Educación, sindicalismo y los enemigos de la educación pública, gratuita y laica
Pedro Echeverría V.
Pedro Echeverría V.
1.
Los problemas de la educación en México no son por incapacidad y
“errores” de funcionarios corruptos, de profesores flojos, de
sindicalismo corrupto, porque las escuelas carezcan de todo o porque la
política domina en ella. Entiéndase bien es una problema estructural,
del sistema capitalista, de todo el poder que es necesario cambiar. No
puede cambiarse en partes quitando a un funcionario o a un dirigente
sindical funesto, sino transformando las relaciones de poder. ¿No se ha
entendido que cualquier secretario de Educación: desde el gran
Vasconcelos hasta Lujambio, pasando por Torres Bodet, tiene que
responder a los intereses del gobernante en turno y éste a políticas
internacionales impuestas por la UNESCO, la ONU y el imperialismo? Lo
que hacen los inflados jefes de la SEP y los corruptos del SNTE son
pequeÃ
±as
cosas ante las determinaciones educativas: en presupuesto, planes,
programas, todo determinado desde afuera.
2.
En los hechos los pobres “altos funcionarillos culeros” –dijo una
amiga- los único que hacen es administrar burocráticamente lo que les
ordenan y, obvio, cobrar sus abultadísimo salarios. Decir que algún
secretario de educación ha tenido ideas, y lo peor, que las ha puesto en
práctica, es algo así como una tontería; o decir que la Gordillo y toda
la “runfla” que ha pasado en la dirección del SNTE, ha hecho las cosas
pensando en una buena educación, es reiterar esa bobada. Bien podría
demostrarse que desde 1945, cuando México no tuvo otro camino que
subordinarse a la ONU y a los organismos internacionales creados, las
políticas sobre salud, agricultura, del trabajo, educación, etcétera, no
han sido otra cosa que de orden internacional. Por eso cuando veo que
se lucha por demandas “muy concretitas
”
digo que está bien, pero al ratito –como las demandas salariales y sus
logros- desaparecerán frente al capitalismo.
3.
Además sigue siendo una realidad en la política, en lo sindical, en las
luchas en las calles. Los políticos odian la “teorización”, no quieren
la “ideologización”, sino sólo exigen demandas concretas, muy inmediatas
para solucionar los problemas presentes. Parece que esta falta de
análisis de los problemas de estructura, de la supeditación
internacional, de las clases sociales, no quiere analizarse porque
siempre nos colocan en situaciones concretas e inmediatas. ¿Creemos
acaso que es un problema de gis y pizarrón, de puntualidad de maestros y
alumnos, de flojera e irresponsabilidad, cuando la educación responde a
condiciones de vida de los estudiantes, al desempleo de padres y
jóvenes, al real interés de planes, programas y métodos educativos, así
como en las relaciones que se establecen entre
gobernantes, gremios sindicales y los mismo profesores? No es complejo
comprender el problema, basta con ser honestos.
4.
Mira estas cifras oficiales: “En el sector de jóvenes de 16 a 18 años
de edad, poco más de 35 por ciento truncó sus estudios en educación
básica y menos de 5 por ciento asiste ya sea a la primaria o a la
secundaria para concluir con los estudios mínimos, según estadísticas de
la Subsecretaría de Educación Superior (SES). Entre tanto, los jóvenes
de 19 a 23 años en edad que deberían acudir al nivel profesional
ascienden a cerca de 10 millones. La mayoría de ellos, 75 por ciento
(que representan 7.5 millones de jóvenes) no acude a una institución de
estudios superiores. Lo anterior obedece, entre otras causas, a que no
terminaron la primaria, la secundaria o la preparatoria o incluso, si
concluyeron esta última, no continuaron adelante, según la SES”. Para la
mayoría de los lectores son simples cifra
s, para
los derechistas “es por flojera de los jóvenes” y para los jóvenes que
piensan: culpa del maldito sistema.
5.
Estos jóvenes rechazados por el sistema opresor, hijos de padres
desempleados, explotados, miserables, separados y hasta encabronados,
por más que la televisión, el clero, el fútbol, la virgen de Guadalupe,
haya trabajado con intensidad sus mentes para borrar su conciencia,
saben que están sin trabajo o tienen un empleo de esclavos porque el
sistema los ha rechazado a ellos, a sus padres y abuelos. Están
conscientes que de haber estudiado no es seguro que tuvieran un trabajo,
pero sin estudiar están destinados a vivir siempre jodidos y en la
desesperación. Pero además, a pesar de presentar examen de admisión para
la enseñanza media superior y para la licenciatura, el 80 por ciento es
rechazado por “falta de cupo” de las instituciones, es decir, por falta
de presupuesto. Lo que el Estado ha venido haciendo c
on los
jóvenes es criminal y racista; por eso los jóvenes son una revolución en
potencia en 2010.
