martes, 14 de enero de 2014

España: Gamonal y las esencias de la España capitalista: Empresarios, políticos y medios contra el pueblo que resiste por Kaos.


Vecinos y vecinas de Gamonal salen a las calles a impedir que el gobierno del PP, en compadreo con un empresario condenado por corrupción urbanística en el pasado, pasen por encima de la voluntad del pueblo. Gamonal resiste y su caso no es aislado: es ejemplo de lo ocurre en todo el estado.
Editorial Kaos. Estado español
Gamonal y las esencias de España
Detrás de la obra que el pueblo quiere parar en el barrio burgalés de Gamonal hay un empresario que fue condenado a 7 años de cárcel por delitos urbanísticos y sobornos en compadreo con un anterior gobierno del PP. El alcalde de entonces también fue condenado. El empresario solo pasó en la cárcel 9 meses de esos 9 años, luego salió en tercer grado y nunca más volvió a prisión. Al alcalde lo indultó Aznar, Presidente de la Comunidad de Castilla y León cuando sucedieron los hechos delictivos, y amigo íntimo, a su vez, del empresario en cuestión.
Todo ello no impidió que el empresario siguiera haciendo negocios con la administración pública, como muestra este nuevo ejemplo de especulación urbanística, de nuevo en compadreo con un gobierno del PP. El empresario, no contento con sobornar políticos, entendió en algún momento que hay algo tan importante como eso: sobornar a la opinión pública, vía manipulación informativa y deformación de la realidad al servicio de los intereses económicos de los que sobornan a políticos y de los mismos políticos que se dejan sobornar.
Dicho empresario es actualmente dueño del periódico más leído de la provincia de Burgos, "Diario de Burgos", a través del cual controla a la opinión pública sobre temas locales. Así como también es copropietario, junto a otro empresario cercano al PP vinculado a la trama Gurtel, de la Televisión autonómica de Castilla y León. Ahora su periódico es utilizado para acusar de violentos a los vecinos que protestan y parta presentar las movilizaciones contra la obra adjudicada al empresario como un "chantaje". Su televisión lo mismo.
En resumen, en la misma ciudad en la que se cierran guarderías por no gastar unos pocos miles de euros, se quiere gastar 8 millones de euros en hacer una obra que el pueblo rechaza y que solo beneficiará al bolsillo de quienes se encarguen de hacerla (más comisionistas de todo tipo, claro). Todo ello acorde a un entramado de relaciones más que sospechosas entre el gobierno local y empresarios corruptores y/o corruptos. Y con los medios capitalistas ocultando el escándalo y criminalizando la protesta social y la resistencia de un pueblo que se niega a ponerse de rodillas ante los designios del poder corrupto establecido.
No dirán, en definitiva, que no es un resumen casi perfecto de cómo funciona la política en el estado español, a todos los niveles. Empresarios corruptos que compran voluntades de políticos capitalistas que se dejan comprar, una justicia y un estado de derecho que mima a estos delincuentes como parte del poder establecido que son, y al servicio del cual se hacen las leyes, de cuya corrupción intrínseca se alimenta todo el sistema.
Medios de comunicación que engañan, calumnian y manipulan al servicio de estos mismos intereses, por la simple razón de que son propiedad de los mismos empresarios que salen directamente beneficiados de todo este estado de hechos, de este orden establecido y de este funcionar cotidiano de la vida política y económica en el estado español.
Y, por supuesto, que al final es de lo que trata todo en realidad, millones de euros de dinero público puestos al servicio de intereses privados, mientras al pueblo se le recortan los servicios públicos. El dinero público que se roba a los servicios sociales acabando en los bolsillos de un empresario "amigo".
Pero los malos, ya sabemos, son los que salen a las calles a protestar, que bien son cercanos a ETA, bien son de comandos violentos intinerantes, según nos afirman ya desde el Ministerio del Interior y varios de sus medios afines habituales.
El empresario, en cambio, debe ser un benefactor social y un filántropo, el que le ha concedido la obra, contra la voluntad de todo un barrio,  un hombre bueno y decente que solo quiere lo mejor para su ciudad, y la policía que va a reprimir al pueblo al servicio de esos dos primeros, claro, la ley y el orden: lo que debemos respetar para que no nos llamen delincuentes y/o terroristas los mismos delincuentes que controlan medios de comunicación y gobiernos al servicio de sus intereses económicos y en contra de los intereses de la mayoría.
Pero esta vez Gamonal ha dicho NO.
Un Gamonal en cada ciudad, en cada pueblo, en cada barrio, eso es lo que necesitamos.
#Gamonalresiste
Así da la "información" el mismo corrupto que se beneficia con la obra:

*Vídeo de la policía entrando en portales de Gamonal y sacando gente. En Alemania (Hamburgo) tuvieron que decretar un "estado de excepción" para hacer algo muy similar a lo que los vecinos denuncian que la policía está haciendo ahora en Burgos, es decir, lo que aquí, en el estado español, es el pan de cada día en cada conflicto. La excepción, de hecho, sería un conflicto en el que no se dé ese estado de cosas:
https://www.facebook.com/photo.php?v=692865407420833
https://www.youtube.com/watch?v=ALA_FqwFN8Q&feature=player_detailpage
#MarcaEspaña #Holadictadura #Luchadeclases
Información relacionada:

