Hoy los periódicos nos dicen que
hace algunas horas murió José Saramago, a los 88 años el escritor antes
poeta se separó del añoso cuerpo de arrugada piel y fluidos
incontrolables para salir en fuga hacia el cielo, pero, ¡oh
contrariedad!; seguramente que al estar frente a las rejas que custodia
san Pedro, el tenedor de las llaves del paraíso apuntará con índice
definitivo hacia el nadir y dirá, “tú lugar es allá abajo”, y como
respuesta a san Pedro, el que escribiera “el evangelio según Jesucristo”
no hará mas que dibujar media sonrisa y con las manos en las bolsillos
caminará hasta los infiernos.
Además
de ese Evangelio Saramago (apellido tomado del apodo familiar) a los 85
años escribió “Caín” con ese escrito se ganó algo más que la
excomunión; permita que inserte un fragmento de la obra y después
proponga una sentencia, ya con vuestra venia va entonces.- “Cuando el
señor, también conocido como dios, se dio cuenta de que a adán y eva,
perfectos en todo lo que se mostraba a la vista, no les salía ni una
palabra de la boca ni emitían un simple sonido, por primario que fuera,
no tuvo otro remedio que irritarse consigo mismo, ya que no había nadie
más en el jardín del edén a quien responsabilizar de la gravísima falta,
mientras que los otros animales, producto todos ellos, así como los dos
humanos, del hágase divino, unos a través de mugidos y rugidos, otros
con gruñidos, graznidos, silbos y cacareos, disfrutaban ya de voz
propia. En un acceso de ira, sorprendente en quien todo lo podría
solucionar con otro rápido fíat, corrió hacia la pareja y, a uno y luego
al otro, sin contemplaciones, sin medias tintas, les metió la lengua
garganta adentro”.
Es decir, el
casi nonagenario escritor portugués llegó al extremo de debatir con dios
(escribía con minúsculas el nombre de Dios) a cuestionarlo, lea usted
lo que José dijo de Dios “dios es sanguinario-caprichoso-sádico”.
Fiel a su espíritu en 1969 se
inscribió en el partido comunista Portugués, participó en la escandalosa
–revolución de los claveles – pero aseguran que su estilo limpio y su
prosa casi poética la adquirió cuando conoció a Pilar del Río,
periodista con la que se casó en 1988, año en que, no por casualidad
obtuvo, seguramente sin esperarlo, el premio Nóbel de literatura.
De Saramago me quedo solo con una
frase, alguna vez explicó ante el embate de sus críticos, (que vaya que
tiene mal querientes) “…son como perritos de Pavlov, responden
inmediatamente al estímulo”
Acá,
los surrealistas, estamos atorados tratando de entender a Saramago,
algunos apuestan que fue el espíritu libre de los lusitanos, navegantes
milenarios y por añadidura viajeros de alma y cuerpo los que pusieron la
pluma y las ideas en José, otros juran y perjuran que desde el error
mal sano del juez que lo registró quitándole el apellido paterno De
Sousa para darle uno nuevo y propio “Saramago”, José tomó la libertad de
escribir con letras más ligeras que plumas de paloma, pero, la verdad, y
esa solo yo la se, es que el éxito del longevo escritor estriba en
haber encontrado a una “Del Río” pues mujer que lleva ese apellido
acarrea el título de “musa” ungido sobre la piel o guardado bajo las
alas incompletas de sus estéticos brazos.
Así pues la mitad menos importante de José Saramago se
murió, y no queda ni la posibilidad de rezar por el eterno descanso de
su alma pues José se peleo con dios y seguramente el creador lo tiene
ocupado en otras artes. Luego entonces…!NO¡ descanse en paz.
Ultimo patrullaje.- y es que
tener la mirada frente a uno, de una señora Del Río, es recibir
inspiración a manos llenas.
Balazo
al aire.- todo libre pensador debe leer “Caín”
fuente, vìa :
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