El primer anuncio fue el 8 de agosto de 1975, cuando Wallace Broecker, investigador de la Universidad de Columbia, publicó en la revista Science un texto revelador con el título “Cambio Climático: ¿Estamos al borde de un calentamiento global pronunciado?”
Hoy, más de 40 años después de este anuncio, tengo la certeza que el tema del Cambio Climático y el Calentamiento Global no le interesa al habitante de Santiago, quien quizás piensa que solo afecta a los osos polares. Por ejemplo, muy pocos están enterados de las sequías que azotan al mundo, desde California en los Estados Unidos, al estado de Sao Paulo en Brasil pasando por Corea del Norte, Venezuela, Etiopía, Australia, Rumania y Polonia, entre otros.
El mundo gasta grandes cantidades de dinero en armas y casi nada en la mayor amenaza que enfrentamos que es el cambio climático y el calentamiento global.
Las sequías que comenzaron
el 2006 son unos de los responsables de los conflictos que afectan a
Siria y la zona circundante, siendo una muestra que los climas extremos
de altas temperaturas y sequías aumentan las posibilidades de violencia y
de conflictos. En este contexto y dado que el calentamiento global no
va a disminuir, aumentará el hambre y las guerras serán algo frecuente. El Foro Económico Mundial afirma que de aquí al 2030, la escasez de agua va a afectar al 40% del planeta.
Es decir, la mega sequía es algo que no solo nos debiera preocupar, sino que nos debiera alarmar, ¿Cuántos de ustedes saben que de los 10 años más calurosos, desde que hay registro (1880), 9 ocurrieron en este siglo?, véanlo como un aviso del futuro que se nos viene.
Ahora, ¿Por qué el santiaguino no se da cuenta?,
la razón fundamental es que escuchamos sequía, pero no hay
racionamiento y al abrir la llave de la ducha o de cualquier lavamanos,
el agua fluye en abundancia, y eso nos da la ilusión de ser un recurso
inagotable. Pero nadie se da cuenta que es un espejismo, espejismo que
se lo debemos al glaciar Echaurren, el nos abastece con
más del 70% del agua que utilizamos. Según los expertos el glaciar se
encuentra en agonía, ya que por no caer la nieve suficiente no se
recupera y se extinguiría irremediablemente de aquí al 2050
y nuestro Santiago tendrá que comenzar a racionar el agua potable
algunos años antes, para darnos algo de tiempo a ver qué hacemos. Quizás
nos salga más barato mudar Santiago al Sur que abastecerla de agua.
Los
únicos que se frotan las manos de esta desgracia son los grandes
inversionistas, quienes ya saben que la sequía global, más el
crecimiento de la población, convirtió al agua en el nuevo petróleo,
las acciones de las empresas relacionadas con el “negocio del agua”,
obtuvieron una rentabilidad dos veces mayor que las del oro.
La
ONU, define al agua no como un recurso natural, sino como un derecho
humano, lamentablemente es un principio que no se respeta, ya que
siempre está subordinado al interés de las grandes corporaciones y sus
grandes inversionistas que actúan sin moral ni justicia.
La
carrera por obtener tierras donde hay depósitos subterráneos de agua es
liderada por la corporación Nestlé, dueña de unas 70 marcas de agua
embotellada. La estrategia de la empresa es adquirir la mayor cantidad
de parcelas, bombear el agua, embotellarla y venderla, esto le reporta
ganancias millonarias. Nestlé opera así en muchas regiones afectadas por
la sequía.
Según la UNICEF cada día
mueren 4.200 niños por causa de enfermedades asociadas a la falta de
agua, como el cólera, la tifoidea, la diarrea o la deshidratación. El
Banco Mundial calcula el número total de víctimas mortales del agua
contaminada, o de su carencia absoluta, en 3,5 millones de personas al
año. Es decir, mueren más por estas razones que por el terrorismo y la
suma de todos los conflictos armados.
Podemos darnos cuenta que para variar los pobres son quienes realmente sufren por la sequía y ello nos dice que hoy el agua potable es un artículo de lujo.
Lamentablemente
desde 1980 el Banco Mundial comenzó a incluir en los paquetes de
reformas que se proponen a los países que pedían prestamos la
privatización de la infraestructura del agua, sin importar si las redes
públicas funcionaran bien, había que privatizar si o si. Al hacer esto
no se tiene en cuenta que las grandes empresas ven al agua como un
negocio, debiendo pagar buenos dividendos a sus accionistas y con este
fin utilizan cualquier recurso, como subir los precios y gastar poco en
infraestructura. Es decir, el cliente es el menos importante en esta
ecuación, sólo interesa que pague para dar buenos dividendos a los
inversionistas.
Chile no escapa a
esta situación y tenemos las disputas entre las mineras y las
hidroeléctricas por un lado y las necesidades básicas de las personas y
las actividades locales por otra.
El
mundo gasta grandes cantidades de dinero en armas y casi nada en la
mayor amenaza que enfrentamos que es el cambio climático y el
calentamiento global. Producto de nuestra equivocada forma de de
percibir y de actuar con nuestro entorno natural, es el triste y
alarmante resultado de necesitar miles de años para reparar el daño que
causamos. Las condiciones medio ambientales y naturales que sufrirán
nuestros hijos, no tendrán nada que ver con las que gozamos nosotros de
niños.
La única solución para aminorar el daño es Ética, Ciencia y tecnología, de otra forma nuestra especie tiene sus horas contadas.
vía:
http://www.elquintopoder.cl/medio-ambiente/alarma-alarma-pronto-santiago-quedara-sin-agua/
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