Cobán, capital del departamento de Alta Verapaz, cayó en manos del cártel de Los Zetas
en 2008. Con este territorio las organizaciones de narcotraficantes que
se expandieron hacia el sur de México a partir de 2007 tenían ya bajo
su control, según un cálculo oficial estadunidense, siete de los 22
departamentos que constituyen Guatemala; los más grandes, más poblados y
de mayor importancia económica.
Sin intervención extranjera, Cobán será uno más en la creciente lista de áreas perdidas ante el avance del narcotráfico.Ese el diagnóstico del embajador de Estados Unidos en Guatemala, Stephen McFarland, el 6 de febrero de 2009 en un despacho enviado al Departamento de Estado.
Un año después, a lo largo de 2010, reportajes en la prensa
internacional y estudios académicos de centros especializados
confirmaban profusamente esta realidad. El propio presidente Álvaro
Colom reconoció en septiembre del año pasado, en entrevista con La Jornada, que su país estaba “lleno de zetas”.
La agencia antidrogas estadunidense (DEA) reportaba que por los
corredores terrestres de Centroamérica entraban a México, rumbo a la
frontera norte, entre 250 y 300 toneladas de cocaína pura al año. Y se
tenían contabilizados en todo el país, asentados como residentes, al
menos 800 mexicanos pertenecientes a Los Zetas. En esta historia no se están tomando en consideración las células del cártel del Pacífico, que fueron las primeras en penetrar e instalarse en Centroamérica.
El reporte confidencial de 2009 del embajador en Guatemala es previo a la fractura de Los Zetas con el cártel del
Golfo y constituye una relación de hechos y testimonios recogidos por
funcionarios de la misión diplomática que viajaron a la zona de Alta
Verapaz para contactar a sus informantes y tener datos de primera mano.
Es el relato de un proceso que se repite en muchas otras regiones del
país.
Escolta a zetas
Los informantes cuentan cómo las autoridades no sólo no
persiguen a los grupos de narcotraficantes, sino que incluso el propio
jefe local de la Policía Nacional Civil Carlos Sandoval Orellana los
escolta y protege; cómo los jueces y fiscales no proceden conforme a la
ley o incluso toman partido por los traficantes; cómo incluso el
delegado de migración en la ciudad les proporciona pasaportes y resuelve
el papeleo legal para que los mexicanos normalicen su situación como
residentes. En Cobán, una ciudad que con las localidades aledañas no
pasa de 150 mil habitantes, se tenían identificados por las autoridades
al menos 100 recién llegados, a quienes ligan con Los Zetas. Allí la población es mayoritariamente kekchí. Y la policía sólo cuenta con 280 agentes para toda la entidad.
Por Alta Verapaz corre la llamada franja transversal del norte y las
principales carreteras que cruzan el país hacia la frontera mexicana. Los Zetas
en 2009 compraban terrenos para asegurar un corredor. Cuando los
propietarios de las tierras se negaron –en este caso fueron dueños de
plantaciones de palma africana– los agricultores fueron secuestrados. El
cable cita al jefe de la policía local Carlos Sandoval, quien aseguró a
los funcionarios de la embajada que, en efecto, los narcotraficantes
utilizan la zona como corredor para transportar droga a México, pero no
alteran la vida cotidiana del lugar.Miembros de la organización criminal compraron dos ranchos aledaños al aeropuerto local y según aseguran los informantes de la embajada, Los Zetas utilizaban en esa época el puerto aéreo libremente, incluso a plena luz del día.
En suma, concluye el cable, el estado de derecho en esta región
está colapsando.
Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/02/13/index.php?section=politica&article=002n1pol
Foto :
Reuters
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