Se llevo a cabo el esperado “diálogo” entre los representantes del
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, por una parte y Felipe
Calderón y algunos miembros de su gabinete, por otra.
La idea
de un diálogo con los responsables de la crisis de inseguridad que
estamos viviendo causaba muchísima desconfianza entre diversos actores
sociales que se involucraron en el movimiento encabezado por Javier
Sicilia, Emilio Álvarez Icaza y Julián Lebarón, sobre todo entre quienes
exigen la desmilitarización inmediata del país, en especial Ciudad
Juárez-denominada con justa razón la ciudad más dolida de México.
El
“diálogo” (llamémosle así a este ejercicio para fines prácticos, aunque
me parece que no es el término que mejor lo describe) se realizó en el
Castillo de Chapultepec. El primero en tomar la palabra fue el poeta y
periodista Javier Sicilia, quien subrayo que el hecho de llevar a cabo
una reunión de este tipo para “recordarle a las autoridades cuáles son
sus obligaciones habla mal de las instituciones”, también señaló que
Felipe Calderón debe pedir perdón por las más de 40, 000 muertes que ha
dejado su combate al narcotráfico, además de exigió justicia para todas
las víctimas y ponderar los derechos humanos en el combate al
narcotráfico.
Por su parte Felipe Calderón, al momento de tomar
el micrófono, reiteró que su política belicista es la única salida
posible al problema del trasiego y consumo de drogas ilícitas en México y
las consecuencias que esto tiene en el país, es decir, que no moverá ni
un ápice de su estrategia de guerra sin importar las consecuencias.
Después
tomaron la palabra Julián Lebarón, quien en su momento le advirtió a
Calderón que será recordado como el presidente de los 40,000 muertos y
más tarde le exigió que no le falte el respeto a la memoria de su
hermano Benjamín asesinado por el crimen organizado; Araceli Rodríguez y
Maria Elena Herrera, quienes en unas muy emotivas exposiciones
también exigieron justicia para sus muertos; al igual que lo hizo
momentos más tarde Norma Ledezma de “Justicia Para Nuestras Hijas” y
madre de Paloma Escobar, víctima de feminicidio, con respecto a las
jovencitas asesinadas y desaparecidas en Ciudad Juárez.
También
tomo la palabra Salvador, un representante de los pueblos indígenas,
quien hablo de la situación de violencia que hoy viven, no solamente por
parte del crimen organizado sino también por parte del Estado. Hizo
mención de la depredación que están provocando los proyectos mineros en
especial en Wirikuta y habló por supuesto de la situación que hoy por
hoy vive el pueblo de Cherán, además de que le pidió a Felipe Calderón
que respete la autodeterminación de los pueblos de Michoacán, Oaxaca y
las comunidades zapatistas. Más adelante Omar Esparza, viudo de la
activista indígena Bety Cariño, asesinada por paramilitares de la
UBISORT, también intervino para pedir justicia.
La indiferencia y el dolor
A
lo largo de lo que se denominó “diálogo” se pudo ver la indiferencia
en el presidente Felipe Calderón y los miembros del gabinete. El clamor
y el dolor de las víctimas poco o nada les importan; a los reclamos de
justicia respondía Calderon, y también sus secretarios, con frases
vacías e incluso falseando la información, lo que provocó la
exasperación de algunos de los presentes como Julián Lebarón.
Incluso
se atrevió a descalificar las medidas de autodefensa que está llevando
el pueblo de Cherán, aun cuando se ha demostrado que las propias
autoridades le han fallado al pueblo.
No hubo una respuesta
concreta para la exigencia de justicia, muy al contrario, ante cada
reclamo, Calderón insistía con más vehemencia en justificar el
despliegue militar, argumentando que no son los militares quienes han
desatado la violencia.
Esta indiferencia lacera aun más al
pueblo mexicano, que día con día ve aumentar el número de muertos en el
país a causa de la “guerra calderónica”, que ve correr los ríos de
sangre y que reclama con dolor una salida pronta a esta espiral de
violencia a la que nos han introducido desde el poder.
¿Un nuevo diálogo?
El
denominado “diálogo” transcurrió entre frases vacías y reclamos que
parecían perderse en el viento. Sin embargo, a lo largo de este
ejercicio se vio a un Javier Sicilia por momentos contundente y por
momentos doblando las manos.
Sicilia pudo aprovechar este
ejercicio para poner en claro la postura del movimiento que hasta ahora
él encabeza y que en un primer momento llamo a la desobediencia civil,
sin embargo, al parecer de quien estas líneas escribe, terminó
legitimando a Felipe Calderón, incluso el único acuerdo al que llegaron
fue volver a reunirse en tres meses.
¿Para qué un nuevo
“diálogo”? Con lo que hoy se vio quedó más que claro el hecho de que
Felipe Calderón no dará marcha atrás a su estrategia bélica y que la
sangre seguirá corriendo por lo largo y ancho de nuestro país.
¿A
caso ya olvidó Javier Sicilia que el mismo sistema que está legitimando
en este momento es el que traicionó los Acuerdos de San Andrés?, es
decir, ya demostró la clase política no tener palabra, ¿Qué espera el
poeta de otra reunión con Felipe Calderón? En tres meses el número de
muertos en esta guerra habrá aumentado, los militares vinculados al
crimen organizado seguirán sembrando el terror, más madres, viudas,
hermanas, hermanos, hijos, amigos, etc. seguirán llorando a sus muertos.
Javier Sicilia parece haber olvidado a los miles que le
acompañaron en su camino a Ciudad Juárez, a las madres que le lloraron
con la esperanza de que les ayudase a buscar justicia, y sobre todo de
quienes con justa razón piden la desmilitarización de México y el cambio
de estrategia para poner la violencia que desgarra al país.
Espero
sinceramente que Javier Sicilia rectifique el camino del Movimiento por
la Paz con Justicia y Dignidad y entienda que no se puede dialogar con
el responsable de tantas muertes, que incluyen la de su propio hijo Juan
Francisco.
Las únicas exigencias que Felipe Calderón escucha y
cumple son las que le dictan desde Estados Unidos, los reclamos del
pueblo mexicano no son primordiales para el ocupante de Los Pinos. Si
Sicilia no logra comprender esto, entonces quienes iniciaron el
Movimiento por la Paz junto al poeta deben continuar con su camino, más
allá de Sicilia, por la reconstrucción del país.
Subrayo aquí la
exigencia de cientos de miles de mexicanos y mexicanas (incluyéndome),
es decir, la desobediencia civil y juicio político para Felipe
Calderón y su gabinete.
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/mexico-despues-dialogo-sigue-otro-dialogo...y-cuenta-muertos-va-aument
http://www.kaosenlared.net/noticia/mexico-despues-dialogo-sigue-otro-dialogo...y-cuenta-muertos-va-aument
Foto: José Carlo González/La Jornada
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