El vaso se desborda en Gamonal

El barrio Burgalés ha saltado de forma inesperada a los medios de comunicación, incluso a los internacionales como el Washingtong post o el New York Times, tras acumular varios días seguidos de intensos disturbios.
Sin embargo, paradójicamente esa vertiente de los acontecimientos que ha abierto las puertas de los grandes medios a la realidad del barrio, es en buena medida el telón que oculta los motivos últimos que subyacen a lo que ya se puede considerar sin temor a exagerar como una auténtica rebelión ciudadana.
La violencia, sin la cual las protestas hubieran pasado desapercibidas, atrae ahora todos los focos impidiendo comprender en profundidad cuales son los elementos que han llevado a miles de vecinos a echarse a las calles y enfrentar a cuerpos armados que acumulan ya más de 40 detenciones y numerosas personas heridas o contusionadas.
La construcción de un Bulevar con el tráfico restringido en lo que es hoy la calle Vitoria, principal arteria de comunicación de la ciudad, no parece por si sola, una razón suficiente para explicar los acontecimientos, como por si solas son insuficientes todas las demás explicaciones: Hartazgo del abuso y desatención de la clase política hacia los ciudadanos, episodios constantes de corrupción urbanística y especulación con el territorio, tasas de paro insufribles, crisis económica lacerante o represión policial a movimientos pacíficos.
Pero cuando todas estas líneas se cruzan y muchas vecinas descubren que aparcar ahora su vehículo será una tarea imposible, los comerciantes se dan cuenta de que sus tiendas estarán 18 meses rodeadas de obras, la ciudadanía ve detrás de la operación a un empresario local que fue condenado a 7 años de cárcel en el pasado y sólo estuvo 9 meses en prisión y observa como el ayuntamiento recorta subvenciones y ayudas a proyectos sociales, elimina líneas de autobuses interurbanos o cierra una guardería pública muy conocida argumentando que carece de fondos para cubrir los 13.000€ que cuesta reformarla, entonces el malestar general y el particular se cruzan, se entrelazan y se canalizan a través del tejido asociativo que se ha robustecido en los últimos años de saqueo indiscriminado a la población. El resultado, un barrio de Burgos salta a la prensa internacional con escenarios a la griega.
El Bulevar.
En la memoria colectiva del barrio aún queda el recuerdo de la victoria obtenida en 2005 contra el proyecto de construcción de un aparcamiento subterraneo al que el consistorio del PP hubo de renunciar entonces.
Ahora, el proyecto es recuperado en otra ubicación y complementado con el mencionado Bulevar, lo que ha vuelto a sacar a la calle al movimiento vecinal con motivos redoblados.
Las obras están tasadas en 8,5 millones de Euros y además de eliminar dos carriles de circulación de la vía más transitada de la ciudad, suponen que vecinos y vecinas deberán optar entre aparcar lejos de su barrio o adquirir una de las plazas del nuevo estacionamiento privado a un coste aproximado de 20.000 euros.
El tejido comercial de la zona también ha mostrado su preocupación por la forma en que afectará a sus comercios verse rodeados de obras por un plazo no menor a los dieciocho meses.
De las dos empresas que optaron a las obras, el equipo del actual Alcalde del PP Javier Lacalle optó por la propuesta más cara, la que encabezaba un conocido empresario y constructor burgalés y presidente del Grupo Promecal (dueño del Diario de Burgos entre otras cabeceras), Antonio Miguel Méndez Pozo.
El empresario.
Méndez Pozo, uno de los principales apoyos de José María Aznar cuando era presidente de la Junta de Castilla y León a finales de los ochenta, fue condenado a siete años de prisión por el famoso caso de la construcción, pero sólo pasó en prisión nueve meses.
Muy vinculado al Partido Popular, su nombre vuelve a aparecer en la actualidad por ser socio de uno de los empresarios imputados por el caso Gürtel, José Luis Ulibarri , con el que comparte la concesión de  la Radiotelevisión de Castilla y León, financiada por el gobierno autonómico, también del Partido Popular.
El magnate de la comunicación y la construcción, sería el máximo beneficiario del proyecto de Bulevar que ha puesto en pie de guerra a la ciudad castellana.
El Alcalde
Javier Lacalle, alcalde de Burgos, lleva cobrando un sueldo por hacer política desde el año 1995 en el que fue elegido concejal del Ayuntamiento de Burgos. En 1999 pasó a ser Director General de Juventud de la Junta de Castilla y León, cargo que simultaneó sin problemas en el mismo periodo con el de secretario general de la Red Española de Albergues Juveniles hasta 2003. 
Durante el periodo 2003 al 2011, fue primer teniente de alcalde, portavoz y concejal de Fomento en el Ayuntamiento de Burgos, y finalmente en junio de ese mismo año fue nombrado Alcalde cuando su predecesor en el cargo, Juan Carlos Aparicio, dejó la política para ser nombrado sólo año y medio más tarde consejero de la empresa Indra como uno de los representantes de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales.
En lo relativo al conflicto Lacalle se ha mostrado reacio a hablar con las asociaciones que disienten con el proyecto mientras ha exhibido el apoyo que le ofrecían otros colectivos afines.
El alcalde según la ya disuelta plataforma "Bulevar ahora, no", ha hablado con asociaciones de cuidadores de pájaros, peñas festivas o grupos de canto, vendiendo a la opinión pública que estos eran los apoyos vecinales que había obtenido, cuando se ha negado reiteradamente a escuchar a asociaciones de vecinos críticas.
Tras los disturbios ha señalado que las obras van a continuar y ha acusado a los manifestantes de estar infiltrados por grupos de profesionales de los disturbios venidos de otras ciudades.
La Policía.
 
