Acabamos de regresar de Oaxaca, cerca de la capital, Magdalena,
Ocotlán, un poblado rural que resiste a un proyecto de mina a cielo
abierto una empresa canadiense. Las minas a cielo abierto destruyen no
solamente la tierra, al agua, el aire, con el uso de químicos como el
cianuro y otros muy tóxicos, que dejan el lugar inservible para la vida.
El dinero que ganan es muchísimo: Y con él corrompen, compran, dividen,
rompen el tejido social, desgarran a los pueblos, los enfrentan entre
sí, forman grupos de choque, compran autoridades de todos niveles,
incluso a sacerdotes. El testimonio del Frente Amplio Opositor (FAO) a
la Minera San Xavier, en en Cerro de San Pedro, en San Luis Potosí, es
demoledor: Han ganado legalmente el pleito tres veces, pero no hay
gobierno, federal, estatal, municipal, ni Semarnat, ni Profepa, ni PFP,
ni Ejército, ni poder humano que cierre una mina que opera ilegalmente,
sin permisos, contra la voluntad del poblado más cercano, el afectado.
El
oro, la plata, y otros minerales que extraen, no solamente han dejado
agujeradas las tierras, han destruido el Estado: Han creado guerras
“interétnicas” en el Africa. Son una pesadilla. En la Sexta Asamblea
Nacional de Afectados Ambientales salió a colación un dato: Para el
municipio de Juxtlahuaca, Oaxaca, donde se encuentra el Municipio
Autónomo de San Juan Copala, de indígenas triquis, hay seis proyectos de
minas a cielo abierto. Con razón Ojarasca comentaba, a propósito de
Bety Cariño –asesinada por paramilitares junto con Jyri Jaakkola, cuando
una caravana humanitaria intentaba romper el cerco armado al municipio
autónomo–, que la activista de CACTUS- MAIZ formaba parte de una red
contra las empresas mineras, al igual que Mariano Abarca, asesinado en
Chiapas.
Eso ha observado el FAO de San Luis
Potosí: Donde quiera que hay proyectos mineros hay asesinatos políticos,
presos políticos, represión policiaco militar y… es apenas una parte de
lo que puede estar detrás de la violencia paramilitar en la región
triqui, en la Mixteca, en Oaxaca, en Chiapas, en Michoacán y Guerrero.
Las
organizaciones sociales del sureste, vinculadas por distintas redes
como la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP),
la Red Nacional de Resistencia a las Altas Tarifas de la Luz, e incluso
de la Otra Campaña algunas de ellas (Campeche, por ejemplo), apenas
comenzaban a articular y visibilizar una campaña nacional e
internacional por Justicia para Bety y Jyri, dos defensores de derechos
humanos asesinados en una emboscada por el grupo paramilitar priista
UBISORT, cuando la violencia que semana a semana deja su cuota de
muertos, secuestrados, heridos de bala, mujeres violadas y terror
contra el poblado y centro ceremonial triqui de Copala subió: Según un
comunicado de los triquis que apoyan al municipio autónomo, la madrugada
del lunes 13 de septiembre, “los paramilitares del Movimiento de
Unificación y Lucha Triqui (MULT) junto con los de la Unidad de
Bienestar Social para la Región Triqui (UBISORT) retomaron el palacio
municipal de San Juan Copala”.
Todo es violento:
“Desde ese momento y hasta la fecha no han cesado de disparar armas de
fuego de grueso calibre sobre nuestros compañeros que se han negado a
abandonar sus hogares”.
La comunicación de los integrantes del
Municipio Autónomo (principalmente impulsado por el Movimiento de
Unificación y Lucha Triqui Independiente: MULTI, al cual se sumaron
disidentes desprendidos de la UBISORT) dice que los grupos que los
atacan son sus excompañeros, triquis como ellos, pero opuestos al
municipio autónomo. Todo podría parecer una lucha “intestina”, entre
organizaciones de la misma etnia, si no fuera porque es conocida la
relación de los atacantes con el gobierno priista de Oaxaca, bajo cuyo
patrocinio y amparo ha corrido la sangre triqui hace días, semanas,
meses, años.
Un comunicado posterior del
Municipio Autónomo advierte que esto puede convertirse en una masacre:
“Hacemos un llamado urgente para denunciar que las amenazas de masacrar
al pueblo de San Juan Copala, sede de nuestro Municipio Autónomo, por
parte de los paramilitares del MULT (Partido Unidad Popular) y de la
UBISORT (Partido Revolucionario Institucional) comienzan a hacerse
realidad. Desde la tarde de hoy nuestros compañeros y compañeras que
permanecen en pie de lucha en nuestro pueblo de San Juan Copala nos
informan que han visto movimientos de los paramilitares rodeando cada
vez más cerca la comunidad con la firme intención de atacar de manera
armada a la población en general. Por este motivo les pedimos de la
manera más atenta permanezcan atentos a la posible masacre que se
avecina, sobre todo porque esta acción la planean los paramilitares
aprovechando los festejos que se llevan a cabo en torno al Bicentenario
de la Independencia.
“Les recordamos que son
alrededor de 50 familias integradas por mujeres, hombres, niños, niñas,
ancianos y ancianas las que permanecen bajo este riesgo latente de ser
masacrados por los grupos paramilitares que han venido agrediendo
nuestra autonomía, por ello, en este momento más que nunca, les pedimos
alcen la voz para no permitir que suceda una tragedia de la magnitud de
Acteal, en Chiapas o Aguas Blancas en Guerrero.”
No
podía quedar más clara la situación de postración colonial en el país,
nuestro carácter de Banana Republic, pues empresas que quieren oro,
plata, petróleo, electricidad a costa de la vida de los mexicanos tienen
carta abierta. Y cualquier intento de autonomía, es decir de libertad,
se puede pagar con la vida, como ocurre en la zona triqui, y como ocurre
con las autonomías indígenas y campesinas cercadas por paramilitares,
por la policía, por el ejército, con la complicidad de gobiernos de
todos los partidos, PAN, PRI y PRD.
Ahí está el
resultado de seguir apoyando a una clase política cuya verdadera función
en el poder es servir a tales intereses coloniales: Copala en manos de
paramilitares, el plantón de Copala en Oaxaca desplazado por el gobierno
priista y el de México acosado por el gobierno de Marcelo Ebrard. Ante
ello, los movimientos han contestado con cartas, pronunciamientos, como
los editores de Ojarasca, la Coordinadora de Organizaciones Sociales del
Sur de Veracruz, MAIZ y UCIZONI, pero como dijera Andrés Contreras:
Hace falta hacer algo más que el reenvío de un corro electrónico. Hoy
son los triquis de Copala, asesinados por sus propios hermanos en aras
de abrir paso a la neocolonización… mañana, todos los mexicanos
afectados ambientales, damnificados sociales, perseguidos políticos,
exiliados internos o externos, colonizados económica y mentalmente.
Por el momento, junto con las voces que ya se han alzado, decimos: ¡Alto a la masacre en San Juan Copala!
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/mexico-copala-nuestra-condicion-colonial
http://www.kaosenlared.net/noticia/mexico-copala-nuestra-condicion-colonial
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