Los tres poderes (empresarial, clerical y político) que jinetean a los miserables mexicanos
1. En la apertura ayer de la llamada Plaza Mariana, contigua a la Basílica de Guadalupe, el presidente Felipe Calderón afirmó que “los mexicanos somos guadalupanos” sin importar fe o creencias y celebró que la libertad religiosa absoluta en el país no tiene vuelta atrás. Para Calderón no hay más separación de la iglesia y el Estado. El anfitrión de la ceremonia, el cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, reunió a Calderón con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, el perredista Marcelo Ebrard, por primera vez más allá de las sesiones del Consejo de Seguridad Nacional. Carlos Slim, presidente del Grupo Carso y patrocinador de la construcción de la plaza, también fue testigo del nuevo encuentro en el que panista y perredista se dieron la mano y sonrieron entre sí en dos ocasiones ante camarógrafos y fotógrafos.
2. ¿Puede olvidarse acaso que en México tuvo que librarse la terrible “guerra de tres años” (1858-60) entre liberales y conservadores encabezados por el clero –en la que murieron miles de indígenas- para que pudieran decretarse las Leyes de Reforma que inscribieron la separación del Estado y la iglesia (1859), así como la nacionalización de los extensos territorios (más de la mitad del país) que estaban en manos del poderoso clero? Pero bastó que en 1992, con una orden presidencial –la de Salinas de Gortari- para que se restablecieran las relaciones del gobierno de México con el Estado Vaticano. La historia importó un bledo. Desde entonces México, en la práctica, ha abandonado el Estado laico y la mayoría de sus funcionarios acuden al templo como simples “ovejas del señor”, como “guadalupanos”, según dijo Calderón.
1. En la apertura ayer de la llamada Plaza Mariana, contigua a la Basílica de Guadalupe, el presidente Felipe Calderón afirmó que “los mexicanos somos guadalupanos” sin importar fe o creencias y celebró que la libertad religiosa absoluta en el país no tiene vuelta atrás. Para Calderón no hay más separación de la iglesia y el Estado. El anfitrión de la ceremonia, el cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, reunió a Calderón con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, el perredista Marcelo Ebrard, por primera vez más allá de las sesiones del Consejo de Seguridad Nacional. Carlos Slim, presidente del Grupo Carso y patrocinador de la construcción de la plaza, también fue testigo del nuevo encuentro en el que panista y perredista se dieron la mano y sonrieron entre sí en dos ocasiones ante camarógrafos y fotógrafos.
2. ¿Puede olvidarse acaso que en México tuvo que librarse la terrible “guerra de tres años” (1858-60) entre liberales y conservadores encabezados por el clero –en la que murieron miles de indígenas- para que pudieran decretarse las Leyes de Reforma que inscribieron la separación del Estado y la iglesia (1859), así como la nacionalización de los extensos territorios (más de la mitad del país) que estaban en manos del poderoso clero? Pero bastó que en 1992, con una orden presidencial –la de Salinas de Gortari- para que se restablecieran las relaciones del gobierno de México con el Estado Vaticano. La historia importó un bledo. Desde entonces México, en la práctica, ha abandonado el Estado laico y la mayoría de sus funcionarios acuden al templo como simples “ovejas del señor”, como “guadalupanos”, según dijo Calderón.
3.
¿Quién no recuerda que el presidente liberal Benito Juárez acusó
entonces al clero de dilapidar los caudales que los fieles le habían
confiado para pretender sustraerse de la dependencia de la autoridad
civil; por esta razón, apuntó el investigador González Navarro, decretó
la nacionalización de los bienes eclesiásticos del clero secular y
regular, decretándose la independencia entre los negocios de Estado y
los negocios eclesiásticos. Estas medidas llevaron a los conservadores y
el clero a solicitar la intervención europea, luego la de Francia, para
el envío de un príncipe extranjero; pero también a los conservadores
les salió el tiro por la culata porque Maximiliano, el emperador
austriaco, resultó ser un personaje con ideas liberales que apoyó las
determinaciones de las Leyes de Reforma.