Más de 130 agentes antidisturbios llegados de Valladolid y Madrid, tratan sin éxito de disolver la protesta desde hace varios días. Las fuertes cargas realizadas han dejado un saldo de más de 40 personas detenidas y más de una decena de heridos de diversa consideración.
 
El Pueblo.
Los vecinos y vecinas anuncian que continuarán con las movilizaciones, piden la libertad de todas las personas detenidas y denuncian la vulneración de su derecho a manifestarse tras las repetidas cargas de la policía nacional.
Denuncian que ésta intervino disolviendo a manifestantes tras movilizaciones pacíficas generando así una ola de indignación que dió pie a los enfrentamientos que saltaron después a los medios de comunicación.
La construcción del Bulevar es la gota que colma un  vaso lleno de agua turbia procedente de la corrupción institucionalizada, el recorte de derechos sociales y laborales y el desprecio absoluto por la opinión de las personas y colectivos que forman parte del barrio y ven como los recursos que se niegan al común se le ofrecen sin disimulo al cacique de turno.

Qué está pasando en Burgos

Para entender a qué viene la durísima oposición de los vecinos del barrio burgalés de Gamonal a las obras de un simple aparcamiento hay que remontarse mucho. Al menos un par de décadas.
Como siempre que un conflicto estalla, las causas rara vez se pueden explicar con lo que sucedió el día anterior. Para entender qué está ocurriendo en Burgos y a qué viene la durísima oposición de los vecinos a un simple aparcamiento hay que remontarse mucho. Al menos un par de décadas, si no más.
Durante años, antes incluso de la llegada de la burbuja inmobiliaria, Burgos fue una de las ciudades con la vivienda más cara de España, solo superada entre las capitales de provincia por Madrid, Barcelona y San Sebastián. ¿La causa? A simple vista parecía inexplicable. Burgos no es ni mucho menos una gran urbe, unos 180.000 habitantes. Su población es estable desde hace años y, comparada con otras, apenas ha recibido inmigración. No tiene tampoco ninguna barrera natural para su expansión: está en mitad de un llano, sin esos límites que en otras ciudades pone la montaña o el mar. No tuvo tampoco un desarrollo económico excepcional: ni es un Silicon Valley, ni ha vivido ningún repunte industrial. Es una ciudad conservadora donde nunca parecía pasar nada, más allá de esa aparente maldición que obliga a la mayoría de los jóvenes a escapar. Conozco bien de lo que hablo. Nací en Burgos, estudié un año allí, en el Instituto Cardenal López de Mendoza, y gran parte de mis compañeros de estudios viven hoy en Madrid, forzados a emigrar por la falta de oportunidades en la ciudad.
Solo hay una razón que pueda explicar por qué en Burgos la vivienda se disparó: la corrupción urbanística. Durante años, un constructor y sus amigos manejaron las recalificaciones del Ayuntamiento, que controlaba la derecha. Ese constructor se llama Antonio Miguel Méndez Pozo, aunque todo el mundo le conoce como Michel Méndez Pozo. O como "el jefe". No solo se dedica al ladrillo. Es también dueño del Diario de Burgos, el periódico más leído y con más influencia en la provincia.
Con una mano, Méndez Pozo controlaba las listas de la derecha al Ayuntamiento, donde llegó a amparar una candidatura de "independientes" contra la lista de Alianza Popular. Con la otra, manejaba la política urbanística de la ciudad. Sus componendas con el Ayuntamiento llegaron a juicio a principios de los noventa. El propio José María Aznar –entonces presidente de la Junta de Castilla y León y líder regional del partido, además de amigo íntimo de Méndez Pozo– tuvo que declarar por sus estrechas relaciones con el constructor; Aznar reconoció que le pedía su "opinión", que era su asesor para temas urbanísticos. En 1992, el alcalde de Burgos, José María Peña, fue condenado por prevaricación a doce años de inhabilitación para cargo público. A Méndez Pozo le cayeron siete años y tres meses de prisión. Sin embargo, el constructor solo cumplió nueve meses antes de salir de la cárcel en tercer grado. Más tarde, el Gobierno de José María Aznar indultó al alcalde Peña, que volvió a presentarse a las municipales y salió elegido concejal (Burgos es así).
La cárcel no fue un obstáculo en la carrera de Michel Méndez Pozo. Al contrario. Tras pasar por la trena, no solo no se convirtió en un apestado sino que aumentó aún más su fortuna, sus relaciones y su poder. En Valladolid, se alió con el grupo PRISA para lanzar otro periódico, El Día de Valladolid. Puso en marcha la delegación autonómica para Antena 3, y también pactó con su antiguo rival, el constructor leonés José Luis Ulibarri, para montar juntos la televisión autonómica semipública –la paga la Junta– de Castilla y León.
Su grupo de comunicación, Promecal, también se expandió a Castilla-La Mancha. Allí puso en marcha varios periódicos que fueron muy leales al PSOE hasta que ganó el PP. De paso, sacó tajada: sus empresas constructoras están entre las principales deudoras de la quebrada Caja Castilla-La Mancha. Méndez Pozo también invirtió en dos de los agujeros negros más famosos de la comunidad: el ruinoso aeropuerto de Ciudad Real y el proyecto de parque temático " El Reino de Don Quijote".
Burgos fue y ha seguido siendo el bastión de Méndez Pozo. Con la ayuda del periódico, se ha impuesto antes y ahora al propio Partido Popular, en una extraña relación donde un hombre que nunca ha sido militante del partido es el auténtico poder. Los alcaldes cambian, y Méndez Pozo permanece. El Diario de Burgos un día calla y al otro se convierte en referente del periodismo de investigación, al destapar un escándalo con la factura telefónica de uno de los concejales del Ayuntamiento, casualmente uno con mala relación con el constructor. De fondo de estos navajazos, un proyecto: el del aparcamiento en el barrio obrero de Gamonal.

