jueves, 20 de junio de 2013

Brasil con movilizaciones, represión, marchas y un lema: “el pueblo despertó”....la vaca

(Desde San Pablo) Entre movilizaciones y protestas inéditas durante décadas en Brasil, ayer la intendencia de San Pablo fue sitiada por 10.000 personas que cantaban “el pueblo despertó”. En la terraza del edificio, un helicóptero. La policía se cobijó a tiempo empujada por la multitud que rompió todos los vidrios del frente, pese a las rejas. El helicóptero zarpó, y no es claro si se llevó al intendente Fernando Haddad, del oficialista PT. Luego la multitud marchó hacia la avenida Paulista, la principal de la ciudad y sumó  más de 60.000 personas según datos del gobierno, quizá más según impresión de lavaca.
Estudantes fazem protesto pela Av. Rio Branco contra o aumento das passagens.
Cantaban también: “Soy brasilero, con mucho orgullo, con mucho amor”. Había miles de pancartas, pero todas hechas a mano.  Por ejemplo: “Juicio político a Dilma”, o “Menos Copa del Mundo, más hospitales, más educación”, “FIFA da puta”, “Basta” o el chapulinesco “No contaban con mi astucia”. Al cierre de esta crónica, además, en Fortaleza, durante el partido Brasil- México, 20.000 personas salieron a manifestarse y fueron reprimidas por la policía. Los actos de protesta son casi cotidianos y ya dejaron decenas de heridos.
Anonymous y Neymar
Lo mismo está ocurriendo en al menos 12 ciudades de todo el país. En Rio de Janeiro hubo disturbios en y toma parcial del parlamento estatal. En Brasilia, ciudad acaso diseñada para disperar cualquier intento humano de convivencia, 50.000 personas estuvieron a punto de tomar el Palacio Legislativo. El gobierno de Dilma Rousseff y la clase política se quedaron sumergidos en el asombro. “Para pensar algo previo, hay que ir a 1983, cuando se reclamaba elecciones directas, o a 1992, las manifestaciones contra Fernando Collor” dice Gabriel Strautman, de Justicia Global. “Pero esto es todavía mayor”. Dato: nadie habla de la Copa de las Confederaciones, un pre mundial, y en la televisión no aparece Neymar sino las caretas con el rostro de Anonymous
lavaca, arribada a San Pablo para participar en un congreso sobre la megaminería en el continente organizado por la Fundación Rosa Luxemburgo, presenció el intento de toma de la intendencia, las marchas en la avenida  Paulista  y una posterior madrugada de enfrentamientos en plena Rua Augusta entre adolescentes con piedras versus policía con tanques, bombas lacrimógenas y sin metáforas: pertrechados para disciplinar sociedades, y chalecos antibalas con la palabra “CHOQUE”. Unos con ojotas, los otros con borceguíes.




20 centavos al estadio
El origen del reclamo masivo, que empezó el 1° de junio, es el aumento de 20 centavos en el transporte público. De 3 reales (comparable a que los transportes públicos en Argentina costaran un mínimo de 8 o 10 pesos) a 3,20. Y Brasil estalló, pero las movilizaciones incorporaron otras cuestiones como el desempleo, el hartazgo hacia los funcionarios políticos y la denuncia del Mundial 2014 como el nuevo corazón de la corrupción. “Dicen que no hay dinero para el trabajo,  que no hay dinero para la salud, pero hay dinero para el fútbol” explica Paulo a lavaca con un cartel: “Si tu hijo está enfermo no lo lleves al hospital, llevalo al estadio”. Al margen del olfato generalizado sobre la corrupción, es irritante el sólo hecho de mostrar estadios maravillosos, inteligentes, megalómanos o absurdos (en el Amazonas habrá uno para 60.000 espectadores, siendo que en los partidos locales el promedio de público es de 800 personas).
Brasil
Messi y el sistema
En la avenida Paulista la multitud se sienta sobre el asfalto, y luego se para para armar la famosa ola. Nos iluminan al menos tres helicópteros, dos policiales y uno de un noticiero. Un chico escribe su propia pancarta en una cartulina: “No son los 20 centavos. Es la verguenza”.
Daniela, 18 años, desocupada: “Aquí no hay líderes. Y nadie quiere que vengan los partidos políticos. Queremos derechos, y que cambien las cosas”. Cientos de personas andan con máscaras de Anonymous (V de Venganza es la película más exitosa en la creación de un ícono moderno). Geraldo detecta que soy argentino, se acerca y me pregunta: “¿Pelé o Maradona?” “Messi” le contesto, y me abraza. Le digo que no imagino a Pelé en una manifestación así: “No, claro. Pelé es el sistema”.
Pasan chicos que aún no entraron a la universidad: “Vilma, reciclate”. Les pregunto qué quieren decir. “Todos prometen cosas, luego en el gobierno no hacen nada para que la vida mejore. Queremos eso, una vida mejor”. Otra pancarta, madre e hija: “Si tenés un problema y no hacés nada para resolverlo, terminás siendo parte de él”.
Frente a las manifestaciones Dilma dijo que son “una demostración de la fuerza de la democracia”, entendiendo democracia como “sistema representativo”. Gabriel: “Todos quieren sacar provecho de esto. El gobierno con esas frases hipócritas. La derecha porque no tiene ningún discurso, como pasa en toda Latinoamérica. La izquierda ve su posibilidad en el conflicto, pero la gente no quiere aquí sus banderas. La realidad es que nadie esperaba esto, y nadie sabe a dónde va. Es espontáneo, no hay líderes, no puede ser fácilmente controlado, pero puede ser fácilmente infiltrado para generar violencia”. Por ahora se ve gran participación juvenil, muchos desempleados, no hay sectores obreros, la gente saluda desde los edificios y en las emboscadas de la madrugada los chicos de barrios periféricos se hacen dueños de la ciudad en bicicletas o skates muchas veces, como tanteando su propia fuerza ante la policía.
La gente va cantando “el pueblo despertó” con una ó inicial como aquel “que se vayan todos” del 2001 argentino. El gobierno empezó a desactivar el aumento en el transporte, propiciado por las cámaras empresarias que han tenido vía libre hasta ahora. Pero nadie sabe si eso desactivará también esa bronca, indignación, cansancio o como cada quien quiera llamarlo. La gente en la Avenida Paulista se abraza, todos ríen, las chicas bailan “ven a la calle, contra el aumento, ven”.
Les pregunto hacia dónde va esto. Dicen. “No sabemos. Pero sabemos que no queremos seguir como hasta ahora. Y que el lugar donde tenemos que decirlo es en la calle”.


Anticopyright

Vía:
http://lavaca.org/notas/brasil-canta-el-pueblo-desperto/

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