Leonor Tissie Garrido
Desde pequeña, escuché utilizar palabras que eran poco comprensibles para una menor de edad: soberanía, sindicalismo, igualdad, derechos, deberes, poder, estado, distribución, recursos, constitución, civismo, sufragio. Y así, tantos otros conceptos que forman parte del registro emocional establecido por el entorno con el único fin de comprender, en la medida de lo posible, qué significaba ser un ciudadano/a con un conocimiento relativo. Con todo lo que implica aquello se concibe el derecho a re-definir, expresar y colaborar de acuerdo a la propia experiencia y la visualización que se obtiene; esta es la forma en que supongo todos aportaremos para que la Nación logre objetivos concretos pensando y proyectando los esfuerzos hacia una población Soberana participativa en todo ámbito de decisiones, supuestamente.
La unión de ambas Patagonias significará una de las mayores bases militares del mundo, duplicando inclusive el territorio que posee España.
Todo pasa por el respeto propio y ajeno, donde suprimir la obediencia ciega sigue siendo fundamental para el conocimiento y reconocimiento de lo que somos como República independiente y democrática, donde cada opinión debiera contar, donde cada ley se apruebe para el bien común, donde los Poderes del Estado decidan procurando y esmerándose para evitar el abuso y el atropello del que somos objeto como pueblo. Somos un pueblo que lucha cada día por mejorar sus expectativas junto a las políticas de Estado, que alza la voz, que participa de la forma que le es propio, que ha elegido libre y concienzudamente a sus gobernantes; a cambio no se le escucha ni se lo toma en cuenta para las medidas, para las leyes.
Qué importa todo aquello, si de igual forma nos ha llevado a tener una soberanía artificial distorsionada, obscurecida y deformada por acciones de nuestros propios representantes que son los que debieran ser garantes de una República recta en pro de su población, conservando nuestras riquezas, defendiendo con “uñas y dientes” nuestras reservas impidiendo que se siga descomponiendo ante el abuso de empresas o personajes extranjeros que se pasean por el territorio realizando -en algunos casos- estudios topográficos, comprando, adueñándose, explotando, quemando, contaminando, impidiendo y gestionando para formar una República dentro de otra República.
Así, la incertidumbre y confusión es pan de cada día, hasta en las mismas autoridades, que han entregado por “lucas” una atribución no pudiendo deshacer lo ya hecho, teniendo como consecuencia perder de forma paulatina el poder sobre parte de nuestro propio territorio. Con espanto veo que el proyecto Andinia en la Patagonia Chilena-Argentina ya tiene dos años y en su documentación se avala y se comprueba la existencia de túneles subterráneos llamados “dumb”, que se utilizarían como refugio atómico y en caso de desastres naturales donde el personal se pasea y trabaja para procurar un hábitat que sea sostenible para la vida bajo tierra por las inclemencias que presenta dicho territorio, existiendo los mismos túneles en África, Estados Unidos, Argentina, Chile.
Y cabe preguntarse, estando conscientes de nuestra realidad, cómo se nos oculta la información, cómo es posible que se acepte aquello sobre territorio Chileno. Se ha investigado la forma en que estudian los terrenos a comprar con todo lo que significa; las rutas que se utilizan, los medios con los que cuentan, los lugares a los que llegan, donde se hospedan, cuántas personas componen los grupos. La unión de ambas Patagonias significará una de las mayores bases militares del mundo, duplicando inclusive el territorio que posee España.
Qué puedo decir de la forma en que veo a mi país, a mis gobernantes, a mis parlamentarios. Pensaré detenidamente por quién votar, si es que lo hago, en futuras elecciones, y lo más probable es que piense y analice a un candidato que haga el “menos daño posible”, si es que existe tal.
vìa:
http://www.elquintopoder.cl/ciudadania/de-que-soberania-me-habla-7/
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