El Vallecas de Burgos

Para entendernos, Gamonal es el Vallecas (o el Hospitalet) de Burgos: un antiguo pueblo en las afueras de la ciudad que acabó anexionado por la capital provincial. El franquismo llevó a Gamonal el mayor polígono industrial de la ciudad y la inmigración rural convirtió el antiguo pueblo en un barrio obrero de aluvión, de inmensos bloques de pisos de ladrillo visto, donde hoy viven cerca de 70.000 personas en el barrio más densamente poblado de la ciudad.
La principal avenida de Gamonal, esa calle Vitoria donde el alcalde quiere construir el aparcamiento, es la antigua carretera N-1, que unía al antiguo pueblo con la ciudad. Por las noches, funciona un pactado sistema de aparcamiento en doble fila. Los vecinos se organizan entre ellos, según sus horarios, para dejar sus coches sin el freno de mano puesto. El barrio, tan poblado, apenas tiene aparcamientos. Cuando se construyó, los obreros no tenían coches. Hoy Gamonal, donde el paro se ha disparado, es el barrio de Burgos donde más se nota la crisis, donde viven las personas más castigadas por la situación económica.
Los vecinos se oponen al aparcamiento porque dejará la mayor vía que une el barrio con el centro de la ciudad con solo un carril en cada dirección –ahora hay cuatro–, y porque se quedarían sin sitio donde aparcar. Los nuevos aparcamientos serán muy caros: 19.800 euros por cada plaza, que además no es en propiedad sino en alquiler por 40 años, por lo que después no se podrán vender con facilidad. Además, los vecinos no entienden que esa obra de 8 millones de euros sea la prioridad en un barrio sin apenas equipamientos y en un Ayuntamiento cuyas cuentas están al borde de la bancarrota.
Por supuesto, detrás del aparcamiento en Gamonal hay una sombra, omnipresente en la ciudad: la de Méndez Pozo. Ha sido una de sus empresas quien ha diseñado el proyecto y es la constructora de uno de sus socios habituales quien se ocupará de llevarla a cabo, si es que los vecinos no la logran parar.
El Ayuntamiento confiaba en acabar con las protestas por la vía habitual: con el apoyo de los medios amigos. En Burgos hay dos diarios, ambos conservadores. Uno es de un imputado en la Gürtel, el otro de un condenado por corrupción. El Diario de Burgos es de Méndez Pozo y el otro periódico de la ciudad, El Correo, es de su socio en la televisión autonómica, José Luis Ulibarri, otro constructor leones, imputado en la Gürtel. El Correo, para más señas, se distribuye de forma conjunta con El Mundo. Además de con Unidad Editorial, el imputado Ulibarri también ha cerrado acuerdos con el grupo Vocento –editor de ABC– y ahora está aliado con EsRadio, la emisora de Jiménez Losantos. Todos estos negocios entre los editores de Madrid y los prohombres del ladrillo castellano explican también por qué el nombre de Méndez Pozo apenas se conoce fuera de Burgos.
Sin embargo, el apoyo de los periódicos de Burgos –como ejemplo, sirve este tendencioso artículo en el Diario de Burgos– no ha servido en esta ocasión para acallar las protestas. El Ayuntamiento ha olvidado algo fundamental: que ahora existe Internet y las redes sociales, donde la información es mucho más difícil de controlar.
Gamonal no es muy distinto a otros barrios obreros españoles. Pero nadie podría imaginarse que fuese una ciudad aparentemente tan conservadora como Burgos donde se viviese un estallido así. Los turistas que visitan la Catedral olvidan que un tercio de sus habitantes vive muy lejos del elegante paseo del Espolón, en el olvidado Gamonal.
El PP está alarmado y ha llamado a capítulo al alcalde de la ciudad, Javier Lacalle. Su miedo es razonable. Lo que hemos visto en Burgos no es muy distinto a lo que ha pasado antes en otros disturbios como los de Londres o París. O a lo que podría pasar en otras ciudades españolas. Por mucho que el PP quiere mezclar esta protesta con la kale borroka, asegurando que los jóvenes violentos venían de otra ciudad –han inventado el "turismo manifestante"–, la realidad es que los detenidos son tan de allí como la morcilla o la catedral. Es lo que pasa cuando el paro juvenil se dispara y hay una última gota que desborda el vaso.
Dice Noam Chomsky que la violencia nunca surge de la nada. Tampoco en Gamonal.

