Varios (o todos) fuimos grabados de pies
a cabeza, registraron de esta forma nuestras zapatillas, vestimenta,
mochilas y rostros. Estaban desde la ventana de su segundo piso,
intentando amedrentarnos con sus registros audiovisuales, fueron
obscenos y nos sentimos prisioneros de ese panóptico que ideó Bentham y que a los fascistas tanto les encanta.
Ahora, la pregunta es: ¿qué hacen con
esos registros? Tratando de buscar algún reglamento o ley acerca de la
regulación de esta mala práctica, no encontré nada porque aún no lo
dictan.
Existe una mínima esfera de derechos que
deben ser cautelados, garantizados y respetados sin importar si nos
encontramos en la vía pública o en la intimidad de nuestra casa.
Tengo derecho a circular libremente por
la calle, reza la Constitución, claramente el día de hoy esa garantía se
truncó con el grosero e intimidatorio actuar de la PDI.
Seguiremos avanzando aunque toda la
institucionalidad nos registre como base de datos, aunque nos apunten
con sus armas desde el techo, aunque nos mojen y nos llenen de bombas
lacrimógenas, aunque nos golpeen en la calle cuando decidimos salir a
marchar, avanzaremos hasta el final porque, como diría Durruti:
“A nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo
en nuestros corazones y ese mundo está creciendo en este instante”.
Nicole Henríquez
Estudiante de Derecho, Uahc.
Santiago, Chile.
Foto de archivo, sólo ilustrativa
Vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/05/19/denuncian-ataque-con-lacrimogenas-al-interior-de-la-academia-de-humanismo-cristiano-2/
http://www.elciudadano.cl/2011/05/19/denuncian-ataque-con-lacrimogenas-al-interior-de-la-academia-de-humanismo-cristiano-2/
No hay comentarios:
Publicar un comentario