viernes, 15 de marzo de 2013

Iglesia Católica: CON BERGOGLIO LA DERECHA SE QUEDA EN EL PARAÍSO ....La Iglesia como pasión por la crueldad....AW


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(AW) Aunque poco se debate sobre el dominio de las religiones, la asunción de un Papa genera opiniones encontradas y si es argentino más aún. En estas horas los medios masivos, cualesquiera, devinieron monotemáticos y oscuros a la hora de informar. En tanto nuestra selección de notas lleva, por ejemplo, al prestigioso referente y denunciante de la opresión religiosa, el artista plástico León Ferrari quien recuerda un episodio en 2004 sobre una de sus muestras. Jorge Bergoglio lo había acusado de blasfemo. El artista respondió: "La blasfemia en la religión se paga con la muerte por lapidación. Así que cuando procesaron a los muchachos que rompieron algunas obras, pensé que tendrían que haberlo condenado al cardenal Bergoglio porque él los incitó para que las rompiera. Por suerte no me rompieron la cabeza". Así Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo línea Fundadora aseguró que el flamante Papa Francisco I "entregó a sus propios sacerdotes siendo superior de la congregación de los Jesuitas", o "la Iglesia fue partícipe de la dictadura militar". El periodista Horacio Verbitsky denuncia que el Papa actual sabía de la existencia de niños apropiados por la dictadura lo cual negó, y tantas otras crueldades. El periodista Walter Goobar engrosa el prontuario citando el año 1977 cuando Bergoglio integraba la plana mayor de la Universidad del Salvador. La misma que otorgó al jefe de la Armada, Emilio Eduardo Massera, el título de "doctor honoris causa"en ceremonia pública aunque no quedan archivos al respecto. Papeles de inteligencia apuntaban también a Bergoglio quien se proponía limpiar la Compañía de "jesuitas zurdos" . Parece claro que maquiavelo tuvo un seguidor fiel en eso de que el fin justifica los medios.Ofrecemos una nota del periodista chileno Ernesto Carmona (fuenteArgenpress)




--Jorge Mario Bergoglio, antiguo Arzobispo de Buenos Aires (Argentina),
jesuita dedicado a la docencia durante muchos años, nacido en Buenos
Aires en 1936, delató ante los servicios de inteligencia de la dictadura
militar encabezada por Jorge Rafael Videla (jefe del ejército) y Emilio
Massera (jefe de la marina) a los sacerdotes jesuitas Francisco Jalics,
Orlando Yorio, Luís Dourrón y Enrique Rastellini.

Según un documento facsimilar obtenido por Horacio Verbitsky para su
libro "El Silencio" y difundido en las redes por el historiador chileno
Sergio Grez, Bergoglio acusó personalmente a Jalics de "actividad
disolvente en Congregaciones religiosas femeninas (conflicto de
obediencia)" ante un esbirro de apellido Orcoyen. El informe policíaco
dice que el sacerdote Jalics fue "detenido en la Escuela de Mecánica de
la Armada el 24 de mayo de 1976-noviembre 76 (6 meses) acusado con el
padre Yorio (como) sospechoso de contacto guerrillero". Jalics y Yorio
fueron secuestrados, estuvieron desaparecidos y salieron en libertad. La
jerarquía católica argentina no se distinguió por defender los derechos
humanos bajo dictadura, como lo hizo la chilena.


La periodista chilena Nancy Guzmán aseguró en las redes que el pasado
oscuro de Bergoglio en Argentina se debe a que lo acusan de colaboración
en la detención de un laico y dos sacerdotes sometidos a tortura y
desaparición en tiempos de la dictadura militar que comenzó en 1976.
Aunque no hay una sentencia sobre el caso, cinco testimonios
atestiguaron la relación del nuevo Papa con estas desapariciones. El
periodista Horacio Verbitsky ha sido el investigador más interesado en
sacar a la luz las pruebas que pudieran relacionar a Bergoglio con estos
episodios de la "guerra sucia" en Argentina.