En Burgos se acabó el invierno decretado. El pueblo se levanta contra el PP

Raúl Salinero, portavoz de la Asamblea de IU en el Ayuntamiento de Burgos.
Joaquín Sánchez, miembro del Consejo Político Provincial de Burgos.
Bajo los adoquines hay arena de playa decían en Saint Denis cuando en la búsqueda de las libertades negadas, las baldosas del suelo servían de medio para lanzar reivindicaciones y excavar hacia modelos más participativos y democráticos.
Aunque ni mucho menos todos lanzaban adoquines, fue la foto que cautivo a medio mundo. Cientos de miles de personas de todas las edades, proletarios, intelectuales, clase media y parados, en las calles de París. El objetivo: cambiar un modelo político económico anquilosado.  La consigna: ¡Obreros y estudiantes, unidos y adelante!
Mucho ha llovido desde entonces y el mundo ha ido caminando en algunos sentidos zigzagueante en cuanto a derechos sociales, económicos y políticos se refiere. Las convulsiones internacionales han hecho mella en los sueños pero el empeño y la necesidad de ese otro modelo a conquistar sigue latiendo.
Burgos, invierno de 2014. Una ciudad se levanta. El bulevar es más que eso.
Días ininterrumpidos de protestas, manifestaciones de los dos tipos. Tranquilas y con disturbios, Policía llevándose a menores, hogueras, bancos que desahucian destrozados, y un mensaje común: “Queremos participar en las decisiones de nuestra ciudad”.
Desde hace años, empresas asociadas al equipo de Gobierno del Partido Popular de Burgos se hacen cargo de las obras públicas, de la gestión de autobuses, de parkings municipales, de perdonar multas y dar licencias a establecimientos de su agrado, de duplicar tarjetas telefónicas del Ayuntamiento para uso profesional particular… En el último año, dos, pero sólo dos concejales del PP se han visto obligados a dimitir tras distintos escándalos sacados a la luz por el grupo municipal de IU. Aun así, muchos dirigentes siguen cobrando sueldos simultaneando trabajos imposibles de simultanear. Pongamos ejemplos: El actual vicealcalde Ángel Ibáñez ha llegado a ser al mismo tiempo jefe de la Unidad de Empleo de la UBU (35.000 euros/año), vicepresidente de Caja de Burgos(19.000 euros/año), ahora en Caixabank, y concejal de Fomento (unos 20.000 euros/año). La concejala María José Abajo percibió en el ejercicio 2012 una retribución de 31.817,40€ por una dedicación exclusiva pagada a tres cuartos por el Ayuntamiento burgalés, pero seguía por aquella fecha, y sigue aún, a pesar de la crítica, ejerciendo de profesora adjunta de la Universidad de Burgos. ─ ¿Será que sus días son más largos y sus noches más cortas? ─ bromearía uno si no supusiese del bochorno y de la  denigración de las instituciones administrativas.
El hastío con los que ya se empiezan a llamar “los impopulares” llega a cotas burdas, seguramente, por las burdas actuaciones impopulares.
Con 160 millones de deuda municipal, el Consistorio sigue buscando obras faraónicas con las que tener un eco que resuene en las elecciones municipales de 2015, a costa, eso sí, de subir impuestos, tasas y precios públicos, hasta en tres ocasiones en dos años. Subir impuestos y jugar con cifras, porque si tenemos en cuenta la deuda que ha sido externalizada hacia organismos jurídicamente ajenos al Ayuntamiento pero de cuya deuda responde en última instancia el municipio burgalés, esos 160 millones se convierten rápidamente en cerca de 500 millones de euros, que suena peor.
En resumidas cuentas, un escenario ideal para comenzar una obra con la que harán el agosto, una vez más, las grandes empresas constructoras burgalesas, actualmente con dificultades para subsistir.
“El bulevar ─ dice uno ─ es la última gota. Llega un momento en que hay que plantearse ¿qué nos queda?. ¿Seguir aguantando hasta volver a Franco o al siglo XIX? ¡No! ─ grita ─. Tomemos  en serio la necesidad de crear otro modelo más democrático y participativo que, con los adelantos técnicos, hoy es posible”.
Hagamos repaso: Largo tiempo de movilizaciones pacíficas desatendidas desde noviembre de 2011. Un modelo de bulevar que privatiza servicios municipales, que ha supuesto un recorte en los servicios públicos, que endeuda a las arcas de la ciudad, que deja sin aparcamientos públicos a los burgaleses, que embotellará la circulación debido a sus sólo dos carriles y un alcalde diciendo que las obras siguen.
Altercados que incluyen bloqueos de calles, fogatas, actuaciones policiales desmedidas,  detenidos incluyendo a menores, heridos… y un alcalde diciendo que las obras siguen.
Varios miles de burgaleses de todas las edades, tranquilos, manifestándose nuevamente… y un alcalde diciendo que las obras siguen.
Tachar de autoritarios por esos altercados a los que se oponen al bulevar cuando  el equipo de Gobierno no ha hecho ningún esfuerzo por consensuar con la población burgalesa si el bulevar, tal y como está diseñado, responde a las necesidades de los burgaleses, o si se quiere o no, es jugar con el lenguaje.
