Martha C. Nussbaum, profesora de Leyes y Ética de la Universidad de
Chicago, ha sido varias veces citada en los debates sobre la educación
chilena actual. La última vez fue en un coloquio en la Universidad de
Chile ente el profesor de filosofía Carlos Ruiz y el abogado Fernando
Atria respecto de los elementos legales que permiten exigir educación
pública. Ruiz citó ampliamente a Nussbaum, quien publicó el libro, “Sin
fines de lucro; por qué la democracia necesita de las humanidades”, que
un editor astuto debiera traer rápidamente a nuestras librerías.
La autora norteamericana expone en su libro problemas que vive la
educación norteamericana pero que son muy similares a los que tienen a
miles de estudiantes manifestándose.
En la introducción de su libro, afirma: “Estamos en medio de una
crisis de proporciones gigantescas y de enorme gravedad a nivel mundial.
No, no me refiero a la crisis económica global que comenzó a principios
del año 2008. Al menos en ese momento, todo el mundo sabía lo que se
avecinaba y varios líderes mundiales reaccionaron de inmediato,
desesperados por hallar soluciones. En efecto, el desenlace para sus
gobiernos sería arduo si no las encontraban, y a la larga muchos de
ellos fueron reemplazados por causa de la crisis. No, en realidad me
refiero a una crisis que pasa prácticamente inadvertida, como un cáncer.
Me refiero a una crisis que, con el tiempo, puede llegar a ser mucho
más perjudicial para el futuro de la democracia: la crisis mundial en
materia de educación”.
La crisis que ella detecta se compone de varios elementos, pero el
más dañino se refiere a cómo se ha impuesto una educación centrada en la
producción y en el rendimiento económico que prescinde de la historia,
del arte, de la filosofía. Ese tipo de educación, asegura Nussbaum, va a
terminar dañando la democracia pues ésta necesita ciudadanos críticos
que cuestionen a la autoridad, que se atrevan a pensar por sí mismos.
Para tener esa actitud se necesita una cultura humanista que no se está
entregando en la educación actual.
Dice Nussbaum: “Cómo Sócrates supo hace mucho tiempo, cualquier
democracia es un “noble pero lento caballo”. Necesita muchos pensadores
para mantenerse despierta. Esto significa que los ciudadanos necesitan
cultivar las habilidades por las cuales Sócrates perdió su vida: la
habilidad de criticar las tradiciones y a la autoridad, manteniendo bajo
examen tanto a una como a la otra, sin aceptar los discursos de nadie
sino argumentan sus razones. En esta época investigaciones sicológicas
confirman el diagnóstico de Sócrates: la gente tiene una alarmante falta
de capacidad de contradecir a la autoridad y de ponerle presión. La
democracia no puede sobrevivir si no ponemos fin a estas tendencias a la
autocensura. Debemos cultivar hábitos inquisidores o pensamiento
crítico.
”Pero no basta con eso, los ciudadanos también necesitan tener
conocimiento histórico, los conocimientos más básicos de las religiones
más populares y cómo funciona la economía global. Este aprendizaje
histórico necesita tener un elemento socrático: los estudiantes
necesitan aprender a evaluar evidencia, necesitan saber pensar por sí
mismos.
”Finalmente los estudiantes deben ser capaces de imaginarse como se
ve el mundo para alguien completamente diferente a ellos mismos. Eso
puede sonar muy amplio, pero es lo que impera en nuestro sistema de
justicia, el que empuja a los jueces o jurados a imaginar qué haría,
pensaría o sentiría una “persona razonable” en un determinado escenario.
Esa mirada también reside en el corazón de los buenos ciudadanos de
razas diferentes, géneros diferentes, religiones o diferente orientación
sexual. En vez de ver a las personas como “los otros”, “esos
diferentes”, incluso como meras cosas, la democracia requiere que
aprendamos a ver a los otros como seres humanos iguales, con
aspiraciones y propósitos propios.
”¿Cómo la gente aprende eso? Todos venimos al mundo con una
rudimentaria capacidad para “pensar posicionalmente”, es decir, pensar
desde un punto de vista distinto. Pero esa capacidad obviamente opera de
una forma muy estrecha, en el ámbito familiar, y necesita
deliberadamente ser cultivada a través de la literatura y las artes,
enseñarla a través de diálogos históricos, como los socráticos.
”Pese a esto, alrededor del mundo, los estudios humanistas, las artes
e incluso la historia están siendo severamente recortadas de los
programas educacionales, para hacerle espacio a enseñanzas que sólo
buscan generar hacedores de dinero.
”Cuando esos cambios hayan sido completados, la economía y los
negocios sufrirán, porque negocios saludables necesitan creatividad y
pensamiento crítico, como durante mucho tiempo lo han hecho saber los
maestros de los negocios. Incluso, si esta aseveración no fuera
verdadera, las libertades artísticas son esenciales para el tipo de
gobierno que hemos escogido y para el tipo de América que desde hace
mucho hemos aspirado a ser”.
La versión completa de estas ideas las puede encontrar en este link
Vìa :
http://ciperchile.cl/radar/pobre-educacion-pobre-democracia-otra-mirada-sobre-el-lucro/
http://ciperchile.cl/radar/pobre-educacion-pobre-democracia-otra-mirada-sobre-el-lucro/
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