1.
46 “Intelectuales” y políticos del PAN, del PRI, del PRD, de Televisa,
TV Azteca, Radio Fórmula, han publicado un desplegado pidiendo un
“gobierno de coalición” donde estén todos los políticos e intelectuales
en santa armonía siguiendo un programa capitalista que aleje el
descontento o un estallido social. Algunos se han deslindado con el
argumento de no suscribir todo. Dado que el panismo ya no podrá competir
porque no tiene precandidatos, y los tres que aparecen no hacen uno
porque la gente parece estar hasta la madre con Felipe Calderón y sus 52
mil asesinados; pero lo más importante es que el PAN demostró ser peor
que el PRI: por ser más corruptos, más incapaces y más entregados al
empresariado y al imperio. Sobre la Coalición lo que ha confesado, sobre
todo la derechista del ITAM, la señora Dresser,
es que ni Peña Nieto, menos López Obrador, deben gobernar porque es el
regreso del PRI o la instalación de un caudillo autoritario.
2.
¿Qué es un gobierno de Coalición? Respuesta burocrática: “Que nadie
pierda y que gane México”. ¿Qué parte de México ganaría en un gobierno
de Coalición si la clase política y empresarial lleva casi un siglo
coaligada sin que los trabajadores del campo y la ciudad participen
nunca? O quieren que Peña Nieto o López Obrador –en caso de ganar-
repartan los cargos como de niño escogí a mi equipo con un bate de
béisbol: uno del PRD, otro del PRI, otro del PAN, otro de los
empresarios y otro de los intelectuales para que no todos sean de Morena
o del PRI. ¡Qué chistosos políticos que quieren repetir aquellas
reuniones de la casa de Castañeda (el saltimbanqui) donde acudió Fox y
quienes serían sus principales secretarios de Estado; así como líderes
que no han dejado de estar en el pandero de la política.
¿Fue “la coalición” acaso un idea de Salinas para aglutinar “gente
nueva” alrededor de una “propuesta novedosa”?
3.
Si bien Peña Nieto –el seguro candidato del PRI- es funestísimo por
ser el candidado del Televisa y de los grandes empresarios; un poderoso
sector de la derecha –encabezada por los panistas- tienen la consigna de
que el PRI no regrese al poder porque ellos –más corruptos e incapaces-
quieren seguir gobernando. No combaten a Peña por estar al servicio de
los grandes capitalistas y ser enemigo de los trabajadores, sino porque
“no quieren que el PRI regrese al gobierno” y continúe el PAN mandando.
Lean bien a esos grandes escritores “que dicen la verdad”, escuchen bien
a los comentaristas de radio y televisión, y se encontrarán que ninguno
hace análisis de clases sociales, que nadie defiende a los trabajadores
contra la explotación, y sí todos ellos son muy chistosos hablando de
personas, de individuos, de
personajes corruptos o no, pero sin ubicarlos en el contexto de su
culpabilidad por la miseria y pobreza del 70 por ciento de la población.
4.
A López Obrador lo siguen calificando como “un peligro para México”,
por aquello que dijo con enorme claridad: “al diablo con las
instituciones” y por mantenerse durante seis años con un discurso
crítico y confrontador, así como por negarse a entrar al círculo de los
“civilizados” de la política y adoradores de Calderón, tal como Krauze,
Aguilar Camín, Dresser, Castañeda y demás de la misma calaña alineada
con Vargas Llosa y Aznar. No puedo imaginarme al “Peje” –en nombre del
“gobierno de coalición”- nombrando a estos “intelectuales orgánicos”
para que se turnen la SEP, los organismos de cultura y los negocios
millonarios de los libros de texto y las editoriales. López Obrador si
quiere ganar y hacer un buen gobierno reformista debe deslindarse de esa
nefasta influencia empresarial y de
negociantes intelectuales cuyo único objetivo es seguir haciendo
negocios con apoyo gubernamental, pero conservando su
“prestigio”.
“prestigio”.
5.
El pueblo mexicano no opina ni mucho menos se le toma su parecer porque
se le califica como profundamente ignorante. El gobierno y la clase
política –con el apoyo empresarial- hacen y deshacen de acuerdo a sus
intereses. Todas esas medidas de la reelección de diputados, senadores y
presidentes municipales y de “gobiernos de coalición” son creaciones de
la clase política, sobre todo de aquel sector que no ha podido
acomodarse sólidamente en los negocios de Estado. La realidad es que
mucho más que “gobiernos de coalición” de partidos y personalidades que
no representan a nadie, lo que se requiere son gobernantes honestos que
luchen por la igualdad de los mexicanos y por ello cuenten con el apoyo
militante de la población; para esto se requiere mucha educación
política, sobre todo, de la participación directa
de la población en la solución de sus problemas.
6.
La realidad es que la competencia entre Peña Nieto y López Obrador será
muy cerrada a pesar de que Peña contará con el apoyo total de todos los
medios de información, en particular de Televisa, y que López Obrador,
por el contrario, además de ser silenciado se buscarán todas las formas
para desprestigiarlo, tal como ha sucedido en los últimos seis años. La
competencia será radicalmente desigual en cuanto el uso de recursos
económicos: mientras Peña repartirá toneladas de cemento, láminas de
cartón, mandará construir pisos y caminos, además que usará aviones,
helicópteros, autobuses, camionetas, lujosos hoteles, Lopez Obrador
apenas podrá repartir banderitas. La realidad es que si en el primer mes
de campaña la competencia es radicalmente desigual, AMLO no debería
seguir en el juego y adoptar un plan B que
ponga en primer lugar las movilizaciones y los bloqueos.
7.
La enorme ventaja de López Obrador es que ha realizado una gran campaña
diaria durante seis años y ha organizado miles de mítines y creado
miles de comités en toda la República por cada población. Si esos
comités no son quebrados por la avalancha propagandística en todos los
medios, así como por los ricos regalos de los priístas con los que
compran voluntades; si son realmente capaces los comités para extender
su trabajo superando a los seguidores del PRI, López Obrador tendrá ya
los votos necesarios en la bolsa. Pero este es el quid de los comicios
de julio de 2012: ¿Podrá resistir la conciencia que han inyectado los
lópezobradoristas a los trabajadores después de recorrer su líder en
tres ocasiones cada uno de los pueblos de México? ¿Será suficiente para
resistir las estrategias priístas de compra
directa de líderes que durante muchos años han estado a su disposición
recibiendo buenos pagos?
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