En el mismo período en que en
nuestro país, grandes megaproyectos energéticos se juegan su aprobación
frente a la institucionalidad vigente, el Gobierno anuncia medidas de
“ahorro energético” ante un potencial año sin lluvias, levantando el
fantasma de los cortes de electricidad.
Esta semana, el presidente de la República Sebastián Piñera, junto a su biministro de Minería y Energía, Laurence Golborne,
anunció una serie de medidas de carácter preventivas dirigidas a paliar
un anunciado “riesgo de un déficit energético” en Chile, ante la
“posibilidad” de que el 2011 sea una año seco para el país, y ello
traiga consigo una disminución del nivel de agua acumulada en los
embalses.
Piñera señaló que lleva a cabo estos
anuncios “después de un profundo análisis realizado por el ministro
Golborne y para anticiparnos ante eventuales cortes futuros en el
suministro de energía”. Entre la medida más importante se encuentra un
“decreto preventivo de racionamiento” – medida que no se había
contemplado desde 2008 – y que incluye, por ejemplo, una reducción de
voltaje entre el 5% y el 10% a la población, preservando agua en los
embalses hasta mediados de año. Mientras, se anunció que se utilizará la
capacidad térmica para generar energía.
Al respecto, Piñera hizo un llamado
al país para hacer un “uso responsable” de la energía, y así “evitar en
el futuro, ante la actual sequía, eventuales cortes en el suministro”,
afirmó.
EL “FANTASMA” DEL RACIONAMIENTO
No obstante, el aviso del Gobierno ha
provocado sospechas en diferentes sectores ciudadanos sobre la relación
existente entre el “posible racionamiento” eléctrico y los grandes
proyectos energéticos que deben ver su aprobación – o rechazo – durante
este año. Pero la situación es más compleja.
La situación de escasez hídrica que presenta el tramo del territorio nacional comprendido entre Coquimbo y el Maule, que llevó a las autoridades a decretar Zona de Emergencia Agrícola, precisamente, a toda la región de Coquimbo, a localidades de Atacama y a algunas comunas del norte de la región de Valparaíso,
pusieron por primera vez la voz de alarma. A eso se suma, la llegada
del fenómeno de La Niña – fenómeno atmosférico que produce la
disminución de temperaturas en el Océano Pacífico y la consiguiente
disminución de precipitaciones, producto de la escasa evaporación – que
aumenta el riesgo de períodos secos, y el bajo nivel que presentan
algunos embalses.
Respecto a ello, el biministro
Golborne comentó el tema referido a un posible racionamiento energético,
justo después del apagón durante la madrugada del pasado 3 de febrero,
que afectó a nueve regiones del país, momento en que el secretario de
Estado, se refirió en declaraciones a Radio Cooperativa
sobre las medidas que el Ejecutivo podía tomar para controlar la
situación de déficit “las cuales pueden incorporar un decreto de
racionamiento en caso de ser necesario”. No obstante, la palabra
“racionamiento” se visibilizó un día antes.
Esa jornada los medios informaban
que Sebastián Piñera había instruido personalmente a Golborne, a revisar
todas alternativas posibles para que el país pudiera enfrentar de la
mejor forma un año que venía particularmente seco. Al respecto, Golborne
señalaba que “la situación energética para el año 2011, en la
eventualidad de un año seco se ve apretada, y por lo tanto tenemos que
hoy día estimar las medidas necesarias para evitar restricciones o
problemas de suministro que pudieran haber”, recordando, además, que la
economía se encuentra en crecimiento, aumentando así, la demanda
eléctrica.
Días después, en declaraciones a ADN Radio,
Golborne se mostró dispuesto a conversar sobre la diversificación de la
matriz energética y comentó que “lo importante es que la comunidad
entienda que necesitamos tener una matriz energética diversificada, que
necesitamos energía. Partamos por esa base. ¿Para qué? Si el país quiere
crecer, el país necesita energía. Eso significa que si se quiere crecer
al 6% por año, para llegar a ser un país desarrollado, necesitamos que
la energía también se duplique en los próximos diez años”.
Al respecto Juan Pablo Orrego, director de la ONG Ecosistemas , en una columna publicada hace poco tiempo
refuta la tesis del crecimiento económico: “¿A través de que ciencia,
estudios rigurosos o bola de cristal se llegó a este 6%? Ningún país así
llamado “desarrollado” crece a estas tasas; sólo se les exige
crecimientos semejantes a países emergentes con economías neo-coloniales
sobrecalentadas a punta de explotar recursos naturales y venderle
materias primas procesadas en forma primaria a los sobre-desarrollados”.
