“Cuando nos dimos cuenta, el
proyecto Mareña traía dinero y estaba repartiendo entre los pobres, pero
nosotros pensamos que el dinero es como una paloma que no se queda.
Ellos no platicaron con nosotros, no nos dieron nada de información.
Si el gobierno quiere que entre Mareña primero que nos mate,
porque mientras estemos vivos no vamos entregar el mar”.
Testimonio de las mujeres que resisten al proyecto eólico.
Álvaro Obregón, Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Oaxaca, México. Después de la
caravana en apoyo a los pobladores de Álvaro Obregón, que resisten a la
entrada de la eólica Mareña Renovables, el gobierno estatal declaró que
se detendría el proyecto, y un día después reculó. Los intereses detrás
de la energía limpia no se limitan a producir electricidad: son una
nueva forma de capitalismo.
El titánico aumento de los precios de
los combustibles fósiles y la preocupación de que se haya alcanzado el
tope de su producción, desató una férrea guerra entre los centros de
poder económico mundial por acaparar lo que queda aun de estos
energéticos. Así mismo, se generó un renovado interés por las fuentes
alternativas de energía, denominadas energías limpias o renovables.
Entre estas destacan la energía solar y la geotérmica, la hídrica y la
eólica.
Estas fuentes alternativas de energía
son la plataforma de la llamada Economía Verde, que dio inicio a una
nueva colonización y desposesión de los pueblos originarios de los
países del sur por medio de engaños o por la fuerza; ése es el caso del
Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca.
En la comunidad de Álvaro Obregón están
organizados mujeres, hombres, ancianos y niños que mantienen una
barricada para que no pase el parque de Mareña Renovables. Éste es uno
de los proyectos eólicos más grandes de Latinoamérica, con una capacidad
de producción de mil 632 giga vatios al año.
Esta energía será canalizada
principalmente a la empresa Coca-Cola México y a sus encadenamientos de
producción. También buscan especular con la reducción de 825 mil 707
toneladas de dióxido de carbono al año, equivalente a las emisiones de
161 mil 903 automóviles. Cada tonelada reducida de dióxido de carbono
equivale a un bono de carbono, que puede ser vendido a otra empresa como
un permiso de contaminación, es decir, que puede contaminar más de lo
determinado en Protocolo de Kioto.
Coca-Cola y todas las empresas
transnacionales que están invirtiendo en energías limpias -con el
denominado Mecanismo de Desarrollo Limpio- pueden contaminar mucho más
en los países donde tienen presencia. Así se crea un nuevo mercado, con
la compra y venta de derechos de contaminación, y una vez más los
pueblos de los países del sur sostendrán un mercado que no les beneficia
y la contaminación no se reduce.
Un habitante de Álvaro Obregón, que se
negó a dar su nombre porque está amenazado de muerte por su oposición a
Mareña, nos dice que no están conformes porque este proyecto los está
despojando: “No nos van a engañar, por eso estamos aquí hasta el último
momento, les dijimos: si quieren agarrar la Barra Santa Teresa, mejor
que nos maten de una vez, ¿para qué vamos a estar como África, con niños
muriendo de hambre?”.
El poblador señala que “los políticos
llegan y nos prometen cosas y ahora dicen que Álvaro Obregón va a
brillar de pavimento si es que dejamos entrar a Mareña. ¿De qué nos
sirve? ¡No vamos a comer pedazos de pavimento!”. También aclara que no
quieren ahí a ningún partido, ya sea el Partido Revolucionario
Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) o el Partido de la
Revolución Democrática (PRD). Lo que ellos quieren es “que respete a
Santa Teresa, que nos reconozcan como usos y costumbres”.
El istmo de Tehuantepec ha sido, por su
estrechez, un espacio geoestratégico como vía de comunicación
transismica que posibilita el flujo de mercancías entre el Atlántico y
el Pacífico; además, es la frontera natural entre Norteamérica y
Sudamérica. En este espacio es donde se desarrolla el proyecto del
Corredor Eólico desde 1994, que contempla la instalación de 5 mil
aerogeneradores en cerca de cien mil hectáreas de tierras ejidales y
comunales.
Estas energías limpias son la nueva
Arabia Saudita que podría darle un respiro a un sistema económico
mundial que da patadas de ahogado. Se redimensionaría la economía global
con la creación de nuevas necesidades, rediseño de la fábrica, los
hogares y el estilo de vida de los consumidores. Sin embargo, esto
implica mercantilizar la vida en su totalidad, poniendo precio a lo que
no lo tenía, como el agua, el viento y las formas de vida tradicional,
despojando a los pueblos de lo poco que les queda.
Las mujeres de Álvaro Obregón están
decididas a dar la vida por defender la única fuente de recursos que
tienen, que es el mar nos dicen. Una de ellas señala que “Aquí
estamos hombres, mujeres, niños, niñas, de todos, parejo estamos, hasta
de tres años, de cinco, por eso no tenemos miedo, vamos a morir aquí por
nuestros hijos, por nuestros nietos, porque cuando nos vayamos, ellos
se van a mantener del mar”.
Otra habitante agrega que “nosotros como
mujeres luchamos mucho y seguimos, porque vamos a vencer a Mareña,
porque no es gente de por aquí, viene de otra nación. No vamos a querer
que las riquezas se las lleven, mejor dejamos la riqueza para nosotros.
Porque la vida es la lucha”.
Las fuentes alternativas de combustible
son muy atractivas para la gente y los gobiernos, porque esconden en su
esencia el hambre por la ganancia y se muestran como posibles soluciones
a la crisis económica y ecológica que ellos mismos han generado. Pero
hay gente como la de Álvaro Obregón que cuestiona su funcionamiento y el
del mismo sistema económico. Hay gente que ya no está dispuesta hacerle
el juego a los discursos que prometen desarrollo y modernidad, pues
sólo han representado despojo y muerte para los pueblos originarios.
La pregunta es ¿qué nos queda por hacer?
Mientras tanto, estos pueblos se defenderán con todo lo que tengan al
alcance. Un habitante de Álvaro Obregón señala que “por eso les dijimos
que si algún compañero cae, nos vamos a ir sobre ellos, no sabemos matar
pero ellos nos van a enseñar, ahí sí. Con palo y todo pero tenemos que
defendernos, nosotros decimos que si matan a uno o dos, se van a
levantar más, porque no estamos solos”.
El hombre finaliza diciendo que “ellos
dividen la gente y crean odio, pero ahora ya no les tememos, ellos
mismos nos enseñan a no tener miedo”.
http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2013/02/el-istmo-de-tehuantepec-la-nueva-arabia-saudita/
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