
Sierra Rarámuri
los urgentes procesos para
reactivar la conciencia
Guillermo Palmareactivar la conciencia
A lo largo de la historia que podemos contar, vemos que la invasión a las comunidades indígenas no ha disminuido, al contrario, va en aumento; sólo han cambiado las formas. En un principio llegó la cruz junto con la espada y fuimos aceptando poco a poco, sin darnos cuenta, la entrada de una cultura que nos domina, que nos impone sus leyes, sus costumbres, su educación y la explotación de los recursos naturales.
Ante todo esto las costumbres de las comunidades se van modificando y acomodándose a las nuevas maneras de ser rarámuri, pero con esto también se están dejando a un lado —y con el tiempo olvidando— las enseñanzas de los antiguos, toda esta sabiduría se transmite cada vez menos a las nuevas generaciones porque crecen con otras necesidades y aprenden a rechazar lo que es verdaderamente ser rarámuri.
Las esperanzas de los pueblos indígenas están puestas en el fortalecimiento de las regiones que todavía conservan con determinación las enseñanzas de nuestros antepasados. Aunque estas regiones cada vez se reducen en territorio y en autonomía, y si le sumamos el factor tiempo, las maneras propias de ser y estar desaparecerán más pronto de lo que pensamos a pesar de que todavía se tiene cierta fortaleza. Es por eso urgente que se desarrollen procesos para reactivar la conciencia, para fortalecer el aporte de los pueblos originarios.
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Llega el turismo que invade los lugares ancestralmente protegidos a nuestra manera. Con la llegada a nuestro territorio de esta forma de hacer economía se ha generado la contaminación de los ríos, el despojo de tierras y, por lo tanto, la migración de las familias afectadas. El indígena ha tenido que aprender dentro de sus posibilidades a luchar contra estas imposiciones, pero una de las dificultades es que el lenguaje en que están hechas las leyes raramente lo podemos entender.
La defensa del territorio con las leyes mestizas va lenta, y por tanto la respuesta también es lenta, al contrario de lo que hace el mestizo que en este tema tiene respuestas mucho más rápidas porque las leyes están hechas en sus propios códigos.
Existe la posibilidad de que el indígena tome en sus manos el derecho que las leyes internacionales le otorgan para defender su territorio, pero sólo unos cuantos están facultados para entenderlas. En este proceso de aprendizaje se tuvo que sufrir una aculturación, y muchas veces el líder indígena letrado ve inútil la defensa del territorio porque “se está defendiendo a un indígena en el atraso”, sin el debido respeto a lo que los antepasados nos enseñaron —y que optaron por una vida sencilla y austera en medio del bosque y la montaña, aprovechando con respeto y responsabilidad lo que el creador nos encargó.
No sabemos si todos estos cambios que están viviendo las comunidades sirven para que la propuesta del mundo indígena sea tomada en cuenta, pero sí sabemos que esta invasión ideológica al pensamiento indígena nos lleva cada vez más al consumo, al deterioro del mundo en el que vivimos, a la pérdida de nuestros saberes, de nuestros propios sistemas normativos, éticos y morales que funcionan en los espacios y tiempos que vivimos, además construidos a través de los años y experiencias de nosotros como pueblo.
![]() Fotos: Gildardo Magaña |
El respeto a lo distinto puede llevarnos a que este mundo sea más justo. Los pueblos indígenas tenemos mucho que aportar y este mismo respeto a lo diferente puede enriquecer las distintas perspectivas de la gente involucrada en los encuentros interculturales
Guillermo Palma es comunero rarámuri, representante de su pueblo en la Red en Defensa del Maíz, uno de los pensadores que está vinculando a las autoridades rarámuris con el mundo exterior.
Vía:
http://www.jornada.unam.mx/2013/08/10/oja-sierra.html


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