Además recuerda que el nivel de consumo de la humanidad ha sobrepasado
la capacidad productiva de la Tierra: “Según distintos estudios ya
necesitamos entre 1,5 a 3, o más planetas Tierra para satisfacer el
voraz apetito del capitalismo corporativo…mientras que (…) la mitad de
la humanidad vive en la pobreza y la miseria”.
Orrego aclara que respecto al debate
de la crisis energética en Chile resulta fundamental tener en cuenta la
diferencia entre aquellos argumentos ideológicos que la fundamentan
“intereses corporativos de por medio, para defender un cierto modelo
energético”, y entre aquellos que buscan el bien común de la comunidad:
“Un modelo energético genuinamente sustentable en lo social y
ecológico”. Y si bien, son varias las hipótesis que buscan explicar el
por qué de esta crisis (especialmente, aquellas razones mencionadas por
grupos económicos como la falta de inversión, “lentitud” en evaluación
de proyectos, la legislación), la razón fundamental es que Chile es
altamente dependiente de fuentes energéticas fósiles o no renovables (la
termoelectricidad, dependiente del carbón y el diesel, representa el 55% del consumo energético nacional, por ejemplo).
A eso se suma la inclusión al debate
energético de la energía nuclear, que se originó a través del polémico
aviso del máximo ejecutivo de la multinacional Suez Energy, de mantener conversaciones con el Gobierno para construir una central nuclear.
Y aunque el Ejecutivo negó tal
posibilidad – al menos durante los próximos diez años-, y se mostró
abierto a estudiar otras opciones, organizaciones como Greenpeace,
en un comunicado afirman que les parece “un contrasentido que estas
declaraciones las haga el Ministro justamente en un evento en el que
anuncia un debate público, se anuncie al mismo tiempo acciones a favor
de la energía nuclear sin argumentar el por qué debemos seguir esa vía”.
La ONG llamó a debatir de cara al país para que “no se intente
manipular a la opinión pública mediante el uso unilateral de los medios
de comunicación, el poder de las empresas y de los grupos de intereses
particulares”.
Semejante opinión tienen en el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA),
y otras 24 organizaciones que firmaron una declaración respecto al tema
nuclear, rechazando la existencia de una crisis energética: “Chile no
está en crisis y las proyecciones de demanda para los próximos años y
décadas son las de un desarrollo insustentable e injusto (..) Responden a
las necesidades de la gran minería, principalmente multinacional, la
agroindustria y los grandes negocios y sectores de altos ingresos de las
ciudades”, afirma el comunicado. Agrega que “Chile no necesita la
energía nuclear, como tampoco nuevas mega-centrales hídricas o
térmicas”.
HIDROAYSEN A LA PALESTRA
Precisamente, el megaproyecto hídrico Hidroaysén,
tiene un enorme protagonismo en este contexto. Y es que como afirman
algunos ambientalistas, las medidas de racionamiento presentadas por el
Ejecutivo llevan a sospechar sobre el destino que este proyecto podría
tener en medio del debate energético.
Al respecto, Sara Larraín, directora del programa Chile Sustentable, declaró a Radio Biobío,
que “se ha hablado en las últimas semanas mucho de racionamiento, se ha
hablado mucho de escasez en el sistema eléctrico, y obviamente eso es
totalmente compatible con la campaña comunicacional que está pagando la
empresa Hidroaysén”, refiriéndose al mensaje que la empresa comunica
sobre la posible escasez de energía que ocurriría de no construirse las
represas.
Además, señaló que, ni este proyecto hidroeléctrico ni la aprobación de la Central Termoeléctrica Castilla, resolverían el problema energético del país, puesto que el inicio de estas centrales sólo sería para dentro de cinco años más.
Mientras tanto, Marcelo Castillo, abogado del Consejo de Defensa de la Patagonia,
afirmó a la misma radio que “la intervención del Gobierno solamente
favorece, en este caso, a las empresas que lo están haciendo mal, y como
solución nos proponen hacer un mal proyecto en la Patagonia”.
Christian Armaza Benavides
http://www.elciudadano.cl/2011/02/11/chile-y-el-peligro-de-riesgo-energetico-%C2%BFrealidad-o-ilusion/
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