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No obstante, las relaciones de Bergoglio con la dictadura no terminaron
ahí, ya que posteriormente las Abuelas de Plaza de Mayo reclamaron ante
la Justicia argentina por su implicación en el robo de bebés,
concretamente en el caso de la nieta de Alicia de la Cuadra, una de las
fundadoras de aquella asociación.

En 2009 mostró su lado más caritativo cuando en una homilía afirmó que
la deuda social es "inmoral, injusta e ilegítima", especialmente "en una
nación que tiene condiciones objetivas para evitar o corregir tales
daños, pero que lamentablemente pareciera optar por agravar aún más las
desigualdades".

No obstante, su perfil se vuelve de nuevo oscuro cuando meses más tarde,
en pleno debate sobre el matrimonio homosexual en Argentina, el entonces
cardenal declaró: "Está en juego la identidad y la supervivencia de la
familia: papá, mamá e hijos". Sobre este mismo asunto añadió: "No seamos
ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión
destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo
(éste es solo el instrumento) sino de una 'movida' del Padre de la
Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios". Esta
postura le valió un duro enfrentamiento con Néstor Kirchner, entonces
presidente de la nación argentina, dijo Guzmán.

El caso Von Wernich

La iglesia católica, y en particular el cardenal Bergoglio, defienden
aún a Christian Von Wernich, confesor del ex Jefe de la Policía
Bonaerense Ramón Camps, detenido desde septiembre de 2003 y acusado de
numerosos homicidios y múltiples privaciones ilegales de la libertad y
torturas, durante la dictadura militar argentina, en diferentes Centros
Clandestinos de Detención, delitos por los que está procesado en la
ciudad de La Plata.

Está probado que Von Wernich es culpable de los crímenes de que le
acusan y de las mas desagradables prácticas, como justificar las
torturas y los asesinatos, o pedirle dinero a los familiares de los
desaparecidos con la falsa promesa de conseguir su liberación, escribió
en las redes C. Pintol.

Ante todo esto, la única declaración de la iglesia fue para confirmar
que este delincuente sigue integrando sus filas. De hecho, la Iglesia
Católica ayudó a Von Wernich a escapar a Chile donde fue reubicado bajo
un nombre falso en una parroquia. Sin atender a estos hechos el cardenal
Bergoglio aludió al juicio como una persecución calumniosa a la Iglesia
y llamo traidores a quienes "maldicen el pasado". En cambio llamo a
perdonar lo que fue pecado e injusticia.

El sociólogo y ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA
Fortunato Mallimaci dijo refiriéndose a Bergoglio "Hay una postura en el
arzobispo en el sentido de reivindicar lo que fue la dictadura. Lo ha
hecho antes y lo hace ahora cuando dice que no se revise el pasado".
Esta declaración estaría sustentada por la adhesión enviada por
Bergoglio al acto organizado por Cecilia Pando en homenaje a las
"victimas de la guerrilla", el reclamo de una amnistía para los
militares procesados por intervenir en la represión ilegal y su intento,
de la mano de Duhalde, por terminar la revisión de los crímenes de
guerra acuñando el nefasto slogan "Memoria completa".

En "El silencio", Horacio Verbitsky informa que el cardenal habría
entrado en contacto con una organización nazi-fascista llamada Guardia
de Hierro lo que habría implicado relaciones especiales con Emilio
Massera, jefe de la marina y co-gobernante con el dictador Jorge Rafael
Videla. En el mismo libro se trata con más profundidad y se aportan
pruebas a la denuncia ya hecha ante la Iglesia y dictadura por Emilio
Mignone.

El 23 de mayo de 1976 la Infantería de Marina detuvo a cuatro jesuitas a
cargo de Bergoglio: Orlando Yorio, Luís Dourrón, Enrique Rastellini y
Francisco Jalics. Yorio, quien confirmó el contacto entre Bergoglio y
Massera, estaba convencido de que fue el actual cardenal quien lo
entregó a los militares e incluso pudo haber presenciado alguno de los
interrogatorios.

