jueves, 21 de junio de 2012

Mèxico: En Mini Numa, Guerrero, donde la extrema pobreza lleva a la muerte...por Centro de Derechos Humanos Tlachinollan

El derecho a la salud no es una realidad para la población indígena de la Montaña, donde uno de cada cuatro niños muere antes de cumplir los seis años, como consecuencia de las “enfermedades de la pobreza”.

 Centro de Derechos Humanos Tlachinollan
Fotos: Tlachinola, Óscar Alvarado

 Foto:Centro de Derechos Humanos Tlachinollan.
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En el siguiente caso, registrado por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, se expone la precaria situación de los servicios de salud en la comunidad de Mini Numa, donde el pueblo na’savi lleva años organizándose para mejorar su calidad de vida.

Guerrero, México. Una comunidad indígena mixteca de la Montaña de Guerrero no cuenta con servicios de salud y cuando se trasladan enfermos de esa comunidad a la clínica de la cabecera municipal, no los atienden. Por no haber podido recibir atención médica, han muerto seis personas en los dos últimos años, aun cuando sufrían enfermedades curables. Las autoridades de la comunidad llevan varios años alertando al gobierno de Guerrero sobre esta situación, exigiendo atención médica. Sin embargo, las autoridades no han hecho caso.

Contexto: una de las regiones más pobres del mundo
El estado de Guerrero se encuentra dentro de las tres entidades más pobres de todo el país, junto con Chiapas y Oaxaca. El 13 por ciento de la población es indígena y se concentra principalmente en los 19 municipios de la Montaña y en ocho municipios de la Costa Chica. En la Montaña de Guerrero, como en todo el país, los pueblos indígenas son los más marginados y vulnerables. La Montaña de Guerrero es una de las regiones con mayor pobreza en el mundo. El nivel de desarrollo de los municipios de Metlatónoc y Cochoapa El Grande se compara con el de Kenia y Malawi en el continente africano.
Los derechos a la salud, a la alimentación, a la vivienda digna y a la educación no son una realidad para la población indígena de la Montaña. Uno de cada cuatro niños muere antes de cumplir los seis años de edad, generalmente como consecuencia de las “enfermedades de la pobreza” (ocasionadas por parásitos y causantes de vómito, diarreas y desnutrición) y por la falta de atención e infraestructura médica por parte del Estado. Por cada 100 mil partos, mueren 281 mujeres en la Montaña; el promedio nacional es de 51 mujeres (cinco veces menos). Existe sólo un ginecólogo para atender a 17 mil 654 mujeres en edad fértil, cuando el promedio nacional es de un ginecólogo por cada 2 mil 414 mujeres.
Los servicios estatales de salud continúan siendo insuficientes y, peor aún, deficientes. El desabasto de medicamentos, la falta de unidades médicas, de médicos y de una infraestructura apropiada forman parte de las causas de mortalidad materna e infantil con los índices más elevados del país. En toda la región, sólo existe un hospital de segundo nivel con 40 camas, que no cuenta con gabinete de radiodiagnóstico. La especialización médica sólo se ofrece en el turno de la mañana y entre semana; los demás horarios son cubiertos por médicos generales. Esta infraestructura médica, además de insuficiente, se encuentra alejada de las comunidades y provoca una derrama económica muy alta para las familias que deben trasladarse; es difícil acceder a los servicios porque nada es gratuito. Sumado a lo anterior, prevalece una actitud discriminatoria del personal médico contra la población indígena.
En Mini Numa, muertes que podían haber sido evitadas
