
Vista de la colonia de Maale Adumim, el mayor asentamiento de Cisjordania (Doron B. Hesse)
Según el Ministerio del Interior israelí (en manos del partido ultraortodoxo Shas), los colonos reciben un 22% más de ayudas que el resto de ciudadanos con carencias socioeconómicas. En el último año se les asignaron 265 millones de shekels (53,8 millones de euros), el 10% de los fondos totales para desarrollo, cuando no son ni el 6,7% de la población. Todos los asentamientos tienen ayudas, incluso los más acomodados, como los de Ariel (allí vive el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, del nacionalista Israel Beiteinu) o Ma´ale Adumim, donde la renta per cápita es un 5 y un 7% superior, respectivamente, a la media nacional, de 98.699 shekels (20.053 euros, 3.900 menor a la española). Cada colono recibió 115 NIS (23,5 euros), cuando lo normal son 94 (19 euros). Los dos consejos regionales más beneficiados de Israel han sido los de otras tantas colonias: Hebrón, con 288 NIS por cabeza (58,5 euros), y el Valle del Jordán (275 NIS, 55,8 euros); el primero se halla junto a la mayor ciudad de Cisjordania y el segundo domina la mitad fértil del río, la mejor avanzadilla para controlar la frontera con Jordania. Estas medias son 17 veces superiores a las ayudas para trabajadores extranjeros, según la investigación de Yoram Ida, profesora de Política Pública de la Universidad de Tel Aviv.

Edificio en construcción en el asentamiento de Har Homa, en el sureste de Jerusalén, en noviembre pasado (D.B.H)
Desde que en 1967 el Partido Laborista (centro izquierda) impulsó los asentamientos la política de colonias le ha costado a Israel 7.500 millones de euros, “lo que ha consumido el presupuesto para educación, bienestar social e investigación no armamentística” y ha ayudado “a aumentar la pobreza, con casi un millón de personas por debajo del umbral mínimo, entre ellas, el 30% de la población infantil”, denuncia Maayan Geva, de B´Tselem, el Centro israelí de información sobre derechos humanos en los Territorios Ocupados. Esta asociación ha encuestado a los colonos y las tres cuartas partes confiesan que no se fueron allí por motivos religiosos. No. Querían una casa subvencionada y unos servicios públicos preferentes. Con la crisis azotando, no es extraño que desde 2007 se haya registrado un crecimiento anual de su población de entre el 5 y el 10%, dos veces más rápido que en el conjunto nacional.

Isaac y Esther Lorenzana, residentes en la colonia de Ariel, en el centro de Israel (M.C.R)
360.000 colonos (75%) son además ultraortodoxos, por lo que suman a las ayudas generales otras ventajas estatales. Seis de cada 10 no trabajan y se dedican a estudiar la Torá, por lo que se las pasa una pensión nunca inferior a 500 euros al mes, acumulables a las ayudas por hijos (la familia media tiene de cinco a siete miembros) y a las becas especiales para estudiar en escuelas talmúdicas. Están eximidos de hacer el servicio militar; de 1975 a 2007 las prórrogas por razones religiosas pasaron de un 2,5 a un 11%, 50.000 personas, cuatro divisiones, y eso que ellos defienden la necesidad de proteger y velar por los asentamientos con el Ejército. A su autoridad espiritual, que ha hecho ceder a los sucesivos gobiernos de Israel, hoy suman su peso político, con el Shas como tercer socio del gabinete Netanyahu (11 escaños), al frente de ministerios como Interior y Vivienda. De este último dependen las colonias, así que nadie espere un paso atrás. La congelación no ha sido más que una anécdota.
Mapa de los asentamientos
Fuente, vìa :
http://periodismohumano.com/en-conflicto/los-privilegios-de-ser-colono.html
http://periodismohumano.com/en-conflicto/los-privilegios-de-ser-colono.html
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