Ollanta, presidente de Perú: o sirve a los pobres y miserables o a los empresarios y al imperio
Pedro Echeverría V.
Pedro Echeverría V.
1.
Ollanta Humala, quien apenas tomó la presidencia del Perú el 28 de
julio pasado, tiene qué decidir el rumbo de su gobierno: o le cumple a
los pobres que mayoritariamente votaron por él, o se entrega a los
empresarios que apoyaron a Seyko Fujimori, hija de funesto dictador que
está en la cárcel. Está en el momento preciso en el que tiene que
decidir el rumbo porque las presiones están en su punto más álgido,
sobre todo el un problema básico de la economía: Apoya las gigantescas
inversiones para el desarrollo más grande de la minería y así los
millonarios peruanos se hagan más poderosos y conviertan a Perú en una
país más moderno o, apoya al 80 por ciento de la población que se mueve
entre la miseria, el desempleo, que observa la terrible contaminación de
sus aguas, bosques y sus alimentos. ¿Vale la pe
na una
modernidad capitalista que crea una macroeconomía y hace a un lado al 80
por ciento de la población que no encuentra cómo vivir?
2.
Ayer, Ollanta invitó a empresarios de la cuenca Asia Pacífico,
participantes de la Cumbre Empresarial del APEC 2011, a invertir en
Perú, y “formar parte del proceso de desarrollo con inclusión social”.
Señaló que el Perú dará la bienvenida a las empresas preocupadas por los
impactos sociales, ambientales y económicos de sus actividades.
Reiteró: “Queremos inversiones que respeten los derechos laborales”;
además, explicó que Perú está experimentado un proceso de crecimiento
económico notable con estabilidad macroeconómica. Sobre el mismo tema,
mencionó que el Producto Bruto Interno (PBI) se triplicó en la última
década, que el Perú tiene reservas internacionales netas que superan los
US$ 48 mil millones de dólares, y que las exportaciones se han
multiplicado por 5 en los últimos diez años. E
se
crecimiento sin duda significa un enorme reto para Humala que hasta el
día de hoy, parece preocupado por programas
sociales.
sociales.
3.
Sin embargo no debe olvidarse que Perú es un país minero en poquito más
del 50 por ciento de las exportaciones. Es el 2do productor de plata,
el 3ro de zinc el 4to de plomo, el 5to de cobre y 6to de oro y además
de contar con otros recursos naturales, el Perú continúa siendo un país
pobre. Más aun el sector minero se caracteriza por la falta de
confianza entre sus principales actores y es propenso a ser escenario de
conflictos sociales. Desde un punto de vista macroeconómico la minería
es extremadamente importante ya que aporta el 57% del total de las
exportaciones peruanas y el 6.6% del PNB. Pero las expectativas creadas
por el desarrollo de esa industria provocan terribles daños al medio
ambiente y el pueblo está muy consciente de ellos y sale a las calles a
protestar; además, son los grandes empresario
s
quienes acumulan capitales mientras los mineros viven en la miseria y la
contaminación.
4.
Se pueden leer muchas protestas del pueblo: “la contaminación del agua
de Ite. Chile, ya que las minas de Toquepala dañan la fauna, la flora,
afecta al mar y los ríos”. Otra protesta: “El agua pura es un recurso
renovable, pero puede dejar de ser útil por la contaminación de las
actividades humanas que destruyen el ecosistema de miles de plantas y
especies de animales”. Y así, en Internet pueden encontrarse cientos de
pequeñas cartas de protesta. El año 2005 a 2010, la Defensoría del
Pueblo registró cientos de casos de conflictos sociales, la mayoría
fueron socio-ambientales y muchos por agua. De estos últimos, muchos
conflictos estuvieron vinculados a la minería. Estos se produjeron en el
departamento de Cajamarca y estuvieron involucradas las empresas Majaz,
San Nicolas, Buenaventura, Sienna Mine
rals,
Pan Amercan Silver, Yanacocha, Maple Gas Corporation del Perú,
Transportadora de Gas del Perú,
entre otras.
entre otras.
5.
Aquel país aparentemente pacífico que observé en abril de 2010, por la
imposición de del gobierno autoritario de Alan García que en la práctica
estaba siguiendo la línea del dictador Alberto Fujimori (en la cárcel
entonces por corrupción), puede descomponerse si el pueblo peruano –muy
pobre y miserable- se siente defraudado por Humala que ganó la
Presidencia gracias a su apoyo. Si Ollanta no acude a las movilizaciones
de masas, a las alianzas con organizaciones de trabajadores o organismo
d izquierda, será obligado a traicionar sus compromisos y sus ideales.
Los sectores empresariales y proyanquis de Perú están presionando muy
fuerte para que Ollanta haga a un lado a los sectores izquierdistas de
su gabinete y para que acepte las inversiones de capital nacional y
extranjero. ¿Ollanta debe reflexionar: quie
re un
país moderno donde los ricos sean más rico y los pobres miserables?
¿Quiere la contaminación del agua y los alimentos?
6.
la realidad es que en política económica, el presidente Humala -que
ganó las elecciones con el apoyo de la izquierda y con una oferta
electoral de cambio del modelo neoliberal- parece haber entregado el
manejo económico a la tecnocracia liberal, lo que le ha ganado los
aplausos del empresariado y la derecha. Habla siempre de mayor atención a
la inversión social, pero no modifica nada. Estos cien días han sido la
continuidad del modelo económico y los gestos a los inversionistas
diciéndoles que habrá algunos cambios, pero que no serán cambios de
fondo, por lo que no deben preocuparse. En el gobierno hay socialistas,
ecologistas y liberales. En la práctica hay una hegemonía del núcleo
liberal. Cien días de algunos avances y también decepciones para las
bases populares del presidente Humala. Para la derecha
han
sido cien días en los que se han alejado sus miedos a un cambio de fondo
del modelo
económico.
económico.
7.
Ollanta Humala está caminando en este momento en el “filo de la navaja”
como muchos gobiernos socialdemócratas que hablan como si fueran de
izquierda pero no dejan de pensar en las comodidades y privilegios que
les ofrece la derecha: buenos negocios, inversiones, viajes de placer,
dinero, mucho dinero a cambio de sólo dejar hacer y dejar robar. Por el
contrario servir al pueblo, a los trabajadores, no proporciona riquezas y
privilegios; al contrario, obliga a mucho trabajo, sacrificios y
entrega total. ¿Qué política escojerá Ollanta con las grandes ofertas de
los ricos y el imperio yanqui por un lado, y las movilizaciones de la
población que no quiere verse otra vez traicionada? Mis amigos limeños
(un líder sindical y un estudiante) me han enviado interesantes informes
acerca de la situación que se vive en
aquel
país y me han pedido que manifieste mi opinión al respecto. Ollanta está
a tiempo de cumplir con los pobres; eso esperamos.
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