Mini Numa pertenece al municipio de Metlatónoc, que se ubica a una hora y media a pie de la cabecera municipal. El pueblo se asentó hace más de 100 años, aunque es reconocido como delegación municipal desde hace sólo ocho. Está integrado por 321 personas, que se dedican básicamente al trabajo en el campo o bien, ante el castigado precio del maíz deciden ir a buscar un trabajo que les pueda proporcionar mejores condiciones de vida en los estados del norte del país o en Estados Unidos.
Al ser una comunidad sumida en la pobreza extrema, las enfermedades se han convertido en una causa de defunción entre sus habitantes, principalmente niños. Estos males son originados por una infraestructura precaria de agua, luz y drenaje. Este factor, aunado a la falta de servicios de salud en la comunidad así como a las deficiencias de la clínica ubicada en la cabecera municipal de Metlatónoc, ha influido en el porcentaje de mortalidad en casos de enfermedades curables. Las causas de muerte más comunes en la comunidad de Mini Numa son las enfermedades intestinales de tipo infeccioso. En cada uno de los casos que siguen, por falta de atención médica, los familiares tuvieron que caminar con sus enfermos hasta la clínica de Metlatónoc. Y en cada uno de esos casos, a pesar de haber llegado con grandes esfuerzos hasta la clínica, los pacientes no recibieron atención médica.
- Fidel Montealegre Rojas (9 años). Nació el 24 de abril de 1996. El 9 de septiembre de 2005, al padecer vómito, fiebre, diarrea y dolor de estómago, sus padres lo cargaron a pie hasta la clínica de Metlatónoc. La clínica estaba cerrada; por lo tanto, sus padres se regresaron con el niño, quien murió 6 días después, el 15 de septiembre de 2005, sin haber recibido atención médica.
- Ofelia Montealegre Rojas (7 años). Es hermana de Fidel y nació el 20 de junio de 1998. Padecía los mismos males que su hermano. El 16 de septiembre, sus padres la cargaron caminando hasta la clínica de Metlatónoc. Llegaron a las cuatro de la mañana y esperaron todo el día a que abriera la clínica, pero ésta nunca abrió. Se regresaron con la niña, quien murió cuatro días después, el 20 de septiembre de 2005. Nunca recibió atención médica.
- Silvestra de los Santos (22 años). Nació el 10 de abril de 1984. 15 días después de haber dado a luz, acudió a la clínica de Metlatónoc porque padecía dolor de estómago, fiebre, diarrea y dolor de cabeza. Pero cuando llegó, ya se habían terminado las fichas y le dijeron que regresara el día siguiente. Murió dos semanas después, el 11 de mayo de 2006, sin haber recibido ninguna atención médica.
- Olivia Vásquez Cano (7 años). Nació el 13 de marzo de 2007. Como padecía diarrea, sus padres la llevaron a la clínica de Metlatónoc, sacaron su ficha y se quedaron a esperar su turno. Sin embargo, el doctor Cisneros les dijo a las cinco de la tarde que ya no iba a atender gente porque tenía hambre, y que tendrían que volver otro día. Los padres regresaron a Mini Numa y su hija se murió pocos días después, el 13 de diciembre de 2006, sin haber recibido atención médica.
- Leónides Montealegre Hernández (4 años). Nació el 14 de enero de 2003. Como padecía dolor de estómago, calentura, vómito y diarrea, sus padres la llevaron a la clínica de Metlatónoc un día de la semana a las ocho de la noche, pero estaba cerrada. Se regresaron a Mini Numa y su hija murió el 6 de marzo del 2007, sin haber recibido atención médica.
- Cayetano Hernández Guevara (54 años). Perdió de repente el conocimiento y quedó débil. Su esposa buscó al doctor Cisneros y le pidió que fuera a revisarlo, pero el doctor no quiso ir hasta Mini Numa y Cayetano estaba demasiado enfermo como para caminar hasta Metlatónoc. Murió el 10 de junio de 2007 sin haber recibido atención médica.