Bergoglio les habría pedido a Yorio y Jalics que abandonaran la villa
donde trabajaban, al negarse estos habría hecho saber a los militares
que no los protegía más y pocos días después fueron raptados. Esta
versión se correspondería con documentación descubierta por Verbitsky en
la que se informa que "Este sacerdote (Jalics) fue un subversivo, que
tuvo problemas con sus superiores y que fue detenido en la Escuela
Mecánica de la Marina".

Es por esto que hay quienes dicen que Bergoglio es "un maquiavélico
felón que traicionó a sus hermanos y los entrego a la desaparición y la
tortura por la Junta Militar en aras de una insaciable ambición de
poder". Así Bergoglio llama al olvido y califica el juicio a Von Wernich
de calumnia, por que sabe que él es el próximo. Esperemos que en vez de
"llamar a perdonar" pida perdón, que es lo que en realidad le
corresponde, concluyó C. Pintol.

Otras revelaciones sobre Bergoglio en dictadura

Según el portal "Informeurbano.com.ar" (1), el médico Lorenzo Riquelme,
hoy de 58 años y residente en Francia, dice que la patota que lo
secuestró y lo torturó en 1976 salió de la sede principal de la Compañía
de Jesús, donde vivía y era principal responsable el superior provincial
Jorge Mario Bergoglio. Riquelme tenía militancia en la Juventud
Peronista y en el movimiento cristiano vinculado con los curas del
tercer mundo. Para averiguar dónde encontrarlo golpearon a su novia, que
trabajaba en el Observatorio de Física Cósmica de San Miguel, dentro del
predio del Colegio Máximo.

Riquelme cree que se trató de un grupo operativo de la Armada que tomó
posiciones allí después del golpe. En esos apremios participó un
sacerdote que con autorización de Bergoglio era capellán militar de la
Escuela de Suboficiales General Lemos, en la vecina guarnición de Campo
de Mayo.

El ex jesuita Miguel Ignacio Mom Debussy, hoy de 63 años, hizo los votos
el 13 de marzo de 1976 y Bergoglio fue su padrino de ordenación el 3 de
diciembre de 1984. En los viajes entre San Miguel y la Ciudad de Buenos
Aires en los que le hacía de chofer, Bergoglio le habló del proyecto
político del jefe de la Armada, Emilio Massera, y le comentó que se
había reunido con él varias veces.

El mago González

El Observatorio fue un lugar de encuentro de la militancia en los
últimos años de la década del 60 y los primeros de la siguiente. Mucha
gente de la zona almorzaba en su comedor, que era muy barato, y pasó a
ser punto de reunión y de discusiones políticas. Entre quienes pasaron
por allí estuvo Marcelo Kurlat, El Monra, uno de los dirigentes de las
FAR, que luego del golpe murió al resistirse al secuestro por el grupo
de tareas de la ESMA.

El periodista Horacio Ríos trabajaba en la Municipalidad de San Miguel
(hoy General Sarmiento), militaba en la JTP e integraba la comisión
directiva del sindicato municipal. Su madre y su hermano trabajaban en
el Observatorio. Ríos ayudó a crear una comisión interna (sindicato) muy
combativa, que entre 1973 y 1975 logró importantes reivindicaciones. Los
jesuitas no estaban muy conformes con que la efervescencia política en
la que habían participado afectara sus propias instituciones.

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La esposa de Ríos era Graciela Podestá, quien entre 1999 y 2003 fue
diputada bonaerense por el Frepaso. El ex jesuita Alberto Sily narra que
poco antes del golpe muchos científicos y técnicos del Observatorio
recibieron cartas con amenazas de la Triple A y cinco de los principales
se exiliaron, en Uruguay y en México. Podestá y Ríos recuerdan a un
jesuita de apellido español, que no trabajaba en el Observatorio pero
vivía en el Colegio Máximo, que siempre "llegaba con dos tipos armados
con FAL".

Ese fue el sacerdote que participó en los apremios a la novia de
Riquelme. Su nombre era Martín González. Mientras la golpeaban, González
le sugería que colaborara. "El torturador malo y el torturador bueno",
dice Riquelme. Antes que comenzara a operar la Triple A ese sacerdote se
comportaba "como una ovejita" pero luego del golpe "pasó a ser un lobo",
dice Graciela Podestá.