¿Ha consultado el equipo de Gobierno a los burgaleses? No.
¿Ha buscado el equipo de Gobierno un diálogo? No.
¿Ha tenido en cuenta los errores técnicos de cálculo en cuanto a atascos, falta de parkings, endeudamiento municipal, etc. que han ido transmitiendo muchas organizaciones y plataformas?   No.
A eso sí se le llama ser autoritario y gobernar de modo autoritario. Como en los tiempos de las monarquías absolutistas: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
A alguno se le hinchará después la boca hablando de ciudadanía cuando lo que realmente buscan son súbditos. Es este oxímoron de democracia autoritaria el que nos aleja de formas democráticas superiores y es éste también el que provoca frustraciones y disturbios como los aquí vividos, donde cada uno, libremente, se manifiesta de un modo distinto en las protestas contra el bulevar. El nexo aglutinador obvio es: No se quiere este bulevar a golpe de decreto.  A la vista de los hechos, hemos exigido al alcalde Francisco Javier Lacalle reunirse de urgencia con los agentes sociales para tratar el tema. El alcalde no lo ha hecho.
Un ciudadano común que observe la falta de escucha del Ayuntamiento ante las manifestaciones pacíficas, las reivindicaciones, las reuniones de vecinos y las quejas de las plataformas, se cuestiona.
Un ciudadano común que ve la imposibilidad de acuerdos y que además presagie la posibilidad de que estas obras estén asociadas a algún lucro personal; no porque lo estén, que ya se verá, sino porque no sería la primera vez ni la cuarta, se cuestiona.
Un ciudadano común, que se cuestiona y que se observa ninguneado democráticamente, arde en cólera y frustración, y pese a todo, es a él y no al equipo de Gobierno a quien se achacan los disturbios.
Contextualizando: lógicamente, un pueblo de ovejas no crea disturbios y es sano por eso para la salud del régimen que nos gobierna y que nos retrotrae a leyes educativas que acaban con la filosofía, a leyes de seguridad ciudadana que restringen el derecho de expresión y a leyes de trabajo que obligan a ser sumisos por miedo a perder lo poco que aún se tiene.
El bulevar de la calle Vitoria es el bulevar. Pero es más que eso. Es otro ejemplo de la política impositiva frente a la política participativa y es necesario no aislar las luchas cuando estas tienen una repercusión global.
Y en clave de globalidad: con 18.000 desempleados en la ciudad de Burgos, ¿es lógico que ese dinero no se destine a más protección social? ¿Acaso logrará este bulevar arreglar, y no digamos parchear, la situación?
Seamos claros: el bulevar dará bien de comer a los orondos y las migajas a los obreros, pero resulta que las migajas y el gran plato vienen de las arcas municipales. De esas arcas municipales que pertenecen a todos los burgaleses ¿Puede moralmente un Ayuntamiento “de todos” emprender acciones legales contra los detenidos en este contexto?
Posiblemente sería difícil imaginar la rabia  de este escenario  de protestas sin valorar, como dice algún vecino ─ la bota de hierro que lleva años aplastando nuestra dignidad, decisión tras decisión. El futuro no depara nada. El futuro traerá lo que los vecinos construyamos─.
http://blogs.publico.es/por-encima-de-nuestras-posibilidades/2014/01/13/en-burgos-se-acabo-el-invierno-decretado-el-pueblo-se-levanta-contra-el-pp/
Por el bulevar de los Méndez Pozo (III)
Méndez Pozo
A través de la figura de Méndez Pozo se explica la situación de crisis política, económica y social de la actualidad. Gran constructor que se sirve del poder político para trasvasar dinero de las arcas públicas a su bolsillo. Los empresarios como él que nos venden la quimera del emprendedor sólo saben hacer negocio y alcanzar dividendos saqueando lo público. Sus medios de comunicación sobreviven gracias a las inyecciones económicas de los gobiernos regional, provincial y municipal, mientras que las obras públicas sanean las cuentas de sus constructoras. De esta forma, sus empresas sirven de alquimia para convertir el dinero público que pagamos tú y yo en el beneficio privado que disfruta él.
En cualquier caso, no es el único beneficiado de la construcción del bulevar. Méndez Pozo ha realizado el proyecto por más de 200.000 euros, mientras que Arranz Acinas y Copsa serán las encargadas de la construcción del bulevar y de la posterior venta de las plazas de aparcamiento privado que se construyan (250, mientras desaparecerán 350 plazas de aparcamiento público en las calles).
Construyendo hegemonía
