Patricio
Contreras, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad
de Los Lagos y vocero de la Confech, responde a la estrategia del
Gobierno de acusar que los ‘sectores más ultras’ se tomaron la Confech.
La arremetida del oficialismo es orquestada por el ministro Chadwick
desde la Moneda y convertida en reportajes por diarios como La Tercera.
En
estas últimas semanas, el oficialismo en la voz del Vocero de Gobierno
Andrés Chadwick acusa que el movimiento estudiantil ha sido tomado por
‘un sector ultra e intransigente’ y que su objetivo es la violencia. De
hecho, responsabiliza a este sector del quiebre de la mesa.
El
ministro debe reconocer que los únicos ultras que se han tomado algo,
es la ultraderecha que se tomo el Gobierno y que defiende con todas sus
fuerzas el lucro, la permanencia de la banca privada y el sistema
financiero en la Educación, defendiendo irrestrictamente los intereses
corporativos y económicos de una minoritaria clase empresarial.
Se
nos acusa de intransigencia porque rechazamos ser parte de un espacio
que valida mantener este enfermo modelo educacional y discutir en base
al acuerdo GANE que todos sabemos, es más de lo mismo con un poco más de
recursos; que por lo demás no tienen nada de histórico.
Pero,
si nosotros somos los intransigentes ¿Qué calificativo podríamos
utilizar para el Gobierno si ellos se han empeñado en conservar este
modelo enfermo?
No son sólo los
estudiantes, los que queremos hacer transformaciones de fondo, sino una
amplia mayoría ciudadana y lo recomiendan los expertos, la OCDE, UNESCO,
ONU, ahora el FMI, que no son precisamente los representantes del
Marxismo en el mundo.
Incluso hay
personajes del oficialismo que respaldan nuestras demandas como el
Alcalde de Puente Alto que bien entiende que los derechos universales no
son focalizados, dando un espaldarazo a la demanda de la Gratuidad.
Sigo con la duda ¿Quiénes son los intransigentes entonces?
Nosotros
no hemos sido precisamente intransigentes. Hemos sido claros en que la
Educación debe someterse a transformaciones de fondo. Sí somos firmes en
nuestro planteamiento y no porque nos guste que nos digan ultra o
radicales, sino porque provenimos principalmente de regiones donde se
viven las más crudas realidades en universidades públicas que reciben
un mísero financiamiento del Estado; tenemos las escuelas y liceos más
precarios; y ni hablar de la periferia o de la Educación Rural.
Es
tan grande la injusticia, que estas medidas parches no nos sirven. Este
Gobierno es insensible porque esta realidad le es ajena. No escuchan
nuestra voz, ni quieren ver esta realidad. Invito a algún personaje de
la ultraderecha a que sus hijos estudien en estas condiciones para que
de una vez por todas entiendan.
A
otro que le ha tocado ser la voz de la ultraderecha es al ministro de
Educación Felipe Bulnes, quien con su frase “con los impuestos de los
más pobres no podemos pagar la Educación de los más ricos” llega a sacar
carcajadas en el Confech.
Siempre
los que han pagado más impuestos han sido los pobres y justamente los
que se benefician son los más ricos. Lo peor de todo, que cuando se
hablaba en la mesa que sostuvimos a fines de septiembre de una Reforma
Tributaria se notaba que la ultraderecha lo mandató a evadir el tema,
porque obviamente les conviene pagar aranceles universitarios en vez de
impuestos.
Y el Presidente Piñera
dice, “Educación Gratuita para los que más lo necesitan”, cómo si esto
se tratara exclusivamente de recursos o becas. No han entendido que
nosotros estamos hablando de un derecho universal, no de un producto
del mercado; estamos hablando de un nuevo rol del Estado para con la
Educación.
Este sistema basado en la
demanda (becas), lo único que ha generado es financiamiento directo al
lucro a través de precios arancelarios desregulados y profundizar la
lógica del autofinanciamiento de las instituciones públicas que se abren
al mercado y están al borde de la privatización.
Lo
que se pide es una Educación Pública con sistema de financiamiento
basado en la oferta, que permita fortalecer estas instituciones de
propiedad pública y generadoras de bien público y así el Estado
garantice Gratuidad a todos quienes ingresen a estas Universidades.
Junto
a esto, que se regule a la Educación Privada poniendo fin al lucro;
regulando arancel (costo real, no costo de mercado), adopción de
proyecto al servicio de la sociedad y no de sus intereses particulares y
que cumplan con estándares de Calidad. Y el que no quiera, que se vaya a
hacer negocio a otra parte y los que lucraron que se vayan a la cárcel
por no cumplir la ley, como lo haría cualquier país decente.