Mom Debussy se sorprendió al conocer ese rol. "Lo considerábamos muy
bueno. Nos divertía con sus actos de prestidigitación. Cuando murió lo
afeité y lo coloqué en el cajón". Para Riquelme fue más que una
sorpresa: "Era como si mi padre me hubiera traicionado, como una
violación. Nosotros teníamos una agrupación de scouts, de la que
González era capellán. Hacía magia, nos sacaba pañuelos de la oreja, nos
enseñaba los trucos". Ambos consideran imposible que estos hechos
pudieran ocurrir sin aprobación de Bergoglio, quien ejercía un control
absoluto sobre todo lo que ocurría en su sede.

"Cuando asumió como provincial, en julio de 1973, mudó la curia
provincial, que estaba en la calle Bogotá, de Caballito, al Colegio
Máximo, para controlar mejor a los novicios y a los profesores. Allí se
apropió del departamento del rector, y lo redecoró. Constaba de
despacho, dormitorio y baño. Decía que cada uno es libre de hacer de su
culo un florero, pero controlaba todo, desde la mentalidad a lo que
hacías, se metía en las habitaciones individuales, revisaba cada cosa",
relata Mom Debussy.

Mom Debussy se define como "la oveja negra de una familia de la
oligarquía". Por vía paterna desciende de Juan Martín de Pueyrredón y su
abuelo materno era hermano del músico francés Claude Debussy. Su madre
fue fundadora de la Democracia Cristiana, "de la línea garca de Manuel
Ordóñez". Eligió ser jesuita porque se llamaba Ignacio y era "la orden
más aristocrática y combativa".

Riquelme, en cambio, proviene de una familia humilde y creció en el
Barrio La Manuelita, a pocas cuadras del Máximo. "Pasaba el día con los
jesuitas", evoca. Cuenta que en "el pequeño Vaticano" que era San Miguel
"todos se conocían. También los milicos vivían allí. Iban a misa en el
Colegio Máximo y sus hijos estudiaban en los colegios católicos. Muchos
militantes del Peronismo de Base vivían en el Barrio Villa Mitre y
trabajaban en el Colegio Máximo, durante los años culminantes del
progresismo católico, en 1972 y 1973.

Había también ex seminaristas. Estaban en comunidades orientadas por el
sacerdote italiano Arturo Paoli". Bergoglio se encargó de suprimir ese
fenómeno. En la primera congregación provincial que presidió, en abril
de 1974, dijo que los jesuitas debían evitar lo que llamó las
"ideologías abstractas no coincidentes con la realidad" y reaccionar con
"sana alergia cada vez que se pretende reconocer a la Argentina a través
de teorías que no han surgido de nuestra realidad nacional".

Mom Debussy recuerda que hacia fines de 1974, "Bergoglio nos mandó a una
manifestación de Isabelita en la Plaza de Mayo". María Estela Martínez
de Perón salió al balcón "vestida de rosa y habló de anular contratos
con la Siemens. Al frente de nuestro grupo puso al maestro de novicios
Andrés Swinnen. Tuvimos que ir todos con una bandera argentina".

Bergoglio era amigo personal del coronel Vicente Damasco, a quien
visitaba en su casa de la calle Asunción, en Villa Devoto. Damasco fue
encargado de la custodia de Juan D. Perón y profesor de Planeamiento y
Organización en la sede San Miguel de la Universidad jesuita del
Salvador. Con el asesoramiento de Bergoglio elaboró un proyecto de
reforma constitucional. El primero de sus ocho principios orientadores
decía que "la Divinidad es la medida de todas las cosas".

El proyecto de Massera

"Ahora dice que viaja en subte y colectivo. En la larga década en que yo
lo serví no iba a ningún lado sin el auto, ni siquiera a los barrios que
estaban a pocas cuadras, como La Manuelita", refuta Mom Debussy, quien
subrayó y anotó su ejemplar de El jesuita, la autobiografía que
Bergoglio acaba de publicar en su descargo. Los viajes más largos eran
entre San Miguel y la Ciudad de Buenos Aires. Varias veces le comentó
encuentros con el miembro de la Junta Militar Emilio Massera.

