(apro).- “¿Te imaginas lo que sucedería si tu hígado te hablara?”, dice una voz en off que
comienza a relatar todas las afectaciones hepáticas posibles que pueden
ser curadas, milagrosamente, por un medicamento con extracto de
slimarina hasta en 80%. Esta maravilla de producto se llama Chardon de
Marie, es comercializado a través de Inova y sus anuncios publicitarios
están en todas las pantallas televisivas.
Lo que no dice el anuncio publicitario es que por los 700 pesos (más
gastos de envío), el Chardon de Marie (que no tiene nada qué ver con
Francia ni con Florence Cassez) puede generar náuseas, vómito, dolor
abdominal, mareo, colapsos, urticaria. Por esta razón, este producto
forma pare de los 13 pseudomedicamentos que la Comisión Federal para la
Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) retiró del mercado y,
especialmente, de los anuncios publicitarios.
Otro producto que ha sido retirado y que se comercializa a través de CV Directo, se llama Malunggay. El infomercial que
acapara toda la barra nocturna en televisión abierta y restringida
afirma que “existen evidencias en todo el mundo acerca de las
propiedades curativas del árbol de la maringa”. Entre esas “evidencias”
se promete combatir el dolor de cabeza, colitis, grastritis, diabetes,
mala circulación, presión alta o baja, problemas de próstata y hasta
tumores.
El engaño de estos productos, junto con la famosa crema Cold Heat
Extreme, se basa en dos claros fenómenos de hipercomercialización: la
falta de un reglamento en materia de publicidad sanitaria que le obligue
a los medios electrónicos solicitarles el permiso sanitario a las
empresas antes de difundirlos y la urgencia comercial de Televisa, TV
Azteca y los más de 50 canales de televisión restringida (la mayoría
propiedad de Televisa) que han inundado la barra nocturna con estos
anuncios, sin importarles la salud de sus propias audiencias.
Tan sólo la empresa CV Directo invirtió en publicidad televisiva mil
395 millones 978 mil pesos en 2009, según los datos de la consultora KP
Alazraki, Central Media, ubicándose en el lugar 9 como una de las
compañías con mayor nivel de inversión, sólo superada por Bimbo,
Kellogs, Nestlé, EsMasMovil, Telcel y el gobierno de la República que,
quizá, publicitan otro tipo de “productos milagro”.
La compañía Asepxia destinó para su promoción televisiva un total de
895 millones 620 mil pesos durante el mismo periodo, por arriba de
compañías como Garnier, Nivada, Huggies y hasta el gansito Marinela, que
mantiene cuenta aparte a la de Bimbo.
La otra promotora de productos “milagro” es la empresa Cicatricure
que invirtió 758 millones 933 mil 168 pesos para anunciarse en
televisión, durante el mismo periodo, más incluso que Banamex, Chevrolet
o la cerveza Tecate.
Por esta razón, no es difícil imaginar el descontento que ha generado
entre los dueños de las televisoras, tan acostumbrados a la impunidad
publicitaria, la orden del comisionado de Cofepris, Miguel Angel
Toscano, para eliminar del aire 13 productos “milagro” que son de los
más vistos por las audiencias televisivas.
Estos primeros 13 productos son apenas un pequeño botón de muestra de
una lista de 250 productos que la Cofepris ordenó retirar desde 2010 y
sumaban un total de 307 anuncios publicitarios.
Y eso que entre los “productos milagros” retirados por Cofepris no
están incluidos los tenis que ayudan a bajar de peso con sólo caminar
diez minutos al día o los vibradores que nos prometen cuerpos
esculturales que serían la envidia de Christiano Ronaldo o la cantidad
de vaciladas para incrementar la potencia sexual y hasta los centímetros
del miembro masculino.
En su conferencia de prensa, el propio Toscano reconoció que la
sanción más alta a la que pueden aspirar los laboratorios o empresas que
fabrican y comercializan este tipo de productos es de un millón de
pesos. Si invierten más de 2 mil millones de pesos en anuncios
publicitarios, pagar una sanción y darle la vuelta a la ley no
representa absolutamente nada para el nivel de negocio.
“Admiten que su publicidad es incorrecta, la retiran, pero le cambian
el pautado y la vuelven a introducir. Resulta que lo que hacen es
cambiar en horario y pasarlo a otro, y dicen ‘ahí no me lo sancionaste’ y
tenemos que iniciar un procedimiento nuevo”, relató el comisionado
Lucio Lastra, responsable de Operación Sanitaria de Cofepris.
Tanto Lastra como Toscano resultaron ser los adversarios más
importantes para Televisa, a raíz del audioescándalo que se generó en
noviembre de 2010, cuando los noticiarios de la compañía de Azcárraga
Jean difundieron una llamada telefónica donde supuestamente un alto
funcionario del Seguro Social se ponía de acuerdo con el director de una
empresa farmacéutica para ganar una licitación millonaria en el IMSS.
El audioescándalo resultó ser un fraude. Más bien representaba una advertencia para Cofepris. Tal como lo documentó Proceso,
este organismo había sancionado al laboratorio Landsteiner, con
vínculos familiares y empresariales con altos ejecutivos de Televisa,
por haber defraudado en las pruebas de bioequivalencia de un medicamento
para diabéticos.
Por menos que lo anunciado hace unos días por Cofepris, Televisa
emprendió un linchamiento mediático. ¿Qué harán ahora con el retiro de
anuncios que representan miles de millones de pesos en publicidad?
Cofepris advirtió que el nuevo reglamento prevé introducir una figura
nueva para evitar la impunidad mediática en estos casos: el de cómplice solidario, es
decir, aquellos medios de comunicación que transmitan publicidad de
aquellos productos que no cuenten con un permiso de la Secretaría de
Salud.
Y ahí sí, vendrá la otra guerra de los productos “milagro”. www.jenarovillamil.wordpress.com
Vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/88455
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