria China-, el trafico de órganos, el asesinato del ambientalista Jairo Mora y los vínculos de sectores políticos-empresariales con grupos organizados del narcotráfico… escándalos de los cuales no se ha visto librada ni la mandataria ni los miembros de su gabinete.
Cabe recordar que fueron los jefes de fracción del partido oficialista quienes promovieron la conocida como “Ley Mordaza”, que provocó una serie de manifestaciones en búsqueda de su derogatoria. Las afrentas de la Presidencia de la Republica no han terminado. Menciona un ciudadano en su muro de facebook: “Este gobierno pretende gobernar sobre los decretos de una praxis política fundamentada en el miedo”
Las protestas aumentan y sus formas se diversifican. Baste la enorme silla presidencial levantada en una céntrica calle de San José para ver constara como Chinchilla está dilapidando el crédito de la institucionalidad costarricense.
Vía:
http://otramerica.com/radar/chinchilla-impone-la-ley-mordaza-desoye-la-calle/2939
No hay comentarios:
Publicar un comentario