EL CINISMO ES parte activa de la política
partidista…quizá no sea así en todos los países, pero al menos en Chile
lo es, pues aquí, hoy, fungen de demócratas los mismos que ayer
cercenaron la democracia porque la decisión ciudadana les resultaba
negativa en lo económico.
Hoy dicen ser
demócratas aquellos que antaño –y no tan antaño- exigían a gritos a la
soldadesca la eliminación física de sus opositores políticos; esos de
ayer son los mismos que arrasaron a golpes de bayonetas y cañonazos los
derechos humanos que decían defender; son los responsables, en gran
medida, del asesinato, tortura y exilio de miles de compatriotas,
incluyendo ancianos y niños.
Decididos y
alharaquientos a la hora de defender bancos y financieras, pero siempre
bien dispuestos a colaborar con el fascismo si se trata de asesinar al
pueblo cuando este piensa y decide, esos demócratas de ayer –que son los
mismos de hoy- propugnan la imposición de un sistema político que
considera a la democracia como el perfecto non plus ultra
que se basa y defiende (en exclusiva) los aspectos meramente económicos
por sobre los sociales, culturales, deportivos, etc.
Tales ejemplares se declaran demócratas porque el
sistema actual –el neoliberalismo- implementa la preeminencia del
capital financiero en la vida rutinaria de la nación, minimizando a
niveles cercanos al cero absoluto a las actividadesmás relevantes de una
sociedad civilizada y libre, como el derecho al trabajo digno y bien
remunerado, a la salud y a la educación pública gratuitas y de calidad.
Por cierto, eso es lo único que les interesa a lo largo de sus
existencias: contar con mucho dinero que les permita ponerle riendas al
poder total…si el ‘sistema político’ imperante es la democracia
institucional y les ofrece aquello, entonces adoran el sistema y dicen
casarse con él…pero el matrimonio dura exactamente hasta el momento en
que el pueblo –democrática y soberanamente- elige una opción de gobierno
que no se ajusta a los requerimientos emanados de la banca
internacional ni de las cuentas corrientes del empresariado
transnacional.
En ese instante, la democracia
deja de ser una alternativa ‘civilizada y moderna’, por lo que aquellos
enriquecidos conservadores que había constituido un matrimonio con ella,
dejan de amarla…y no sólo dejan de quererla, sino que van mucho más
lejos: la asesinan para luego hablar pestes y desprestigiarla con
falacias que no resisten el más mínimo análisis.
Lo dicho arriba debe ser reiterado: la democracia
cuenta con el respeto de los derechistas sólo si les resulta beneficiosa
para sus negociados, sean estos lícitos o ilícitos. Con el
neoliberalismo desplegando sus alas a todo dar, esos derechistas hoy día
declaran que son demócratas, que detestan el totalitarismo, pero
cualquier chileno medianamente informado es consciente de que personajes
como “el Príncipe” (aquel oficial de ejército que torturó y masacró a
Víctor Jara en el Estadio Chile), o el actual senador Hernán Larraín
(que durante todo el período de la dictadura apoyó, defendió, visitó y
colaboró activamente con Paul Schaeffer y con la Colonia Dignidad, donde
se torturó y asesinó a chilenos), o algunas de las nuevas autoridades
regionales designadas por Sebastián Piñera, las que participaron
abiertamente en sus provincias como informantes de la CNI para
“encarcelar” (léase torturar, e incluso asesinar) a gente de
izquierda…todos ellos, y otros como ellos, definitivamente no son
demócratas ni nunca lo serán.
En el mes de
febrero de este año 2010, publiqué un artículo titulado: “Para que
Latinoamérica conozca mejor a la Derecha chilena”.Y respecto del tema
que se ha señalado en las líneas anteriores, quiero rescatar de ese
artículo los siguientes dos párrafos.
“”Andrés Allamand no escapa a esta crítica, ya que la
tarde del día martes 11 de septiembre de 1973, desde la ventana de un
tercer piso de un edificio de calle Esmeralda (entre Miraflores y
McIver), junto a Juan Luis Ossa y otros simpatizantes de la extrema
derecha, disparó con arma larga varios tiros a los trabajadores de
‘Chile Films’, quienes deseaban abandonar el lugar para dirigirse a sus
hogares y evitar lo que se sospechaba: caer en manos de militares
golpistas que a esa hora avanzaban casa por casa arrasando, destruyendo,
golpeando, matando y quemando lo que encontraban a su paso. Y esto no
es un invento ni una suposición, sino una confesión del propio Allamand
en su casi desconocida autobiografía novelada sobre la UP, publicada el
año 1974: “No virar izquierda. Al parecer, desde la tarde
aquella en que disparó a mansalva cobardemente contra trabajadores
pacíficos y desprotegidos, Andrés Allamand ha venido practicando un
estilo de ‘desalojo’ que le causa placer.””