Gamonal está teniendo signos de madurez política muy notables. El más destacado fue la manifestación de ayer con parada en la sede del Diario de Burgos y de la empresa constructora de Méndez Pozo. Algo semejante hace un par de años hubiese sido impensable, por lo que ver cómo miles de personas conducían sus pasos hacia allí señalando a los culpables me pareció maravilloso. Aquellos vecinos estábamos diciendo: “Sabemos quiénes sóis los responsables de esto. Sabemos que los constructores mandáis en la ciudad. Sabemos que tenéis periódicos para defender desde sus páginas vuestros intereses y ya no os creemos porque somos conscientes de que no nos contáis la verdad. Ojito.”
La ruptura con el discurso oficial publicado en los medios y la clara vinculación constructor-dueño de periódico que manda sobre político títere son dos pasos fundamentales que hay que dar para ganar esta batalla y otras futuras que vendrán.
Detenidos
Tanto el viernes como el sábado se produjeron detenciones indiscriminadas y arbitrarias. La noche del viernes al sábado los incidentes se produjeron alrededor de las 23:00. Transcurridas tres horas y a la vista del cariz que estaban tomando los acontecimientos, la Policía Nacional tomó la decisión de detener gente. Se dedicaron a hacer encerronas en diferentes calles deteniendo a chavales que estaban simplemente protestando, observando el panorama o que pasaban por allí. Prueba de lo que digo es que ninguno de ellos tiene antecedentes. Por cierto, para los fetichistas de la kale borroka, todos son de Burgos y muchos de ellos menores de edad. Valiente, la policía. Estas detenciones lo único que han hecho es caldear más el barrio.
Si has sido testigo de alguna de estas detenciones, puedes ponerte en contacto con una persona de la asamblea, que se encarga de recoger todos estos testimonios, para que los chavales del barrio no paguen por cosas que no han hecho. Las asambleas siguen convocándose a las 12:00 y a las 19:00 en la Zona Cero. La lucha sigue su curso. El barrio está en pie. Ahora mismo, cientos de personas impiden la entrada de las máquinas a la obra.
Ayer dijo el alcalde que hará la obra. Nadie le escuchó. Esa decisión ya no está en su mano, ni en la de los constructores que pretenden enriquecerse a nuestra costa. Esa decisión es nuestra y tener en frente a un barrio consciente y empoderado tiene que dar mucho miedo.
Por el bulevar de los Méndez Pozo (II)
¿Quién se beneficia de esta obra?
La crisis que empezó hace ya seis años tiene en España unas características propias. La manera en que en nuestro país se “movía” la economía antes de la crisis era a través de la realización de obras públicas, grandes eventos y construcción en general sin ningún tipo de sentido ni planificación con el único objetivo de mover el dinero entre las élites (económicas y políticas) y mantener los beneficios de esas élites. Esto ha sido el caldo de cultivo de multitud de casos de corrupción de los que en Burgos estamos bien enterados: por poner un ejemplo rápido, el dueño del Diario de Burgos, nuestro querido Méndez Pozo, ha estado en la cárcel por estas razones.
La economía debería perseguir los intereses comunes de la mayoría, no de una élite pequeña que la controla para su beneficio. Y cuando la economía funciona sólo en interés de las élites, los que no somos élites salimos perdiendo. Como en Burgos, siguen mandando los mismos que nos metieron en la crisis (que nos estafaron) siguen haciendo lo mismo que provocó la crisis con tal de mantener su beneficio. Este es el contexto del bulevar de la calle Vitoria. El bulevar se construye por las personas que están en el poder (constructores, sus periódicos y Ayuntamiento), porque las personas que están en el poder quieren y para beneficiar a las personas que están en el poder.
Sí, vale, ya lo sabemos, pero al menos hay inversión
Realizar un gasto, una inversión pública, implica dejar de hacer otro. Conviene que lo tengamos en cuenta cuando valoramos una inversión. En los presupuestos del Ayuntamiento pone que van a gastarse 8,5 millones de euros. Yo no me lo creo. Estoy seguro de que al final la obra va a costar mucho más dinero, lo que implica más deuda y más intereses y más cosas que se van a dejar de hacer. Sin tener en cuenta que, como esta es una obra que el barrio no quiere, tienen que utilizar otro recurso que pagamos todos (la policía) para “proteger” las excavadoras y la caseta.
Pero, aún así, veamos dos cosas que el Ayuntamiento ha dejado de hacer en los últimos tiempos:
-Han recortado en líneas de autobús. Digo yo que para mejorar la movilidad en una ciudad lo más importante es que haya buen y barato transporte público. Pues no, en vez de mejorar el transporte público e incentivarlo bajando el precio (lo cual son menos de 8,5 millones de euros) el Ayuntamiento va a dejar de de hacer esto para dar ese dinero a los constructores. Esto no va a hacer mejor la movilidad. La va a empeorar.
