Cuando escribió este mensaje, el “zeta 200″
no bromeaba. Y, para demostrarlo, dejó tirada sobre el asfalto la
cabeza de Luis Carlos Barlades Chacón.
Un día más tarde, el 13 de mayo, fueron hallados en una cuneta los cadáveres de su padre, Alberto Barlades, y su esposa Eunice Franco, sobrina de Otto Salguero.Como éste último seguía sin aparecer, el pasado fin de semana 27 de sus jornaleros fueron decapitados en Los Cocos, una finca a su nombre ubicada en la selva petenera.
“Los comenzaron a matar a eso de las 7 de la noche del sábado y terminaron como a las 3 de la mañana del domingo”, contó un superviviente que logró salvarse haciéndose el muerto.
Con varias cuchilladas en el estómago, el joven, de 23 años, se recupera ahora en un hospital. Desde allí relata cómo esperó durante horas, hasta que los asesinos se fueron y pudo caminar varios kilómetros en busca de ayuda.
Otra mujer, embarazada de 4 meses, fue indultada por los asesinos, quien le perdonaron la vida por el estado de gestación en el que se encontraba y el llanto desconsolado del hijo que cargaba en sus brazos.
No hubo piedad, sin embargo, para su marido; tampoco para la cocinera Rosa Alegría. Con la sangre de su pierna cercenada, los narcotraficantes pintaron sobre la pared blanca de la hacienda otra amenaza: ”Qué onda Otto Salguero, te voy a encontrar y te voy a dejar así”.
Aunque cueste creerlo, esta es una historia verídica. Y no acontece en el violento México, ni en la intempestiva Colombia. Esta vez, se trata de Guatemala.
Guerra entre “narcos”
Este pequeño país centroamericano se enfrenta, especialmente desde 2008, a la infiltración de los cárteles de la droga mexicanos que se han desplazado hacia la frontera sur.
Su ubicación geográfica, lo convierte en un puente natural entre los productores de estupefacientes latinoamericanos y sus principales consumidores en Norteamérica. Petén, donde ocurrió la masacre, es un punto clave de esta ruta.
Un territorio en disputa donde los recién llegados “zetas” – grupo conformado por ex militares reclutados por el Cártel del Golfo en los años 90- buscan imponerse sobre los capos locales.
Según investigaciones del grupo antinarcóticos, Rudy Ottoniel Salguero Morales, es uno de sus rivales. Enlace de “Los Mendoza” en Izabal (al este de Guatemala), sería el encargado de trasladar los cargamentos de droga a México.
Las autoridades creen que quien le busca, identificado como “zeta 200″, es Flabio Méndez Santiago, alias “El Amarillo”, quien fue capturado el pasado 18 de enero en Oaxaca, por ser uno de los fundadores de esta organización criminal.
El motivo de la disputa son unos 2 mil kilos de cocaína que Salguero les robó a los “zetas” a finales de abril. Éste les habría exigido altas sumas de dinero a cambio, provocando la ira de los narcotraficantes.
Ahora, se cree, este grupo pretende apropiarse de sus fincas, ubicadas a 14 kilómetros de Honduras y a 50 de México, en tramos frontereros poco vigilados donde los negocios ilícitos encuentran vía libre.
Petén, en estado de sitio
Dudas e incongruencias planean sobre el caso, mientras fuerzas combinadas del ejército y la policía guatemalteca tratan de dar con los responsables.
El lunes pasado, tres granadas de fragmentación estallaron frente a una escuela y un mercado de Santa Elena, población cercana al área en disputa.
Las fuerzas del orden fueron recibidas a balazos cuando trataron de contener a los atacantes, muriendo en la refriega dos supuestos narcotraficantes.
Después de eso, en las primeras horas de vigencia del estado de Sitio impuesto en Petén, se capturaba el martes al “comandante Bruja”, líder de los “zetas” en la región.
Hugo Álvaro Gómez Vásquez perteneció a las Fuerzas Armadas Guatemaltecas entre 2002 y 2005. Allí aprendió a combatir en condiciones extremas, como miembro del cuerpo élite “kaibil”.
La información sobre su paradero se obtuvo al desmantelar un campamento clandestino que los delincuentes tenían en la finca La Mula, a 15 kilómetros del lugar donde se produjo la masacre.
Mientras esto acontece, Otto Salguero – y su cabeza- siguen sin aparecer. Sin causas judiciales pendientes en Guatemala, se encuentra en paradero desconocido.
Los allanamientos continúan y los familiares de las víctimas empiezan a enterrar a sus muertos, embargados de rabia y dolor.
La tragedia familiar
Por 50Q quetzales diarios – unos 5 euros-, Elio Ramírez, de 15 años, había aceptado, hace poco más de una semana, ir a trabajar a la finca de Salguero. En tres meses tenía previsto ganar unos Q4 mil 500 (al cambio, 450 euros). Hoy, su nombre figura entre la lista de fallecidos.
También está el de Miriam Mantar Gutiérrez, de 37, quien el viernes 13 llamó a sus hijas llorando, después de haber tenido un sueño premonitorio.
“Por favor, mis amores, cuidense. Yo solo voy a ganar unos centavitos y me regreso. Aquí no me gusta, es feo y muy peligroso. Se ven muchos hombres armados y carros sospechosos“, fue lo último que les dijo.
La mayoría de los campesinos masacrados, eran oriundos de Los Amates, en la costa caribena. Las condiciones de extrema pobreza y la falta de oportunidades en sus aldeas fueron los motivos que les impulsaron a migrar temporalmente.
La precariedad en sus hogares es tal que muchos parientes no han podido desplazarse a Petén para identificar los cuerpos, al no disponer de dinero suficiente para costear los gastos del viaje.
Quedan decenas de familias desintegradas, testigos directos de lo absurdo. Y la amenaza de nuevas barbaries. Hace tres días tres hombres fueron detenidos cuando colgaban unos carteles reivindicativos de la matanza.
“La guerra no es con la población civil ni con el Gobierno, mucho menos con la prensa, así que llevémosla tranquila; es contra aquellas personas que trabajan con el Golfo, contra Otto Salguero. Él es uno de los más importantes surtidores de cocaína del Golfo y los que pagaron con su vida son trabajadores suyos que mantienen su organización”, se lee.
Por si la advertencia no había quedado suficientemente clara, el mensaje enfatiza: “Prensa, bájenle a tanta mamada antes que la guerra sea con ustedes. El que avisa no es traidor”.
Con una espada de Damocles pendiendo constantemente sobre sus cabezas, lo más preocupante es que los guatemaltecos ya se van acostumbrando a convivir con el terror.
Fuente, vìa :
http://periodismohumano.com/en-conflicto/otto-salguero-voy-por-tu-cabeza.html
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