La soberanía argentina sobre Malvinas goza de una abrumadora mayoría
de opinión favorable. Sin embargo, Londres sigue cerrada a toda
negociación. ¿Y si se prueba con sanciones a sus grandes empresas aquí?
"Hermanita perdida vuelve a casa", cantaba Atahualpa Yupanqui en un tema de su autoría y Ariel Ramírez. No estaba perdida sino robada, porque Malvinas, de ella se trata, fue ocupada por el colonialismo inglés el 3 de enero de 1833.
Esos primeros piratas pusieron a bordo
los residentes y los trasladaron de prepo a Buenos Aires. Soledad y Gran
Malvina serían suyas. No importaba que Londres quedara a 14.000
kilómetros y no pudiera invocar título legal de propiedad. El viejo
imperio se hizo grande invadiendo, robando, pirateando y guerreando.
¡Cuántos títulos nobiliarios se habrán comprado de ese modo, goteando
sangre apenas disimulada!
Los títulos de la Confederación
Argentina, en cambio, eran perfectos. Continuaba jurídicamente al
Virreinato del Río de la Plata y en las islas había un delegado del
gobernador de Buenos Aires. Los británicos no habían objetado esa
continuidad legal y política, cuando en 1825 reconocieron a la nación
que sería la Argentina.
Reclamo va, reclamo viene, las islas
siguieron bajo dominio británico hasta el 2 de abril de 1982, cuando el
Operativo Rosario de las Fuerzas Armadas argentinas. El 14 de junio,
tras bombardeos y desembarcos, los ingleses retomaron el control y
Puerto Argentino volvió a su denominación de Port Stanley. Las Malvinas
perdieron otra vez la identidad con el nunca bien ponderado
"Falklands".Euforia y derrota.
El desembarco del 2 de abril generó
euforia en el pueblo argentino, pero el 14 de junio reabrió los reprochs
contra "la guerra de Malvinas". Volver a nuestras islas estuvo bien,
luego de 149 años de ocupación sin cambios a la vista. Los pueblos
latinoamericanos apoyaron esa gesta, sin importar que se llevara los
aplausos un general tan poco majestuoso como Leopoldo Galtieri. El
resultado de la guerra bien pudo ser otro si los militares argentinos
peleaban con la bravura de los pilotos de la Fuerza Aérea o de algunos
infantes de Marina.
Fidel Castro le preguntó en La Habana al
canciller Nicanor Costa Méndez cómo era el general Mario B. Menéndez,
gobernador. El ministro empezó a contestar: "es un hombre morocho,
bajito, de familia militar". "No -aclaró el cubano- le pregunto si sabe
pelear".
Ese fue el problema. Menéndez y otros de
su familia, como el genocida Luciano Benjamín, sabían de operativos
nocturnos contra militantes populares, en mayoría de 200 a 1. Sabían
secuestrar, torturar y matar, robar chicos y violar mujeres. Eso sabían.
De pelear contra un ejército profesional en un teatro aero-naval, ni
noticias. Para colmo sus padrinos, los militares norteamericanos de West
Point, las escuelas del Canal de Panamá, el Plan Cóndor, etc, estaban
totalmente del lado inglés, como correspondía a dos aliados de la OTAN.
Pésima conducción de la guerra al margen, a Argentina aún le duelen sus
649 muertos, entre ellos muchos del ARA "General Belgrano". También los
centenares que se suicidaron al volver. De eso no se debería renegar
como sí lo hizo un amplio espectro de políticos, militares y medios
desmalvinizadores. Para éstos el 2 de abril no debió existir. Pero
existe."Vieja Raposa".
El imperio británico había mostrado su
condición de "Vieja Raposa" antes de 1982 y su conducta posterior fue
idéntica. No había aceptado la resolución 2065 de las Naciones Unidas,
que instaba a conversar entre las dos partes sobre la soberanía. Y
obturó esa vía diplomática a pesar de nueve resoluciones similares
posteriores.
Tuvo razón la presidenta Cristina
Fernández cuando en la Cumbre de la Unión Europea y Latinoamérica, en
mayo de 2010, le reprochó al premier David Cameron que aquella conducta
"es un mal ejemplo para la multilateralidad".
Londres fue adoptando una actitud de más
en más provocadora. No se sienta a hablar en los términos solicitados
por la ONU y aceptados por Buenos Aires. También hizo emitir a los
Kelpers licencias de pesca en forma unilateral; la mayoría de esas
autorizaciones fueron para barcos españoles (¿dónde está entonces la
"solidaridad" de los Borbones?).Violaciones.
Asimismo, con la venia de la corona
británica, Rockhopper y Desiré Petroleum han comenzado a explorar en
busca de petróleo alrededor de las islas. Habrían encontrado reservas de
crudo al norte, por 242 millones de barriles, empleando la plataforma
Ocean Venture. El petróleo y la pesca, huelga decirlo, son argentinos,
pero los usurpadores se comportan como si fueran suyos.
