La imaginación represiva de los del poder
es prácticamente ilimitada
Los
maestros democráticos están dando lecciones de resistencia política.
Enfrentan, hasta ahora con éxito, una descomunal ofensiva del aparato
del Estado tendiente a imponer las reformas estructurales mandatadas por
el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y
detalladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE). No sólo los agrede el gobierno de Enrique Peña Nieto
–de extracción priísta–, sino el conjunto de los partidos políticos
oficializados (véanse las declaraciones de Jesús Zambrano en La Jornada
del 30 de agosto de 2013, página 5, en las que asegura que las reformas
neoliberales no son punitivas ni tienen el propósito de dañar los
derechos laborales). Están también en la conjura los intelectuales
orgánicos y los medios de información a los que sirven. Y hasta las
comisiones de derechos humanos se unen al clamor de represión.
Y es que el Partido Revolucionario
Institucional (PRI) sabe cómo ejercer el poder ganando cómplices, a los
que usa convenientemente y desecha cuando ya no le sirven, como lo
prueba el caso de la Gordillo. Tiene la experiencia de casi 1 siglo
apoderado del Estado mexicano, y sabe que una oposición como la de la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no es
manipulable ni corruptible. Por eso tiene prohibido resistir.
Aunque se les está deshaciendo el
escenario “plural” del llamado Pacto por México, los priístas no dan
tregua. Ya dijo Peña Nieto que en 120 días hará aprobar la privatización
de Petróleos Mexicanos y el incremento del impuesto al valor agregado.
Una vez que consigan esto, seguramente propondrán la reelección
presidencial para abrir paso al retorno de Carlos Salinas de Gortari…
Son los represores de siempre
El secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong, amenazó con “aplicar el imperio de la ley” a los
maestros que resisten la llamada reforma educativa. Eso hizo Peña Nieto
con los heroicos pobladores de San Salvador Atenco, Estado de México,
que impidieron el despojo de sus tierras para construir un aeropuerto.
También lo hicieron Ernesto Zedillo y Emilio Chuayfett, cuando
propiciaron la matanza de Acteal, Chiapas. La clave está en que los
perpetradores nunca han sido castigados porque siguen siendo los dueños del poder en México.
Están tratando de aislar a los maestros
al presentarlos como una minoría irracional que se opone al progreso de
la educación. Los acusan de oponerse a ser evaluados y de defender
intereses ilegítimos. Incitan a los capitalinos, por medio de la prensa
escrita y electrónica, para que reprueben las acciones defensivas del
magisterio.
No es nuevo el método de los represores.
Lo tienen bien ensayado, al menos desde 1968, cuando acusaron a los
estudiantes de ser parte del comunismo internacional. Dijeron cosas
parecidas de los jóvenes que formaron grupos insurgentes al lanzar
contra ellos la Guerra Sucia. Campañas similares se hicieron contra los
trabajadores del sector eléctrico cuando destruyeron Luz y Fuerza del
Centro y dejaron en la calle a más de 40 mil familias.
Sólo que los maestros saben resistir
Acostumbrados a convivir con nuestro
pueblo, los maestros democráticos han aprendido a sobrevivir luchando.
No renuncian a la defensa histórica del proyecto educativo progresista,
aunque cuidan que no los extermine la fuerza represiva del Estado. Se
han declarado en desobediencia civil pacífica y van a seguir impugnando
las injustas leyes que les impuso (y nos impone a todas y todos los
mexicanos) el obsecuente Congreso de la Unión.
Vienen días difíciles: habrá que mantener la guardia en alto.
*Coordinador de la maestría en derechos
humanos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; doctor en
ciencias políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México;
integrante de la Comisión de la Verdad del estado de Guerrero
Fuente: Contralínea 351 / 9 al 15 septiembde de 2013
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/09/08/crece-el-coro-pide-represion-contra-la-cnte/
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