4.
Durante los 35 años de dictadura porfiriana (1976-1911) la relación del
la iglesia y el Estado fue de respeto y de entendimiento. Hubo una
amplia colaboración entre las clases plutocráticas porfirianas y las
autoridades eclesiásticas. Pero poco después del triunfo revolucionario,
en el momento en que el Congreso Constituyente proclamaba en 1917 una
nueva Constitución, el clero comenzó a presionar y a inconformarse con
ella. Impugnó los artículos 3, 5, 27 y 130, porque, según su concepción,
iban contra sus intereses. A principios de 1923 fue expulsado de México
el delegado apostólico Filippo por transgredir la ley al celebrar misa
pública; luego fue enviado otro delegado, pero también fue expulsado en
1926. Así se inicia la gran “Guerra Cristera” que abarcó los años
1926-1930. “Grupos de católicos se
levantaron en armas contra el gobierno de Calles al grito de ¡Viva
Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”
5.
En 1985, el prestigiado investigador Alan Riding escribió: la iglesia
es una fuerza poderosa que no solo trabaja en el nivel de las
comunidades rurales por medio de 10 mil sacerdotes en 53 diócesis, sino
también por medio de organizaciones relacionadas con la iglesia como
serían la Acción Católica, el Movimiento familiar Cristiano y la Unión
Nacional de Padres de Familia. En las últimas dos décadas, el movimiento
conservador llamado Opus Dei ha adquirido influencia en círculos
empresariales, al tiempo que dos partidos de oposición, el Partido
Acción Nacional y el Partido Democrático Mexicano, son abiertamente
católicos… En 1976 el gobierno financió la construcción de una nueva
Basílica de Guadalupe. Tres años después (enero de 1979), el papa
Wojtyla, llegaría a México para inaugurarla. A partir de entonces
el Papa, después de derrumbar junto a Reagan y Bush padre el llamado
“socialismo ruso”, penetró a México.
6.
El gobierno de Salinas (1988-94), además de ser el eje de las
relaciones México-Vaticano, fue el impulsor de la enorme riqueza
empresarial de personajes como Slim y otros multimillonarios que hoy
están en la lista de los hombres más ricos del mundo. Fue también en ese
sexenio cuando Televisa y TV Azteca consolidó dos grandes consorcios
televisivos. A ellos, por su gran poder sobre el Estado, se les llama
ahora técnicamente en México, “poderes fácticos”. Pero no es un asunto
de personas: el multimillonario Slim, el cardenal Rivera o los políticos
Ebrard y Calderón que están en la foto, sino un problema de estructura
social en el que el capitalismo obliga a reunir a los personajes del
poder para demostrar quienes son los que mandan y quienes los que
obedecen, y en México eso ha sido siempre claro, tal como dijo
Flores Magón en 1911: Gobierno, Capital y Clero, la trinidad sombría que
oprime al pueblo mexicano.
7.
Por eso muchos investigadores y pensadores serios, comprometidos con la
lucha social se preguntan: ¿Para qué tanto sacrificio, tantas muertes
provocadas por una Guerra de Reforma que llevarían a separar a la
Iglesia y al Estado? ¿Para qué sirvió una gran revolución de 1910-17, en
que morirían cientos de miles de humildes, que llevaría a hacer leyes
constitucionales justas que no se cumplen? ¿Para qué la sangrienta
Guerra Cristera entre indígenas católicos y del gobierno si ahora juntos
–gobierno, clero y empresarios- continúan viviendo entre privilegios y
dominando a la población? El clero sabe de lo mucho que ha recuperado;
conoce muy bien la enorme fuerza con ahora cuenta, sobre todo después de
impulsar a dos presidentes panistas. Pero ahora lo que puede aplaudirse
es que ya existe una plaza más grande donde
podrán dormir en el suelo las decenas de miles de indígenas y limosneros
“guadalupanos”.
La imagen no proviene de la fuente original:
Foto Yazmín Ortega Cortés
Foto Yazmín Ortega Cortés
http://www.jornada.unam.mx/2011/10/13/
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