jueves, 12 de enero de 2012

Mùsica : Anglos notables de 2011...por Alonso Arreola

Podríamos hacer un recuento de la mejor música anglosajona de 2011 con la obligada mención y análisis de los últimos discos de Lady Gaga (Born This Way), Red Hot Chili Peppers (I’m With You), Jay-z and Kanye West (Watch the Throne) y Foo Fighters (Wasting Light), entre otras obviedades más (Lil Wayne, Beyonce, Beastie Boys, tv On The Radio, My Morning Jacket). Asimismo, podríamos señalar el fenómeno que representó la propuesta de Adele (21), o la controversia y debilitamiento de Radiohead en torno a The King of Limbs. Todos con piezas notables, estos álbumes aparecen en las listas de melómanos y especialistas entre los mejores trabajos de 2011. Pero, arbitrarias y desbalanceadas, estas selecciones no siempre incluyen lo hecho por otros artistas menos alienados o nóveles a quienes debemos poner atención, así como algunos nombres conocidos que decidieron cambiar su derrotero o regresar tras un largo descanso. A ellos dedicamos esta columna.
El disco homónimo del proyecto Bon Iver es el más interesante del año pasado. En eso coincidimos muchos. Concepto de Justin Vernon gestado en la soledad de una cabaña en 2007, Bon Iver (juego de palabras proveniente del francés buen invierno) produjo su primer álbum, For Emma, Forever Ago, en las condiciones más austeras. Superando una mononucleosis y con un solo micrófono, una guitarra y pocos elementos más, Vernon compuso ocho piezas de alta credibilidad y honestidad, lo que inmediatamente causó impacto en la red. Cuatro años después lanza un segundo trabajo con diez temas nuevos para fortalecer su lugar como rey de la independencia.

Tom Waits
Acompañado por Sean Carey, Mike Noyce y Matt McCaughan en voces, batería y producción, Bon Iver hoy da un paso natural e integra a su grabación a músicos y arreglistas dotados, con experiencia grabando para Bill Frisell, Arcade Fire, The National y Sufjan Stevens, todos conjuntos con ciertas semejanzas estéticas. El resultado es, una vez más, altamente poético gracias a sus etéreas voces con reverberación. Al igual que su debut, fue grabado en un espacio aislado, rodeado por la calma y la quietud: una vieja clínica para veteranos remodelada como estudio por el propio Vernon. Vale mucho la pena.
Seguidamente recomendamos Noel Gallagher’s High Flying Birds, primer disco de Noel Gallagher tras la ruptura de Oasis. Aunque todos conocíamos sus capacidades como guitarrista, y aunque en su antigua banda cantaba algunas piezas y hacía coros, aún debíamos probarlo como líder. Y lo hace muy bien. Su sencillo “High Flying Birds” es una gran pieza influenciada por el blues estadunidense que, de sabia manera, logra transformarse en un rock espléndido cien por ciento británico; un discurso que nos recuerda a muchas cosas previas, situándose en lo clásico, pero presentando novedad.
Otro proyecto que alzó la mano en 2011 fue Fleet Foxes con su Helplessness Blues. Se trata de un segundo disco pero de gran madurez. Arraigado en el folk más tradicional, lo que destaca en él son sus armonías vocales y simplicidad rítmica. Una obra que de entrada nos hace bostezar por sentirla tan cerca de Polyphonic Spree, pero que a los pocos segundos llama la atención y devela su originalidad. Un tanto hippie, eso es innegable, Helplessness Blues tiene mucha conciencia detrás. Poniendo atención notamos su obsesivo interés por los detalles de grabación y producción bajo un aire aparentemente despreocupado.
Ahora hablemos de The Black Keys y su El camino. Es uno de los discos más recientes dentro de nuestras recomendaciones. Su sencillo “Lonely Boy” ha sonado con fuerza no sólo por su buena factura, sino por el simpático video que lo impulsa. Se trata de una canción ruda pero alegre, apta para los melómanos que gustan del rock con tintes retro. Wilco, por otro lado, es otra de las bandas que siguen produciendo con calidad. The Whole Love es prueba de ello. Un gran trabajo también con aires folk (como verá el lector es lo de hoy) que presenta doce temas sin complicaciones, pues lo suyo es la simplicidad.
Finalmente, no podíamos cerrar esta columna sin mencionar Bad As Me, de Tom Waits, recientemente inducido al Salón de la Fama del Rock and Roll por sus amigos Paul Simon y Neil Young. Con este disco el californiano regresa a lo que mejor sabe hacer: un rock árido y ácido con potentes percusiones para el que se hizo acompañar por los dedos –nada menos y nada más– que del Stone Keith Richards (guitarra), el Lobo David Hidalgo (guitarra y acordeón) y el Pepper Flea (bajo), entre otros más. Hablamos de una colección de catorce miniaturas compuestas y producidas por Waits y su mujer, Kathleen Brennan, que sin duda debe estar en una colección respetable. 

Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2012/01/08/sem-alonso.html

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