No conformes con esas violaciones de la
legalidad internacional, Cameron ordenó en octubre de 2010 ejercicios
militares en las islas y emplear misiles tierra aire, que fueron
disparados desde la isla Soledad.
Lo que los ingleses tienen a la vista es una dotación militar de 1.200 hombres, más el buque HMS Clythe, 4 aviones Typhoon y abundante artillería y misiles. Provocadores, los efectivos declararon que si los argentinos querían llegar a las islas serían abatidos son ningún inconveniente. "Sería como cazar pavos" dijo uno, pavoneándose el pavote.
Lo que los ingleses tienen a la vista es una dotación militar de 1.200 hombres, más el buque HMS Clythe, 4 aviones Typhoon y abundante artillería y misiles. Provocadores, los efectivos declararon que si los argentinos querían llegar a las islas serían abatidos son ningún inconveniente. "Sería como cazar pavos" dijo uno, pavoneándose el pavote.
La parte que no se ve, pero que en
cualquier momento podría mostrar el mástil, es un submarino nuclear que
estaría recorriendo el Atlántico Sur en "defensa" del archipiélago. Los
súbditos más colonialistas claman a Cameron y su ministro de Defensa
Philip Hammond que ese submarino muestre al fin su nariz. Se lo pedían
al antecesor de Hammond, Liam Fox, pero debió renunciar en octubre de
2011 fulminado por denuncias de corrupción.Sancionar monopolios
británicos.
Por lo antedicho, el camino recorrido
por Argentina en 179 años de sufrir una amputación de su territorio
nacional ha sido el de la diplomacia, exceptuados esos casi 75 días de
desembarco con armas.
Los frutos de esa labor diplomática
continuada han sido bien escasos según el balance concreto. Las
autoridades argentinas podrán esgrimir que Londres es un hueso duro de
roer, al punto que de las 16 posesiones coloniales que perviven
vergonzosamente en mundo, 10 son presas que los ingleses se resisten a
soltar.
Pero también ese ejemplo se puede leer
de otro modo. Entre los territorios que la reina Isabel II debió
devolver estuvo Hong Kong. China la apuró, con fuerza económica, unidad
nacional y soldados, en una combinación exitosa para que la diplomacia
de Beijing se anotara esa victoria monumental. No es que el país de ojos
rasgados estuviera a punto de invadir la perla financiera del Este,
pero metían miedo el ruido de las maniobras del EPL. No es lo que sucede
con las Fuerzas Armadas argentinas: no tienen hipótesis de conflicto
aero-naval, ni misiles ni siquiera un balance a fondo de la experiencia
de 1982.Prohibiciones.
El otro error capital argentino, de
tiempos menemistas pero no rectificado por Cristina Fernández (ni antes
por su marido), fue sacar la cuestión Malvinas de la órbita de la
Asamblea General y derivarlo a un organismo inferior, el Comité de
Descolonización.
El Palacio San Martín debería aprender
de Cuba, que todos los años presenta su moción contra el bloqueo
estadounidense ante la Asamblea General y obliga a un debate
internacional completo, que desnuda al imperio. En vez de discutir en
aquella gran caja de resonancia, las islas se consideran en una comisión
de segunda categoría. ¿Para cuándo a la Asamblea General, canciller
Héctor Timerman?
El último comunicado de la cancillería
argentina detalla los pronunciamientos solidarios con Argentina: "Cumbre
de América del Sur y Países Arabes (ASPA) del 31 de marzo de 2009;
Cumbre de América del Sur y Africa del 27 de septiembre de 2009; Cumbre
de Unasur del 29 de octubre de 2011; Cumbre Iberoamericana del 29 de
octubre de 2011; Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC), del 5 de diciembre de 2011, y Grupo de los 77 más China". La
serie culmina con la decisión del Mercosur, del pasado 20 de diciembre,
"prohibiendo el uso de sus puertos a barcos que ostenten la ilegal
bandera que Gran Bretaña ha inventado para su colonia".Multas.
Todas estas gestiones y declaraciones
son útiles pero no decisivas para obligar a Londres a poner el trasero
en una silla dentro de una negociación sobre soberanía. Si se multa a
sus multinacionales que ganan fortunas en Buenos Aires, como el banco
HSBC, Shell y British Petroleum, Unilever, Bridgestone, Nobleza
Piccardo, el laboratorio anglo-estadounidense Glaxo, etc, las cosas
pueden variar.
Si el Foreing Office no responde ante
esas multas se podría confiscar alguna empresa, comenzando por Glaxo, ya
multada por un proceso irregular de investigación de vacunas en el que
han muerto 14 niños, pobres. En vez de tantos documentos diplomáticos, y
sin arrojar misiles a Puerto Argentino, se podría entrar con orden
judicial y la Gendarmería en ese laboratorio.
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