"Me dijo que quería proteger a los novicios y estudiantes (dos veces
aparecieron milicos cuando yo estaba en el noviciado, nos hicieron
salir, nos apuntaron. Después no nos acosaron más). Estaba en
negociaciones con él porque quería que la Marina comprara el
Observatorio de Física Cósmica, lindero al Colegio Máximo". No se llegó
a un acuerdo y en diciembre de 1977 lo compró la Fuerza Aérea. Varias
personas que trabajaban allí "fueron secuestradas y cuando recuperaron
su libertad, fueron despedidas por Bergoglio", dice Riquelme. "Hay
quienes dicen que los protegía, porque les pagó el último sueldo".

A Mom Debussy, Bergoglio también le habló en los viajes del proyecto
político de Massera.

-¿Con simpatía?

-Seguro que con disgusto no. Le parecía bien que fuera contra Videla.

Yoga y oración

En La Manuelita estaba la parroquia Jesús Obrero. Allí se instaló el
sacerdote Jorge Adur, quien era integrante de Montoneros, con tres
seminaristas de la orden asuncionista que estudiaban teología en la
Facultad que funcionaba en el Máximo. Con Adur tenían un vínculo
afectivo pero no político, porque "para ellos toda la política era el
diablo. Nos lo habían dicho a los pibes del barrio para desaconsejarnos
la militancia. Meditaban diez horas por día, hacían yoga y oración.
Pensaban irse a la Patagonia por un año a meditar. Eran contemplativos,
como Jalics", dice Riquelme.

Dos de esos seminaristas, Carlos Antonio Di Pietro y Raúl Eduardo
Rodríguez, fueron capturados el 4 de junio de 1976, en un operativo del
Ejército y la policía con armas y uniformes a la vista. Adur no había
ido a dormir esa noche al barrio. "Por la mañana los vecinos se turnaron
para esperarlo en la parada de colectivo y avisarle para que se fuera."
Diez días después, "un grupo del Ejército me levantó a mi y a Haydé
Balmaceda, de la Unidad Básica de La Manuelita, que era ayudante de una
clínica. Creo que el lugar al que nos llevaron era una comisaría, a
veinte minutos del Camino Negro, donde nos tuvieron encapuchados. Tenía
celdas, baño y sala de torturas, con electricidad. Nos torturaron y nos
preguntaron por esos curas y por la posta sanitaria de Montoneros". Dos
días después los sacaron en un camión, a las 4 de la mañana. Riquelme se
cayó sobre una persona, que le preguntó:

-¿Quien sos?

-Lorenzo.

-¡Que suerte, no quería morir sola! -le respondió Balmaceda.

Los llevaron a un descampado y los hicieron arrodillar. "Yo quería morir
de pie y gritando alguna consigna heroica como en las películas. Pero
tenía la garganta cerrada. Me pegaron un empujón y se fueron. Pensé que
estaba muerto. Haydé me decía que nacimos de nuevo el mismo día y que la
gordura la salvó de que la violaran."

Guardias con FAL

Durante los días de ausencia de Riquelme, el capellán Martín González le
dijo a su novia: "Este se fue a curar guerrilleros". La detuvo en el
Colegio el grupo de marinos que se habían instalado en el Observatorio.
Mientras le pegaban, González participaba. "Decí dónde está, mejor que
hables porque si no no puedo hacer nada por vos".

Riquelme se había refugiado en la casa de una compañera de facultad,
hija de un militar. A las nueve de la noche la novia no pudo resistir
más. Lo llamó por teléfono al número que él le había dado, le preguntó
dónde estaba y le pidió que la esperara allí. "Veinte minutos después
caen y me levantan. Encapuchado, me llevan hasta una casa operativa,
creo que en Bella Vista. No me creían que ya había estado secuestrado,
me torturaban y me decían que había estado curando gente." A la
madrugada lo sacaron de allí. Uno lo asía del brazo.

-¿Qué va a pasar? -preguntó Riquelme

-No sé, están decidiendo -le respondió.

