El gobierno ha reconocido que la diferencia entre el interés que
cuesta a la banca el dinero que presta y el interés que cobra por los
créditos en Chile es más alto que en otros países similares. El Grupo
Santander ha señalado que a nivel mundial, el banco en Chile es el más
rentable de su negocio.
El Spread es la diferencia entre
el interés que cuesta a la banca el dinero que presta, y el interés que
cobra por los créditos. La Fiscalía Nacional Económica ha reconocido que
el spread en Chile es más alto que en otros países similares, como
México, Argentina y Colombia, y están entre los más altos de
latinoamericana, La ley chilena permite un interés máximo muy alto para
los intereses de los créditos bancarios, la llamada Tasa Máxima
Convencional, permite subir hasta en un 50% el interés sobre el promedio
existente en los bancos, en un mercado marcadamente oligopólico, en la
realidad son los propios bancos los que la pueden fijar.
Si a esto agregamos los gastos
administrativos, los gastos de cobranza, las ventas atadas de otros
productos como seguros, tarjetas y líneas de crédito, que se aplican a
los clientes y por el lado de los trabajadores bancarios el aumento en
la intensidad y extensión de la jornada no pagada, mediante la artimaña
de aplicar a gran número de funcionarios el artículo 22 del código del
trabajo, liberando al banco como si funcionarios que no tienen fueran
realmente ejecutivos, de la obligación de control horario, y el recurso a
la externalización de funciones incluso del centro del giro bancario
como la tesorería, o los cajeros, se entiende el apelativo de “Joyas de
la Corona” que han recibido las instituciones chilenas de grandes
multinacionales financieras como Santander, BBVA o Itaú. El Grupo
Santander, por ejemplo, ha señalado que a nivel mundial, el banco en
Chile es el más rentable de su negocio en el mundo.
Como señalamos antes entre los abusos
más extendidos en el negocio de los bancos con sus funcionarios, está el
uso mañoso del artículo 22 del Código del Trabajo. Este artículo fija
la duración de la jornada laboral en 45 horas semanales, y menciona los
casos particulares de trabajadores que quedan excluidos de la limitación
de jornada de trabajo, entre los que menciona todos aquellos que
trabajen sin fiscalización superior inmediata, es decir aquellos que
cumplen funciones gerenciales y no están bajo subordinación o
dependencia, también se excluye del control de la jornada laboral a “los
contratados (…) para prestar servicios en su propio hogar o en un lugar
libremente elegido por ellos; los agentes comisionistas y de seguros,
vendedores viajantes, cobradores y demás similares que no ejerzan sus
funciones en el local del establecimiento. También quedarán excluidos de
la limitación de jornada de trabajo los trabajadores que se desempeñen a
bordo de naves pesqueras. Asimismo, quedan excluidos de la limitación
de jornada, los trabajadores contratados para que presten sus servicios
preferentemente fuera del lugar o sitio de funcionamiento de la empresa,
mediante la utilización de medios informáticos o de
telecomunicaciones.”
Finalmente la norma excluye a “los
deportistas profesionales y de los trabajadores que desempeñan
actividades conexas se organizará por el cuerpo técnico y la entidad
deportiva profesional correspondiente, de acuerdo a la naturaleza de la
actividad deportiva y a límites compatibles con la salud de los
deportistas, y no les será aplicable lo establecido en el inciso primero
de este artículo.”
Lo que los bancos han hecho es declarar masivamente “ejecutivos” a
toda una categoría de funcionarios, que son trabajadores que se
desempeñan bajo subordinación y dependencia directa de sus jefes, es
decir no son gerentes o administradores, y eludir de este modo el
respeto por la jornada laboral máxima legal y el pago de horas extras.
Cómo se ve una fuente directa de ganancias, a costa de los trabajadores
del sistema bancario.
El problema ético en la relación funcionario - cliente bancario
Un mecanismo que ha
sido crucial en el aumento de la intensidad y productividad del trabajo
bancario es la llamada “meritocracia”, las metas y los bonos, que han
aumentado progresivamente su participación porcentual en las
remuneraciones de los trabajadores. Cumplir las metas no está asociado
solamente a ganar más dinero, el no cumplimiento se puede traducir en el
despido por mala evaluación. En términos prácticos, esto ha producido
un problema ético para los funcionarios, presionados a vender seguros y
otros productos, incluso si al cliente no le sirven, y a no informarle
de las alternativas si para obligarle a adquirir el seguro o el servicio
que sea con el banco.
Por supuesto el funcionario puede
negarse a incurrir en estas prácticas reñidas con la moral, pero si lo
hace repetidamente tendrá un efecto negativo en su remuneración, y
finalmente será desvinculado de la institución.
El negocio bancario descansa finalmente
en la confianza y la fe pública. Los bancos intermedian dinero que, de
lejos, en su mayor parte no es suyo, no forma parte de su capital. Al
perderse la probidad profesional, se pierde un bien mayor, que está en
la base del negocio. Los repetidos escándalos, desde la especulación
desmedida, la falsificación de las tasas de referencia, a los esquemas
ilegales tipo Madoff, que se han producido en otras latitudes, nos
recuerdan que la falta de probidad, incluso dentro de los estrechos
límites de la lógica del lucro capitalista, pone en riesgo la
continuidad misma del negocio bancario. Si se me permite la paráfrasis;
el propio lucro bancario prepara los sepultureros del lucrativo negocio
bancario.
Vía,fuente:
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/26556-chile-sobre-ganancias-y-falta-de-%C3%A9tica-de-la-banca.html
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/26556-chile-sobre-ganancias-y-falta-de-%C3%A9tica-de-la-banca.html
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