La comunidad se organiza para recibir su derecho a la salud
- 2003: primeras solicitudes
Frente a la ausencia de servicios de salud en la comunidad, la atención deficiente en la clínica de Metlatónoc y las varias muertes derivadas de esa situación, en 2003 el pueblo de Mini Numa se organizó para solicitar al gobierno de Guerrero la creación de un centro de salud en su comunidad, con un doctor de planta, una enfermera y un cuadro básico de medicamentos.
- 2005: el pueblo construye su casa de salud
Una de las primeras y tardadas respuestas por parte de la Secretaría de Salud de Guerrero fue que no podía enviar personal porque la comunidad no contaba con una casa de salud, y entonces el personal no tendría en dónde laborar. Frente a ese argumento, en 2005 el pueblo se organizó y con grandes esfuerzos logró construir una casa de salud de adobe y lámina. A pesar de ello, el gobierno no cumplió su promesa y nunca llevó personal a la casa de salud.
Un Técnico en Asistencia Primaria a la Salud (TAPS), quien solía visitar a la comunidad cada dos o tres meses, llevó en su momento a la casa de salud unas medicinas, las cuales rebasan la fecha de caducidad hoy en día. El TAPS no se presenta más a Mini Numa desde hace mucho tiempo.
- 4 de enero de 2006: una petición que quedó sin respuesta
El delegado municipal y el comité de salud de Mini Numa dirigieron una petición al doctor Aarón Nájera Moctezuma, jefe de Jurisdicción Sanitaria 04 de la Montaña, dependiente de la Secretaría de Salud del estado. En ella, solicitaban únicamente un prestador de servicio médico que pudiera atender a la población de Mini Numa de lunes a viernes. El doctor nunca contestó oficialmente, a pesar de que se le mandaron varios oficios. Lo único que comentó fue que no había recursos ni personal y que, por lo tanto, no tenía caso que la comunidad siguiera adelante con su petición.
- 7 de mayo de 2007: solicitud de una unidad médica al gobernador del estado
Frente al rechazo de las autoridades de atender su caso, las autoridades de Mini Numa se presentaron al Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan para pedir un apoyo en su lucha por el derecho a la salud. Se elaboró una nueva solicitud dirigida al gobernador del estado, con copia al presidente de la república, solicitando una unidad médica con personal capacitado y cuadro básico de medicamentos, con el fin de evitar más muertes por enfermedades curables.
A partir de esa fecha, el personal de la Secretaría de Salud que visitaba Mini Numa de manera esporádica para vacunar a los niños dejó de acudir a la comunidad. De la misma manera, ya no regresaron las personas que impartían las pláticas en el marco del programa asistencialista “Oportunidades” y que entregaban la papilla nutricional para las mujeres embarazadas o que se encontraban lactando. En vez de atender las demandas legítimas de la población de Mini Numa, el gobierno la castiga, retirándole todo tipo de apoyo.
- 19 de julio de 2007: la respuesta burocrática de un gobierno indiferente
Más de dos meses y medio después, se recibió vía fax una hoja firmada por el Secretario de Salud del estado, el doctor Luis R. Barrera Ríos, en la que se señalaba lo siguiente: “Informo a usted (que) de acuerdo a los lineamientos establecidos en el Modelo Integrador de Atención a la Salud (MIDAS), para construir un Centro de Salud la localidad sede deberá contar con una población de 2 mil 500 a 3 mil habitantes por núcleo básico a una distancia de 15 kilómetros, y un tiempo de 30 minutos de recorrido al Centro de Salud más cercano. La localidad tiene una población de 271 habitantes que es atendida por el centro de salud de Metlatónoc a una distancia de cuatro kilómetros y un tiempo de 60 minutos”. De lo anterior se desprende que se niega la instalación de una unidad médica con personal capacitado y un cuadro básico de medicamentos en razón de lineamientos de un rango inferior a los tratados, pactos y convenios internacionales de derechos humanos e incluso de la misma Constitución.
Es de llamar la atención que se haga referencia al centro de salud de Metlatónoc como opción para la población de Mini Numa. Como se mencionó anteriormente, para llegar a la clínica hay que caminar una hora y media (no hay transporte público entre Mini Numa y Metlatónoc, y menos un servicio de ambulancia), pero cuando se traslada a un enfermo, se tarda mucho más en llegar.
Aunado a eso, es importante precisar que la clínica de Metlatónoc tiene que atender a una población de alrededor de 15 mil personas repartidas entre la cabecera municipal y unas 40 comunidades bastante alejadas unas de otras. Por la misma condición de pobreza extrema de las comunidades, hay un gran número de enfermos por atender. Sin embargo, esa clínica abre solamente de lunes a viernes de nueve de la mañana a tres de la tarde (aunque a veces hasta en esos horarios se encuentra cerrada) y no atiende a ningún paciente fuera de dichos horarios, incluso si su estado de salud es muy grave. Cuenta con un sólo doctor y unas cuantas enfermeras. Se distribuyen de 15 a 20 fichas por día, y quien no alcanza una tiene que regresar el día siguiente. Quienes “tienen la fortuna” de ser atendidos, tienen que ir a comprar sus medicinas a la ciudad de Tlapa (a unos 75 kilómetros), lo que representa un gasto exorbitante, entre el traslado y las medicinas, para la población de esas comunidades.
