viernes, 24 de junio de 2011

México: Después del "diálogo" ¿que sigue? otro "diálogo"...y la cuenta de muertos va en aumento....por Lorena Aguilar Aguilar

Se llevo a cabo el esperado “diálogo” entre los representantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, por una parte y Felipe Calderón y algunos miembros de su gabinete, por otra.
La idea de un diálogo con los responsables de la crisis de inseguridad que estamos viviendo causaba muchísima desconfianza entre diversos actores sociales que se involucraron en el movimiento encabezado por Javier Sicilia, Emilio Álvarez Icaza y Julián Lebarón, sobre todo entre quienes exigen la desmilitarización inmediata del país, en especial Ciudad Juárez-denominada con justa razón la ciudad más dolida de México.
El “diálogo” (llamémosle así a este ejercicio para fines prácticos, aunque me parece que no es el término que mejor lo describe) se realizó en el Castillo de Chapultepec. El primero en tomar la palabra fue el poeta y periodista Javier Sicilia, quien subrayo que el hecho de llevar a cabo una reunión de este tipo para “recordarle a las autoridades cuáles son sus obligaciones habla mal de las instituciones”, también señaló que Felipe Calderón debe pedir perdón por las más de 40, 000 muertes que ha dejado su combate al narcotráfico, además de exigió justicia para todas las víctimas y ponderar los derechos humanos en el combate al narcotráfico.
Por su parte Felipe Calderón, al momento de tomar el micrófono, reiteró que su política belicista es la única salida posible al problema del trasiego y consumo de drogas ilícitas en México y las consecuencias que esto tiene en el país, es decir, que no moverá ni un ápice de su estrategia de guerra sin importar las consecuencias.
Después tomaron la palabra Julián Lebarón, quien en su momento le advirtió a Calderón que será recordado como el presidente de los 40,000 muertos y más tarde   le exigió que no le falte el respeto a la memoria de su hermano Benjamín asesinado por el crimen organizado; Araceli Rodríguez y Maria Elena Herrera, quienes en unas muy emotivas  exposiciones  también exigieron justicia para sus muertos; al igual que lo hizo momentos más tarde Norma Ledezma de “Justicia Para Nuestras Hijas” y madre de Paloma Escobar, víctima de feminicidio, con respecto a las jovencitas asesinadas y desaparecidas en Ciudad Juárez.
También tomo la palabra Salvador, un representante de los pueblos indígenas, quien hablo de la situación de violencia que hoy viven, no solamente por parte del crimen organizado sino también por parte del Estado. Hizo mención de la depredación que están provocando los proyectos mineros en especial en Wirikuta y habló por supuesto de la situación que hoy por hoy vive el pueblo de Cherán, además de que le pidió a Felipe Calderón que respete la autodeterminación de los pueblos de Michoacán, Oaxaca y las comunidades zapatistas.   Más adelante Omar Esparza, viudo de la activista indígena Bety Cariño, asesinada por paramilitares de la UBISORT, también intervino para pedir justicia.
La indiferencia y el dolor
A lo largo de lo que se denominó “diálogo” se pudo   ver la indiferencia en el presidente Felipe Calderón y los miembros del gabinete. El clamor y el dolor de las víctimas poco o nada les importan; a los reclamos de justicia respondía Calderon, y también sus secretarios, con frases vacías e incluso falseando la información, lo que provocó la exasperación de algunos de los presentes como   Julián Lebarón.
Incluso se atrevió a descalificar las medidas de autodefensa que está llevando el pueblo de Cherán, aun cuando se ha demostrado que las propias autoridades le han fallado al pueblo.
No hubo una respuesta concreta para la exigencia de justicia, muy al contrario, ante cada reclamo, Calderón insistía con más vehemencia en justificar el despliegue militar, argumentando que no son los militares quienes han desatado la violencia.
Esta indiferencia lacera aun más al pueblo mexicano, que día con día ve aumentar el número de muertos en el país a causa de la “guerra calderónica”, que ve correr los ríos de sangre y que reclama con dolor una salida pronta a esta espiral de violencia a la que nos han introducido desde el poder.
¿Un nuevo diálogo?
El denominado “diálogo” transcurrió entre frases vacías y reclamos que parecían perderse en el viento. Sin embargo, a lo largo de este ejercicio se vio a un Javier Sicilia por momentos contundente y por momentos doblando las manos.
Sicilia pudo aprovechar este ejercicio para poner en claro la postura del movimiento que hasta ahora él encabeza y que en un primer momento llamo a la desobediencia civil, sin embargo, al parecer de quien estas líneas escribe, terminó legitimando a Felipe Calderón, incluso el único acuerdo al que llegaron fue volver a reunirse en tres meses.
¿Para qué un nuevo “diálogo”? Con lo que hoy se vio quedó más que claro el hecho de que Felipe Calderón no dará marcha atrás a su estrategia bélica y que la sangre seguirá corriendo por lo largo y ancho de nuestro país.
¿A caso ya olvidó Javier Sicilia que el mismo sistema que está legitimando en este momento es el que traicionó los Acuerdos de San Andrés?, es decir, ya demostró la clase política no tener palabra, ¿Qué espera el poeta de otra reunión con Felipe Calderón? En tres meses el número de muertos en esta guerra habrá aumentado, los militares vinculados al crimen organizado seguirán sembrando el terror, más madres, viudas, hermanas, hermanos, hijos, amigos, etc. seguirán llorando a sus muertos.
Javier Sicilia parece haber olvidado a los miles que le acompañaron en su camino a Ciudad Juárez, a las madres que le lloraron con la esperanza de que les ayudase a buscar justicia, y sobre todo de quienes con justa razón piden la desmilitarización de México y el cambio de estrategia para poner la violencia que desgarra al país.
Espero sinceramente que Javier Sicilia rectifique el camino del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y entienda que no se puede dialogar con el responsable de tantas muertes, que incluyen la de su propio hijo Juan Francisco.
Las únicas exigencias que Felipe Calderón escucha y cumple son las que le dictan desde Estados Unidos, los reclamos del pueblo mexicano no son primordiales para el ocupante de Los Pinos. Si Sicilia no logra comprender esto, entonces quienes iniciaron el Movimiento por la Paz junto al poeta deben continuar con su camino, más allá de Sicilia, por la reconstrucción del país.
Subrayo aquí la exigencia de cientos de miles de mexicanos y mexicanas (incluyéndome), es decir, la   desobediencia civil y juicio político para Felipe Calderón y su gabinete. 
 Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/mexico-despues-dialogo-sigue-otro-dialogo...y-cuenta-muertos-va-aument
Foto: José Carlo González/La Jornada

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