Fernando
Rojas, Subsecretario de Educación dice: “En la Educación privada hay
estudiantes de escasos recursos y que las Universidades Públicas
representan sólo el 30% del sistema de Educación Superior”. Este es el
principal argumento de la ultraderecha para defender a la lucrativa
Educación Privada.
Compartimos el
diagnóstico, pero nosotros lo consideramos como graves síntomas de un
sistema educativo enfermo. Que hayan estudiantes de escasos recursos
pagando o endeudándose mucho y recibiendo una dudosa calidad no es para
estar orgullosos, sino motivo para curar esta enfermedad y no limitarnos
a sanar los síntomas.
Como se trata
de cambios integrales, aquí radica la importancia de los estudiantes
secundarios, con la demanda del fortalecimiento a la Educación Pública
(actualmente municipal) y con un nuevo sistema de acceso que les permita
a los estudiantes de más escasos recursos que puedan ingresar en
igualdad de condiciones preferentemente a la Educación Superior Pública.
Así se ataca la enfermedad. Para ser más audaces aún, promover la
oportunidad de migrar a los estudiantes más pobres que se vieron
obligados a ingresar a la Educación Privada al sistema Público.
Por
otra parte, que la Educación se encuentre mayoritariamente en manos del
sector privado, se debe a lo rentable que ha sido lucrar con la
Educación, y con este Estado subsidiario. Esto facilita y fomenta que
los particulares reproduzcan el modelo en favor del capital y no un
sistema público que forme ciudadanos críticos que sean agentes en la
transformación y construcción de sociedad.
Aquí
es vital la creación de una Red Estatal de Educación Superior Técnica y
el Fortalecimiento de las Universidades Públicas, por eso un Estado
Garante, que promueva la Educación al servicio de la sociedad, en miras
del desarrollo humano, la justicia y la igualdad. Eso claramente tampoco
le conviene a la ultraderecha que sólo piensa en el desarrollo
económico porque mientras exista la desigualdad actual sólo ellos se
enriquecen.
“Becas para el 40% más
pobres” esta es la más absurda mentira de la ultraderecha. Con el costo
de una carrera, sólo el 5% de los que tienen más ingresos pueden pagar
sin problemas. Entre el 40% y 95% deben pagar o endeudarse.
La
ultra derecha debiera decirle a esas familias que ganan 500 mil pesos,
que están ubicadas en el cuarto quintil (Casen, 2009) que van a tener
que seguir pagando por la Educación de sus hijos aranceles cercanos a
250 mil pesos y prevenirles que no tengan más de un hijo porque con dos
hijos en la Universidad se quedarán sin comer.
“Reducir
del 6% al 2% el interés del CAE” Ni hablar del endeudamiento y el CAE,
que la ultraderecha diga que con los impuestos de los más pobres se
pagarán las garantías a la banca privada, es decir, a los empresarios
más ricos, actualmente el Estado paga 17 millones de UF ya que para los
Bancos el CAE es un crédito de alto riesgo. Que la ultraderecha
transparente ¿Cuánto se pagará ahora por concepto de garantías?
Sobre
la violencia, han hecho un festín de los capuchas pero invitamos a la
ultraderecha a que hablen sobre represión injustificada y desmedida, que
si será recordada como histórica. Por otra lado, ¿Acaso las medidas de
Labbé no son violencia? Ni hablar del Diputado Estay, esa es la
ultraderecha, los estandartes de la violencia. Para qué vamos a hablar
de su pasado en la dictadura, entonces ¿Quiénes son los violentos?
Por
último, que la ultraderecha reconozca que nunca les ha interesado la
mesa de diálogo. Sean sinceros, les conviene sentenciar un acuerdo entre
cuatro paredes con sus amigos de la Concertación en el Parlamento, al
igual que en el 2006, eludiendo el cambio estructural. Digan que ustedes
diseñaron el quiebre de la Mesa.
La
única ultra que es intransigente, es la ultraderecha. La “ultra” de la
Confech es firme es sus convicciones y defiende un grito desesperado por
un cambio de verdad clamado por más del 80% del país. Y no va a
descansar hasta que ultraderecha que se tomó el Gobierno, que tiene un
22% de aprobación, ceda y de la mano de la ciudadanía recuperemos la
Educación Pública.
Patricio Contreras
Vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/10/11/42187/%c2%bfquienes-son-los-ultras-estudiantes-responden-a-ministro-chadwick/
http://www.elciudadano.cl/2011/10/11/42187/%c2%bfquienes-son-los-ultras-estudiantes-responden-a-ministro-chadwick/
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