Por ese motivo, la respuesta del gobierno al pueblo mixteco de Mini Numa es una clara muestra del desprecio de las autoridades hacia las comunidades indígenas más marginadas: en lugar de fomentar el dialogo y la búsqueda de soluciones a un problema sumamente grave, el gobierno se esconde detrás de sus lineamentos para dejar a los pueblos en el más profundo abandono.
- 10 de agosto de 2007: se interpuso un recurso de inconformidad
En respuesta al oficio del gobierno del 19 de julio, se presentó un recurso de inconformidad en el que se recordaba que el derecho a la salud es un derecho constitucional y, sobre todo, uno de los derechos humanos más reconocidos en un gran número de organismos internacionales. Por lo tanto, la Secretaría de Salud del estado de Guerrero tiene la obligación de atender la demanda de la comunidad de Mini Numa.
- 13 de agosto de 2007: formal queja y solicitud de medidas cautelares
Aunado al recurso de inconformidad, se interpuso una formal queja y se solicitaron medidas cautelares ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CODDEHUM) por “actos violatorios a nuestros derechos a la vida, a la salud, a la no discriminación y al desarrollo de la comunidad de Mini Numa” en contra del gobernador, el secretario de Salud de Guerrero y el doctor de la Clínica de Metlatónoc, entre otras personas.
El 7 de septiembre de 2007, la CODDEHUM otorgó las medidas cautelares en las que se solicita lo siguiente:
1.     Que el gobierno del estado adopte todas las medidas administrativas, legislativas y de cualquier índole necesarias para salvaguardar la vida y la salud de la población de Mini Numa.
2.     Que una brigada de salud atienda a la población de Mini Numa de manera continua, en tanto se resuelve el fondo del presente caso de violación a los DESC.
3.     Que la Secretaría de Salud opere con personal calificado las 24 horas del día y de lunes a domingo en la clínica de Metatónoc y asegure contar con un cuadro básico de medicamentos.
El secretario de Salud del Gobierno del estado de Guerrero, doctor Luis R. Barrera Ríos, respondió el 21 de septiembre de 2007 que la primera medida cautelar estaba garantizada con el único personal que se encuentra laborando en el Centro de Salud de Metlatónoc, quien brinda atención hasta después de las tres y media de la tarde; que, además, a partir de esta fecha un técnico en atención primara a la salud estaría comisionado permanentemente para atender la comunidad de Mini Numa. Por último, informó que ha ordenado el abasto de medicamentos.
Con esta respuesta, el secretario de salud nuevamente minimizó la petición de Mini Numa, toda vez que estas medidas resultan insuficientes para responder con seriedad a la demanda de la comunidad.
La postura de la Secretaría de Salud ameritó que se recurriera ante la justicia federal. El 9 de noviembre de 2007, los indígenas mixtecos promovieron una solicitud de amparo ante el Juzgado Séptimo de Distrito con sede en Chilpancingo, la cual quedó radicada bajo el expediente 1157/2007-II. A pesar de que durante casi cinco meses el juez pospuso la audiencia de pruebas y alegatos por distintas causas, entre ellas el retraso en la entrega de informes justificados que requirió al gobierno de Guerrero y la Secretaría de Salud, finalmente el pasado 11 de julio el juez otorgó el amparo a Mini Numa por violación a su derecho a la salud y la inadecuada prestación de servicio público.
En agosto de 2008, el juez Séptimo de Distrito radicado en Chilpancingo, Luís Almazán Barrera, concedió la protección de la justicia federal a la comunidad na’savi (mixteca) de Mini Numa, municipio de Metlatónoc, contra la negativa de la Secretaría de Salud y del gobierno de Guerrero de garantizar su derecho de acceso a la salud.
El juez no sólo reconoció que Mini Numa no cuenta con médico, sino que el centro de salud de la cabecera municipal de Metlatónoc no ofrece las condiciones mínimas establecidas en el Modelo Integrador de Atención a la Salud (MIDAS) y demanda por ello a las autoridades en materia de salud que construyan un inmueble adecuado que cuente con personal, medicamentos y servicios básicos para su buen funcionamiento.
Tres meses después de esta sentencia, un médico acudió a prestar servicios a Mini Numa y la clínica fue surtida con medicamentos.

 http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2012/06/en-mini-numa-guerrero-donde-la-extrema-pobreza-lleva-a-la-muerte/

 Ligas Centro de Derechos Humanos Tlachinollan Guerrero: piden garantías a la salud de indígenas esterilizados Mini Numa, un caso inédito

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