Lo llevaron hasta una ruta y lo tiraron en una zanja. "Cuando se van me
levanto, camino y reconozco que estoy a 200 metros del Colegio Máximo,
en el barrio que está enfrente." Recién días después, Riquelme pudo
hablar con su novia. "Me cuenta que me entregó porque González le dijo
que colaborara. Yo lo conocía desde que fui boy scout. Siempre venía de
la Escuela Lemos con chofer en una F100 del Ejército, acompañado por dos
guardias con FAL. Nunca pude acercarme para hablar con él." Graciela
Podestá recuerda que el sacerdote de apellido español comentó: "Espero
que esto sirva de lección".

El uso de armas era habitual en el predio jesuita. "Bergoglio nos
mandaba a hacer guardia nocturna con carabinas .22 y balas de plomo,
cuando se recuperó la pileta de natación de los fondos del Máximo y hubo
algún intento por bañarse de la gente del barrio aledaño, donde hacíamos
catequesis y visitábamos las casas", recuerda Mom Debussy. Riquelme fue
uno de los jóvenes que lo intentaron. "El hermano Rivisic me tiró con la
22, porque me metía en la piscina. Me pasó cerca de la pierna y me dijo
que la próxima vez me tiraba a pegar", recuerda.

Almuerzo con granadas

En el Observatorio "había gente izquierdosa. Mariano Castex llevó ahí a
muchos profesores de Exactas reprimidos en la noche de los bastones
largos, curas progres, ex seminaristas. La Marina lo limpió. En 1975
hubo un Congreso controlado por el SIDE y la Marina", dice Riquelme. Sus
recuerdos coinciden con los de Mom Debussy. Ellos no se conocen y las
entrevistas se realizaron por separado.

"Bergoglio invitaba al Colegio Máximo a oficiales de Campo de Mayo, que
venían de uniforme. Una vez llegaron varios con ropa de combate y unas
granadas redondas colgando. Los recibió en el comedor viejo del tercer
piso, que después el mismo Bergoglio clausuró. Estábamos cenando y
llegaron con un capellán", recuerda Mom Debussy. Podestá y Ríos cuentan
que en el barrio corren historias sobre cuerpos enterrados en las
adyacencias del Colegio Máximo y su viejo cementerio. Según esa leyenda
un cuidador del Colegio y varios vecinos vieron fantasmas de gente
sangrante.

Después del segundo secuestro, Riquelme se fue a vivir en una casa de la
calle Malabia al 1400, en la Ciudad de Buenos Aires, que pertenecía a la
Faternidad de Hermanitos del Evangelio Charles Foucauld. Allí vivían los
curas Jesús y Mauricio Silva Iribarnegaray. Mauricio trabajaba como
barrendero municipal.

El 22 de mayo de 1977, Riquelme se fue de la Argentina hacia Francia,
donde aún vive. Su hija, nacida en París, se apasiona por entender
aquella época. Desde hace dos años estudia Ciencias Políticas en la
Argentina. "Mauricio me acompañó al aeropuerto. A él lo secuestraron
quince días después", y sigue desaparecido. En París, participó en la
denuncia de las atrocidades de la dictadura. "Adur estaba deprimido.
Algunos padres le escribieron que era un sinvergüenza que vive en el
dorado exilio y a mi hijo lo mataron. Por eso aceptó ese rol ridículo de
capellán del llamado Ejército montonero. Lo secuestraron en 1980 cuando
llegó con documentos falsos e intentó ir a Brasil para acercar a las
Madres de Plaza de Mayo al papa".

Desde París, Riquelme le hacía el control telefónico. Cuando Adur dejó
de llamar, Riquelme avisó a los asuncionistas, que son dueños del
diario La Croix, pero recién al cabo de una semana aceptaron publicar
una nota en condicional. "Me decían que Adur sabía lo que le podía pasar.
Jesús también sabía, les contesté".

Vía:

 http://www.agenciawalsh.org/aw/index.php?option=com_content&view=article&id=10283:con-bergoglio-la-derecha-se-asegura-la-tranquilidad&catid=42:j-y-c&Itemid=70

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