El Ejecutivo descarta un impuesto para las grandes fortunas y opta por introducir un nuevo tramo en el IRPF con un tipo marginal del 47%. La medida supondrá unos ingresos adicionales de 800 millones
Finalmente, el Gobierno opta
por lo más sencillo en su anunciada intención de elevar la presión
fiscal sobre los "ciudadanos con alta capacidad económica", según la
expresión utilizada en su día por el jefe del Ejecutivo, José Luis
Rodríguez Zapatero. Renuncia a crear un nuevo impuesto sobre las grandes
fortunas, a imitación del que existe en Francia o el extinto Impuesto
sobre el Patrimonio español, y planea elevar el IRPF sobre las rentas
más elevadas.
En medios gubernamentales se venía
defendiendo la creación de un nuevo impuesto que iría directamente a
gravar a los más ricos. Pero los técnicos del Ministerio de Economía y
Hacienda han desaconsejado la puesta en marcha de una nueva figura
tributaria por las complicaciones que supone. Hacienda también descarta
recuperar Patrimonio, porque considera que traería más inconvenientes
que ventajas. Por ejemplo, las comunidades autónomas tienen la facultad
de modificar este impuesto y algunas gobernadas por el PP ya habían
anunciado su propósito de eliminarlo en sus territorios, lo que hubiera
acarreado desigualdades entre comunidades.
Así, la
idea es actuar sobre el IRPF. Esta subida la ha propuesto el Gobierno
al PNV en el marco de la negociación de los Presupuestos del Estado de
2011, según fuentes cercanas a la negociación. Se trata de crear un
nuevo tramo en la parte estatal del Impuesto sobre la Renta, que se
aplicaría a los contribuyentes con ingresos más altos.
En
concreto, la línea se ha puesto en los 120.000 euros de ingresos
(aunque se ha manejado en la negociación la posibilidad de llegar hasta
los 125.000 euros), que soportarían un tipo marginal del 47% (no se
descarta que se pueda quedar en el 46%). Actualmente, el tipo máximo del
IRPFes del 43%, que soportan los contribuyentes con rentas superiores a
los 53.400 euros.
La decisión del Ejecutivo
supondría la primera subida del impuesto desde que se creó a finales de
los años setenta; entonces, el tipo máximo del impuesto era del 65,61%,
que se aplicaba a los que ganaban más de 9,8 millones de pesetas de la
época, una cantidad que equivaldría, teniendo en cuenta la evolución de
la inflación, a unos 318.000 euros de ahora.
La
subida proyectada por el Gobierno toma como modelo el aumento del IRPF
aprobado por la Generalitat de Catalu-nya y se acerca al que planean
otras comunidades. El nuevo modelo de financiación autonómica reparte el
impuesto al 50% entre el Estado y las comunidades autónomas, a las que,
además, concede mayores facultades para modificar el tributo en su
territorio.
Catalunya ha sido la primera autonomía
que ha aprobado una subida del IRPF para elevar sus ingresos, que se
han desplomado por la crisis. En su caso, ha introducido dos tramos en
la parte autonómica del impuesto, el primero para los ingresos de más de
120.000 euros, a un tipo del 47%, y otro para las rentas superiores a
175.000 euros, con un tipo marginal del 50%.
Andalucía
y Extremadura también han anunciado un tramo para las rentas de más de
120.000 euros. Otras comunidades proyectan igualmente otro escalón a su
parte de la tarifa del impuesto, aunque lo han situado a partir de los
100.000 euros (ver información adjunta).
Sobre los salarios
Algunos
fiscalistas apuntan que la solución de incrementar el IRPF para las
rentas más altas no puede considerarse estrictamente una subida de
impuestos para los más ricos. El Impuesto sobre la Renta grava
principalmente los salarios (y también los ingresos por actividades
profesionales o empresariales, pero su peso es menor); es decir, la
subida la soportarán los contribuyentes con sueldos más altos, que no
son necesariamente los que más tienen. Estos, al contrario, en la
mayoría de las ocasiones, reciben sus retribuciones a través de
sociedades (que tienen una tributación menor) y, además, sus bienes y su
patrimonio no se verán afectados, lo que sí hubiera sucedido con un
nuevo impuesto sobre grandes fortunas, como había llegado a manejar el
Gobierno.
La subida del IRPF afectaría a cerca de
200.000 contribuyentes; es decir, a uno de cada diez declarantes del
impuesto. Como ya había anticipado Hacienda, el incremento de la presión
fiscal no supondrá unos ingresos muy elevados: estaría entre 700 y 800
millones para un tributo que recauda unos 70.000 millones de euros. Por
ello, el Ejecutivo insiste en que se no se trata de una medida
recaudatoria, sino que persigue una mayor equidad en el sistema fiscal.
Sobre
los impuestos habló ayer el responsable de economía de la Ejecutiva del
PSOE y secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado,
quien aseguró que es "imposible" bajar los impuestos en ningún país del
mundo. Lo único que se puede pretender es "no subirlos demasiado",
aseguró Granado en su intervención en el programa 59 segundos de TVE.
El diputado de CIU Carles Campuzano replicó que sería "un error" incrementar la presión sobre las rentas del trabajo.
Último paso en el retoque de los impuestos
El
desplome de los ingresos y la necesidad de reducir el déficit público
llevó al Gobierno a variar su política de reducción de impuestos.
En
junio del año pasado, abrió la puerta a las subidas fiscales al elevar
los gravámenes de los impuestos sobre carburantes y sobre el tabaco.
Con
los Presupuestos de 2010, se abordó una subida fiscal en dos pasos. El
primero se dio en enero, con la elevación de los rendimientos del
capital en el IRPF del 18% al 19%, y se introdujo otro gravamen del 21%
para las rentas de más de 6.000 euros.
El
segundo paso fue el incremento del IVA, que entró en vigor el pasado 1
de julio. El tipo general se elevó dos puntos, al 18%, y el tipo
reducido, uno, al 8%.
Además, con los
Presupuestos se revisaron algunas de las medidas anticrisis, como la
deducción de 400 euros en el IRPF, que se ha limitado para los ingresos
inferiores a 18.000 euros.
Con todas estas
medidas, se ha logrado que la recaudación aumentara casi un 14% en
julio, todavía sin contar el incremento del IVA.
Fuente, vìa :
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