“”Por
ello, que el país no se engañe. El actual Presidente de Chile
–Sebastián Piñera Echenique- pertenece a la misma trinchera ideológica
de los cuestionables dirigentes políticos mencionados en estas líneas, y
ya mostró sus primeras ‘bondades pro yanquis’ al declarar que “luchará
por lograr que Cuba retorne a la democracia” (democracia en el sentido
que la entienden, explotan y abusan los ultra derechistas), al mismo
tiempo que ha manifestado intenciones de gobernar muy cercanamente a las
ideas del colombiano Álvaro Uribe, lo cual significa lo mismo que
asegurar haberse entregado de pies y manos a los intereses
norteamericanos y 'bancomundialistas' que han asfixiado, invadido y/o
explotado a los pueblos de los países del tercer mundo.””
El striptease político que realizó Miguel Otero
(llamado ahora ‘el breve’, o ‘el otario’) con sus declaraciones
abiertamente fascistas al diario argentino ’Clarín’ -en su calidad de
Embajador de Chile- sirvieron para confirmar todo lo que se ha dicho
respecto de la derecha y su amor inagotable por el golpismo, el
militarismo, la sedición y el clasismo. El Presidente Piñera le pidió la
renuncia (ella no fue voluntaria, como algunos medios oficialistas
mencionaron) porque su propia imagen internacional comenzó a ser
cuestionada en muchos diarios de países también dominados por el
neoliberalismo, sistema económico que, por cierto, satisface sin ambages
las demandas e intereses de las clases dueñas de los medios de
producción, por lo que ningún gobierno extranjero podría entender cuál
era el objetivo real del señor Otero al declarar las sandeces que
explicitó en Buenos Aires “como representante del Presidente Piñera”.
¡Grave, muy grave para don Sebastián y para sus asociados empresarios!, ya que esta seudo democracia les viene como anillo al dedo y cualquier basura que se lance sobre ella conformaría un asunto muy contraproducente en lo interno y en el exterior.
¡Grave, muy grave para don Sebastián y para sus asociados empresarios!, ya que esta seudo democracia les viene como anillo al dedo y cualquier basura que se lance sobre ella conformaría un asunto muy contraproducente en lo interno y en el exterior.
Ergo, sumando y
restando, el resultado de todo lo que aquí se ha dicho de manera sucinta
no es otro que la necesaria actitud de alerta que debe tener la
ciudadanía chilena, pues la Historia Política criolla de los últimos 100
años señala que los sectores derechistas patronales empresariales
reniegan decididamente del sistema democrático institucional cuando este
–mediante la concreción de la voluntad del pueblo- les resulta
inconveniente en lo económico.
Si ello sucede, entonces el desfile de visitas a los regimientos y unidades militares pasa a ser una constante en la rutina de la derecha chilena. Ya ocurrió varias veces (1891, 1924, 1930, 1973), y podría repetirse en cualquier momento si, por ejemplo, los chilenos deciden –soberana y democráticamente- zafarse del neoliberalismo en lo económico, y echar por la borda al sistema binominal en lo político.
Si ello sucede, entonces el desfile de visitas a los regimientos y unidades militares pasa a ser una constante en la rutina de la derecha chilena. Ya ocurrió varias veces (1891, 1924, 1930, 1973), y podría repetirse en cualquier momento si, por ejemplo, los chilenos deciden –soberana y democráticamente- zafarse del neoliberalismo en lo económico, y echar por la borda al sistema binominal en lo político.
Ahí nuestro pueblo
comprobaría, una vez más, que la derecha –esta misma que nos gobierna
hoy- se transforma rápidamente en lo que siempre ha sido: un sector
económicamente poderoso que vive propugnando la sedición, el clasismo y
la explotación del hombre por el hombre.
Por
ahora, Piñera y la Alianza (o Coalición por el Cambio), agregando
algunos viejos estandartes de la Concertación, como Alejandro Foxley, el
fallecido Edgardo Boenninger, Ricardo Lagos (Escobar y también el
Webber), Eugenio Tironi, Ernesto Ottone, Marcelo Schilling y otros
especimenes similares, realizan el jueguito de la hipocresía que gusta a
los pinochetistas, vale decir, practican la dictadura de lo
‘políticamente correcto’ que en esta democracia coja y tuerta se ha
convertido en el modus vivendi de nuestros políticos
corruptos y pusilánimes.
fuente, vìa :
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