6.
Además hay que tener presente que esas son cifras oficiales, siempre
manipuladas para no dejar tan mal al gobierno y al sistema; hay otros
millones de niños, adolescentes y jóvenes que sólo formalmente están
inscritos en las escuelas porque en la práctica son “faltistas”, “no
ponen atención en las clases” y “parecen muy cansados”. Y lo que es
sumamente grave es la falsificación de los informes con el fin de
justificar la estructura de la pirámide escolar. Todos esos datos
demuestran porque México ocupa los últimos lugares en el mundo en
calidad, porqué se registra una enorme deserción, así como una alta
deficiencia terminal. Y no se ve posibilidad alguna de frenar este
profundo deterioro porque todos los gobiernos, sean del PRI, PAN o PRD,
son extremadamente ignorantes de los problemas educativos
y, en
lugar de enfrentarlos han preferido no tacarlos mientras transcurre el
sexenio y siguen gozando de sus privilegios económicos.
7.
Reyes Heroles, quien fue secretario de Educación de 1982 a 1985, aunque
de manera demagógica, denunció la terrible situación en que se
encontraba la educación en México. Reconoció que el nivel educativo del
país era de cuatro años, que si no se hacía una “revolución educativa”
radical México permanecería estancado y que era urgente que los padres
de familia y sus hijos fueran movilizados. Fueron sólo palabras en ese
momento “radicales” que no sirvieron para nada porque el neoliberalismo y
la privatización del gobierno de De la Madrid, se habían impuesto en el
país en medio de una gran crisis económica. Reyes Heroles murió y fue
sustituido por un hábil político priísta que siguió enterrando la
educación. El presupuesto educativo, por la crisis se vino abajo, la
educación siguió deteriorán
dose y
de pronto a los poquitos años ya se manejaba mágicamente en la SEP que
la educación era de siete años.
8.
El papel aguanta todo lo que el gobierno y sus aparatos de poder
quieran ponerle; sin embargo los organismos internacionales –aquellos
que no se dejan sobornar- han estado informando de nuestra situación
real: 12 millones de adolescentes y jóvenes no tienen acceso al sistema
escolar por evidente irresponsabilidad de los diferentes gobiernos
mexicanos que apoyan mucho más a las escuelas, colegios y universidades
privadas porque de esas escuelas han egresado y también en ellas tienen a
sus hijos. Mientras el gobierno abandona la educación pública, la
escuela privada que en un tiempo sólo ocupaba el cinco por ciento del
espacio, hoy se ubica llenando alrededor del 30 por ciento del espacio.
Estos sectores privados han realizado un gigantesco negocio económico
mientras a los jóvenes se les cierran las puertas de lo
s
espacios públicos donde se les rechaza. En educación privada avanza más
quien paga más.
9.
No hay familia rica o acomodada que no tenga a sus hijos en escuelas
privadas pagando mensualidades superiores a los mil 500 pesos (todo el
salario mensual mínimo obrero). Las hay de cinco a 10 mil pesos al mes.
De hecho la escuela pública es despreciada porque en ella están
inscritos los de case media baja y pobre. A partir de los años setenta
todos los presidentes y sus secretarios de Estado tienen su origen de
las escuelas privadas o de universidades yanquis y sus hijos están
inscritos puntualmente en ellas. ¿Qué puede importarles el desplome
educativo en la educación pública si ni siquiera la conocen? En esta
tarea de defensa de la educación pública y por un sindicalismo
independiente y democrático han centrado sus luchas los profesores
agrupados en la CNTE desde hace 30 años. Su lucha ha sido permanente,
pero
el sistema ha buscado por todos los medios dividirla y destruirla.
10.
Pero no todo está mal. Esos millones de jóvenes que no han recibido
educación burguesa escolarizada, que han sido rechazados por una
educación que es realmente elitista porque menos de un 20 por ciento
termina la enseñanza media superior, tienen otra escuela: la del
desempleo que les enseña a ser hábiles, la del trabajo mal pagado que
los confronta con el sistema, la del trabajo informal que les dan gran
experiencia en la calle. Esos jóvenes que no son “hijos de papi rico”,
que en su miseria y desesperación tienen que cruzar la frontera en busca
de ingresos, incluso que muchas veces tienen que atracar para comer, le
están imprimiendo un ritmo distinto al sistema y no dudo que se
conviertan en motor de los próximos cambios profundos del país.
Personalmente cifro muchas esperanzas en ellos, en esos 12 millo
nes de
rechazados que el sistema desprecia y margina. En la próxima rebelión
social ellos estarán presentes.
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