Esta es una sociedad bipolar y de dos direcciones, por un lado los que se quejan y actúan y por por otro los que solo se quejan de todo, sobretodo de los que se quejan.
Unos bombardean con proclamas e ideas a velocidades imposibles mientras otros solo ven el negro aunque el arco iris les esté cegando.
Si hace apenas tres días mucha gente pensaba que esta era una sociedad apática, al primer movimiento se monta la tradicional discusión de extremos.
Mientras otros países llevaban meses pateando la calle, aquí nos se nos iba la fuerza por la boca y puede que los debates en Grecia sean similares a los que se hacen ahora aquí, pero la cosa es que los veíamos como auténticos ciudadanos valientes, comprometidos y decididos.
No parábamos de poner a griegos e islandeses como ejemplo, envidiábamos hasta sus perros sin flauta.
Muchos de los que ahora se sienten incómodos, incluso cabreados a tiempo completo, con las acciones del movimiento 15M por aquel entonces reprochaban “al pueblo” (sí, así en genérico) su inmovilismo, hasta se escuchaba y leía ese clásico de la especulación basado en una España hipotética de…¿Cuántas huelgas generales se hubieran hecho ya si gobernara el PP?
Sin embargo ahora es una cuestión numérica o de representación, ya no hablan en genérico: “No los ha elegido nadie”, “Son pocos”,”No son tantos”…”No me representan”. Curioso.
Viñeta de octubre de 2010
Durante la última huelga general uno de los argumentos estrella de los actuales detractores y simpatizantes de las movilizaciones del 15M era que ni partidos ni sindicatos les representaban ya. Había un relativo consenso por aquellos días.Pero el consenso se ha ido a la mierda curiosamente cuando se opta por llevar a la práctica la filosofía que casi todos parecían compartir.
Lo que se escuchaba era, “Huelga sí, pero así no”, “Llega tarde”, “Ahora es tarde”, “Así no”, “Ahora no”, “Los sindicatos no nos representan, (otra vez)” y todos sus sucedáneos.
Viñeta de septiembre de 2010
Otra gran coletilla nacional es: “Si no sabes la solución no estás autorizado a quejarte del problema, ni sirve de nada hacerlo “. Otra trampa teñida de falsedad y demagogia apelando a la crítica constructiva.
Si se reclama a un colectivo de miles de individualidades las soluciones a problemas tan gordos que profesionales de la política no han sabido solucionar deberíamos replantearnos la crítica por la crítica y bajar al sótano de los argumentos.
El 15M ha devuelto motivos a los que aún se resistían a conformarse de que los había perdido para siempre, ha reactivado a ciudadanos desactivados por el derrotismo complaciente basado en burdos tópicos de los aterrados ante cualquier mínimo cambio. Y poco a poco está concienciado a otros.
Si el juego consiste en votar programas, de los que no participamos en su redacción, para después votarlos y tampoco poder participar en la adaptación de los objetivos de esos programas a las demandas reales lo natural es rebotarse.
Otro argumento para la intoxicación es que se pretende destruir el sagrado ejercicio democrático del voto, en parte provocado por una lectura simplista, errónea y literal de “No les votes” aupada por opinólogos rancios pregonando despistes en la mayoría de medios de comunicación .
Quiero participar y votar, pero votar más, votar todos aquellos asuntos sobre los que nunca hay consultas populares.
Ya hemos probado un sistema basado en ceder toda la responsabilidad de todo a unos pocos para después abutacarnos a quejarnos del resultado, ahora se reclama lo que nunca tuvimos, filosofía de participación ciudadana activa, política real, enriquecida y continuada.
Política con muchos caminos , direcciones y actores. Necesitaremos mucho tiempo para conseguir que se nos permita ensayarlo y mucho más para convencernos de que es necesario.
Fuente, vìa :
http://www.jrmora.com/blog/
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