Pedro Echeverría V.
1.
Josefina Vázquez Mota –la flamante candidata presidencial del PAN- es
una mujer, pero antifeminista partidaria de la doctrina antiabortista de
la iglesia. El panista Vicente Fox, siendo presidente, demostró una
enorme ignorancia en la cosa pública pero con ser “dicharachero” y con
sus “agradables” payasadas hizo a un lado su incapacidad saliéndose
siempre por la tangente. Su sucesor, el panista, Felipe Calderón resultó
muy hábil e inteligente, pero para gobernar sus seis años ha tenido la
necesidad de tener a cientos de miles de soldados del ejército en las
calles de por lo menos la mitad del país en una especie de Estado de
sitio. La pobre V. Mota –quien ocupó altísimos cargos en los dos
gobiernos- jamás demostró grado alguno de independencia; se comportó en
los 12 años anteriores como simple guardián de cada uno de los
presidentes en turno. En cada uno de sus discursos sale siempre a
relucir: “como dijo y ordena el señor presidente…”.
2.
¿Hacia dónde harán los medios de información y los empresarios que la
población o los electores dirijan sus votos? Es obvio que los hombres
del capital o del dinero contante y sonante, no son unos tontos o unos
imbéciles. Saben que el PAN no puede ya garantizarles mejores ganancias
que el PRI, sobre todo si tras las faldas de V. Mota van a estar los
Calderón, los Cordero y demás connotados empresarios panistas que han
dejado terriblemente mal el país: con 67 mil muertos, desempleo y en
quiebra. Porque no hay que olvidar que en política y en economía no hay
vacíos, todos se llenan con los poderes fácticos. Antes que inclinarse
los empresarios por la continuidad del panismo prefieren asegurarse con
Peña Nieto, a pasar de la enorme inmadurez que ha demostrado en sus
declaraciones y discursos. ¿Y López Obrador? Ese es otra cosa que los
empresarios pueden tomar de emergente pero no le tienen confianza, sobre
todo porque el clero lo odia.
3.
Como en la mayoría de los países, los electores acuden a las urnas a
depositar su voto, pero durante más de seis meses los medios de
información –particularmente la TV- le dicen a los electores quién va a
ganar, quién va adelante, quién no tiene ninguna oportunidad, incluso,
por medio de encuestas inteligentemente construidas, pareciera que es la
manera “más científica” de manipular a la pobre población y que al
final le toman la mano a los electores para cruzar el círculo más
conveniente. Hoy, antes del inicio formal de las campañas, los
empresarios y encuestadores dicen que Peña Nieto tiene el 70 por ciento
de posibilidades; V. Mota, el 30 por ciento y López Obrador (el único
que ha recorrido los casi tres mil municipios del país en tres ocasiones
durante seis años) apenas alcanza el 20 por ciento de posibilidades.
¿Quién determinó que Peña Nieto, por el hecho de ser el candidato de
Televisa y los empresarios, va adelante?
4.
Y el hecho general terrible es que las encuestas además de encaminar el
voto de los electores hacia un candidato, al final los resultados
electorales terminan pareciéndose a las encuestas. Es decir, nunca se
equivocan de ganador, no cometen errores por más de diez puntos y nadie
que esté en tercer sitio triunfa electoralmente. La encuestas cumplen
con una doble función: adelantarse en los resultados, pero también
manipular a los electores indicándoles a los ilusos por quién votar.
Desde que apareció de la nada Peña Nieto –pero advirtiendo que era el
candidato de los medios de información y de los empresarios- jamás ha
caído del 70 por ciento de posibilidades. Por el contrario, cargando
AMLO de una campaña de “violento”, “inconforme”, “denunciador”, jamás ha
podido superar el 20 por ciento; que por cierto ha sido siempre el
límite máximo de votos del PRD-PT, con excepción de 1988 y 2006.
5.
Aunque todavía es temprano, porque formalmente no se han iniciado el
proceso electoral para el 1 de julio, no dejo de pensar en un “Plan B”,
es decir, en una salida triunfante o por lo menos decorosa que impida la
destrucción del lópezobradorismo. ¿Qué pasaría si AMLO, de acuerdo a
las encuestas no pasa del 25 por ciento, permanece en tercer lugar y no
existe posibilidad alguna de triunfo? No debe olvidarse que el pobre de
Cárdenas después de 1988, los siguientes seis y doce años fueron un
gigantesco fracaso. Pudo haber ganado en 1988 pero luego fue desinflado
por la clase empresarial y los medios de información. Y el que AMLO
permanezca en el 20 por ciento un mes más no es nada gratificante. ¿Para
qué las decenas de miles de comités en el país, los grandes movimientos
de masas y el enorme trabajo diario de seis años? Como alguien ha
dicho: con “encuestazos” pretenden arrinconar a AMLO y a sus
partidarios. ¿Quién defendió a Cárdenas en 1994 y 2000?
6.
Es muy claro que los gobiernos de Peña Nieto y V. Mota serán
exactamente más de lo mismo, lo que sus partidos nos han enseñado: el
mismo viejo PRI conformado por caciques y líderes naturales muy
corruptos y el mismo PAN – V. Mota lo repite cada minuto- que Calderón
está dejando. López Obrador –aunque llegue maniatado y condicionado-
tendrá que ser diferente; y si se levanta un fuerte movimiento de masas
para exigirle que cumpla “primero con los pobres” él lo tendrá que
hacer. Por eso de antemano lo descartan y la propaganda contra él no
cesa. Por eso en los próximos cuatro meses, si se desatan los
movimientos de electricistas, de los profesores de la CNTE, de los
mineros, de la APPO y demás, la burguesía no tendrá más remedio que
aceptar a AMLO y hacer a un lado a Peña y a V. Mota, por incapaces. Pero
si, por el contrario, nada pasa a pesar de la terrible situación que
vive el país, el PRI impondrá a Peña.
7.
¿O, acaso, pesará más la visita papal del 24 de marzo para uncir a V.
Mota? ¿Formará esta visita parte de la estrategia de la iglesia para
obligar al gobierno a firmar puntos clave que devuelvan el enorme poder
al clero tales como: a) Televisión y medios de información para el
clero; b) intervención directa del catecismo en la escuela pública, c)
financiamiento de las escuelas privadas por parte del Estado. No sabemos
hasta donde han llegado los arreglos que durante 11 años han logrado la
iglesia y el Estado panista. De todas maneras Peña Nieto o V. Mota son
la misma gata revolcada. ¿Será esta campaña y las elecciones el triunfo o
la muerte definitiva de la socialdemocracia mexicana o la centro
izquierda? No sabemos, pero las reflexiones y la discusión de este
asunto es esencial. ¡Qué bueno que Cárdenas y su equipo parecen
animarse!, ¡Qué bueno que algunos sectores de la izquierda se estén
aglutinando! Pero no hay que hacerse ilusiones. ¡Tenemos que ir el
centro del problema!
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