A pesar de esto, la magia del fútbol nos mantiene
pegados al televisor. A la belleza del juego y al arte desplegado por
algunos jugadores se agrega una cualidad poco frecuente en el mundo de
hoy: la igualdad. Sin importar el poder político y económico del país
que representan, 11 jóvenes compiten en igualdad de condiciones con
otros 11 jóvenes. Dentro de los equipos, la colaboración entre los
jugadores y con el técnico es esencial. Las reglas del juego son las
mismas para ambos equipos y los árbitros son habitualmente neutrales en
su aplicación.
Por primera vez en la historia,
la Copa del Mundo se lleva a cabo en África, lo cual es una buena
oportunidad para comparar el fútbol con la realidad de este continente.
Hablar
de igualdad en las relaciones entre África y los poderes económicos del
mundo es un mal chiste. Las reglas son impuestas por el árbitro (el Sr.
Banco Mundial, el Sr. FMI, el Sr. OMC y otros señores) para ayudar a
los jugadores empresariales a ganar el partido. Los técnicos africanos
–los gobiernos– han sido sobornados por los oponentes, de modo que la
colaboración dentro de los equipos se vuelve imposible. En el campo
contrario, los directores empresariales –los gobiernos del Norte–
imponen cambios en las reglas cada vez que sus equipos lo necesitan. El
juego limpio no existe. El resultado del partido se conoce con mucha
anticipación: las empresas transnacionales vencen fácilmente a África.
Contrariamente
a lo que sucede en el fútbol, donde los perdedores simplemente se
sienten mal por un tiempo, el escenario Empresas-África está lleno de
verdadero sufrimiento humano: hambre, muerte, violencia, desposesión,
desamparo, destrucción ambiental. Las riquezas del continente –bosques,
minerales, petróleo– enriquecen a los ya adinerados mientras empujan a
los africanos hacia la pobreza absoluta. El “juego” no es para nada un
juego: es una tragedia.
Sin embargo, poco o
nada de esto es informado por los miles de periodistas presentes en
Sudáfrica para cubrir la Copa del Mundo. Tanto el país anfitrión como el
resto del continente parecen estar llenos de gente feliz, vestida con
ropa colorida y tocando la “vuvuzela´”, preocupada solamente por el
triunfo o el fracaso de su equipo en el hermoso juego.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/07/africa-la-copa-del-mundo-y-la-realidad.html
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