-Han cerrado escuelas infantiles. Una economía orientada al bien común y a los intereses de la mayoría debe dirigirse fundamentalmente a construir y conseguir una buena vida para la mayoría. El bienestar (y también la eficiencia económica) que implica una red fuerte y pública de escuelas infantiles es más que evidente. 8,5 millones de euros que podrían mejorar muchísimo la vida (y con ello la economía en general) de mucha gente a través de escuelas infantiles y servicios sociales que se van al bulevar a los beneficios de los constructores.
Conclusión: el bulevar y el tipo de sociedad que queremos
Las élites burgalesas ya se han posicionado con el bulevar. Ya nos han dicho lo que quieren para esta ciudad. Más obras, más empleo de mierda, más especulación urbanística, más imposición. Y menos servicios sociales, menos bienestar y una ciudad peor para vivir. Ellos quieren volver a lo que había antes de la crisis que les iba bien y se hacían ricos. El bulevar, también puede y debe ser una manera en que los que estamos abajo nos posicionemos y digamos que no queremos este tipo de ciudad.
Ya hay un proceso de movilización en marcha y no va a parar. Mañana a las 20:00 en la Iglesia de la Inmaculada, hay una Asamblea. Esto es un problema de toda la ciudad, ya que todos estamos inmersos en esta guerra entre sus beneficios y nuestros derechos. Y de estos procesos de movilización depende que los recursos se empleen en las cosas que nos benefician a las mayorías y no en lo que beneficia a los ricos.
Por el Bulevar de los Méndez Pozo (I)
Nos informa el Diario de Burgos del comienzo inminente de las obras del Bulevar de la calle Vitoria. Un proyecto que va a costar, en su primera fase, ocho millones de euros y del que sólo sale beneficiada la constructora que realizará la obra, propiedad de Méndez Pozo, casualidades de la vida.
Los 18 meses que pretenden que duren las obras serán un año y medio de quebraderos de cabeza para vecinos y comerciantes de la zona. Pero una vez transcurrido ese tiempo, no se preocupe que comenzará lo bueno. Desaparecerán las 350 plazas de aparcamiento que hay en la actualidad en la calle Vitoria, para pasar a tener 256 en un parking subterráneo privado al módico precio de salida de 19.225 euros cada una de ellas. Deje de pestañear. No me he equivocado con las cifras.
Llegado ese momento usted dirá: ¿podremos circular por el flamante Bulevar? ¿Mejorará el tráfico? Tampoco. Sólo habrá un carril por cada sentido y sólo podrán circular por su exclusivo asfalto taxis, autobuses, ambulancias y vehículos de carga y descarga. Maravilloso.
Este Ayuntamiento, que pone de excusa el déficit municipal para cerrarnos guarderías o para no pagar a proveedores, no parece reparar en gastos cuando la cosa trata de sanear las cuentas de Méndez Pozo con su dinero y el mío. Con la explosión de la burbuja inmobiliaria el dueño del Diario de Burgos necesita de la inestimable ayuda de las instituciones públicas para seguir haciendo negocio a nuestra costa. El escándalo del concejal Eduardo Villanueva fue la cabeza de caballo sanguinolenta que ‘Il Padrino burgalés’ metió en la cama del alcalde Javier Lacalle para darle un aviso. Si no hacía lo que Méndez Pozo quería, podría disparar hacia arriba desde las páginas del Diario hasta hacer caer al actual Equipo de Gobierno.
La solución de la derecha para sacarnos de la crisis pasa por repetir el modelo de los pelotazos urbanísticos. Más de lo mismo. Dosis extra de virus para el enfermo que agoniza.
Con Méndez Pozo presionando, la opinión de los vecinos de Gamonal importa muy poco en el Ayuntamiento. Ya sabemos que todos somos iguales pero unos más que otros. Así que la única oportunidad de parar esta obra pasa por organizarnos y luchar. Este miércoles día 6 a las 20:15 hay una asamblea de vecinos en la Casa de la Cultura de Gamonal para tratar el asunto. Tenemos otra oportunidad de bajar la Política de los despachos a la calle, ese lugar donde se le incendian los ojos de justicia y se muestra, vestida de pueblo, con toda su belleza desbordante.
Actualización: Mientras que la empresa de Méndez Pozo realizará las obras del Bulevar, Arranz Acinas y Copsa llevarán a cabo las del aparcamiento subterráneo y la posterior venta de las plazas al precio señalado arriba. Esto se hará a pesar de que la rival en el concurso, procedente de Cantabria, demostró mayor solvencia económica y un presupuesto de urbanización 260.000 euros más barato, así como un precio por plaza de parking 1.800 euros más barata que la adjudicataria. Más de lo mismo.
Se me ocurren tres preguntas a las que no tengo respuesta. ¿Cuántos pisos tiene vacíos Arranz Acinas? ¿Cuánto debe a sus trabajadores? ¿Cuántos despidos ha realizado en los últimos años?
http://sombrasenlaciudad.wordpress.com/

vía:
 http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/78215-gamonal-y-las-esencias-de-la-espa%C3%B1a-capitalista-empresarios-pol%C3%ADticos-y-medios-contra-el-pueblo-que-resiste.html

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