miércoles, 3 de marzo de 2010

Consumidores agravan los efectos de la catástrofe por acopio innecesario de productos

Alta demanda persiste, pese a que proveedores aseguraron que cuentan con el stock para responder. La reacción es más emocional que racional y busca reducir la incertidumbre, dicen desde la psicología.  

Claudia Ramírez Friderichsen Largas filas en las bencineras y carros repletos en los supermercados -a veces más de uno por familia- son, desde el fin de semana, una imagen recurrente en la capital. Según economistas y psicólogos, estas reacciones son algo común entre la gente, debido a que el terremoto lo perciben como una "amenaza" aún presente.
La llamada "demanda stock" es un excedente que se deja por alguna contingencia y opera igual que un "superávit estructural": guardar para época de "vacas flacas".
Sin embargo, después del sábado los consumidores se han focalizado en el acopio de productos básicos, como bencinas y pan, en circunstancias que estamos lejos del desabastecimiento. Ello se sumó a las compras de las familias que regresaron a sus casas después de vacaciones y al inicio de mes, donde muchas dueñas de casa suelen reponer sus despensas.
El propio gremio de industrias proveedoras dijo el lunes que cuentan con el stock necesario para dar abasto a la demanda local.
"Es como una profecía autocumplida. Esto exacerba los sistemas de distribución y muchas veces provoca colas y desabastecimiento", explica Erik Haindl, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián.
El economista agrega que, en tanto una familia cubra su necesidad de stock y cuando la situación tienda a normalizarse, muchos podrían encontrarse con un sobreabastecimiento.
Problemas de autoridad
Roberto Méndez, presidente de Adimark GfK, hace matices y enfatiza respecto al tema que "el problema es de la autoridad y no de los consumidores".
Agrega que "ha habido un problema de pérdida de credibilidad de la autoridad por los errores que se han cometido en el manejo de esta crisis, tanto en las advertencias que debió haber recibido la población y que no recibió y después en la demora que ha habido en los suministros y en el restablecimiento de los servicios básicos".
Ésta es la razón del comportamiento "impredecible" de parte de la población de las zonas más afectadas, a juicio de Roberto Méndez. Una de las urgencias del país en la etapa de reconstrucción será el restablecimiento de la confianza de los consumidores, "aquí deben unirse tanto el gobierno que está terminando como el que está a punto de asumir", asegura.
Emoción, no razón
Desde la psicología, la explicación viene desde el área emocional."La vivencia muestra que no hay desabastecimiento. La autoridad lo dice, los dueños de supermercados lo dicen, pero esa racionalidad no converge con la emoción, que es más potente", dice Roberto González, doctor en Psicología Social de la Escuela de Psicología de la UC.
Hay otra cara de la moneda: la abstención de consumir ciertos productos considerados de lujo y de concurrir a recintos ligados a la entretención. Muestra de ello es la baja afluencia de público que hay en algunos centros comerciales de la capital.
"El centro de Santiago ha recibido una cantidad de público que podría considerarse normal y ha resultado menos afectado que comunas como Providencia, que han estado más flojas", dice Manuel Melero, presidente de la Cámara Chilena de Centros Comerciales, que agrupa a las grandes cadenas y alcanza al 90% de estos recintos en el país.
La menor concurrencia a malls y recintos de entretención se debe a que el presupuesto por estos días está centrado en cubrir los productos básicos, explica Haindl. Pero este comportamiento es a corto plazo, agrega.
También hay una razón psicológica, un mix de culpa y empatía, dice González. Las preguntas de quienes no han sido afectados son de dos tipos: ¿Cómo voy a ser capaz de ir a comprar, por ejemplo, una cartera, cuando podría donar esos recursos?
"Evidentemente que estas conductas agravan la situación, pero no se les puede echar la culpa a los consumidores. Aquí ha habido un problema de pérdida de credibilidad de la autoridad".
Roberto Méndez
Presidente de Adimark GfK.
 Cines y restaurantes: La gente no tiene ánimoOperadores de cines, casinos y restaurantes coinciden en que entre lunes y martes, la afluencia de público ha sido menor que la de una semana normal.
"Creo que nadie tiene el ánimo en este momento de festejar nada", plantea James Hughes, gerente general de Hotel W. Los restaurantes y bares del W están recibiendo por estos días principalmente a turistas y a los 185 huéspedes que se alojan en el hotel. Además, cerca del 10% de las reservas han sido canceladas. "Es un tema inmediato, que va a ir volviendo a la normalidad", agrega Hughes.
Cine Hoyts se ha tomado las cosas calma, dado el escenario que enfrenta el país, el ánimo de los consumidores y las prioridades de la compañía centradas en el bienestar de sus empleados y la seguridad de los recintos, según Francisco Schlotterbeck, gerente general de la cadena en Chile. Ayer ya tenían abiertos los cines de Parque Arauco, Huérfanos y San Agustín. Hoy abrirán los cines de La Reina (no en 100%), Maipú y Estación Central. "En Valparaíso estamos sin agua entonces no podemos abrir y en Puente Alto estamos esperando una evaluación del centro comercial", dice Schlotterbeck.
Rodrigo Guíñez, gerente general de la Asociación Chilena de Casinos de Juego, comenta que los casinos del sur están en una etapa de evaluación de sus estructuras, "en post de la seguridad de los trabajadores y de los clientes". fuente, vìa:

http://diario.elmercurio.com/2010/03/03/economia_y_negocios/especial/noticias/1A896A3B-CDBA-4CBE-8E40-36395E58324F.htm?id={1A896A3B-CDBA-4CBE-8E40-36395E58324F}

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