En poco más de dos semanas
unas 200 mil personas han salido a las calles en distintas ciudades del
país en protesta contra medidas del gobierno neoliberal de Sebastián
Piñera. Si bien la movilización social dejó atónito al Gobierno y
rebalsó a la oposición, recién se están armando confluencias entre
ecologistas y estudiantes para ser capaces de generar un nuevo modelo de
país y desarrollo. ¿Estamos ante la primavera chilena?
Sean estancieros en Coyhaique, damnificados por el terremoto en Constitución, estudiantes en Valparaíso o usuarios de cannabis en Santiago, la paciencia del ciudadano común con un modelo económico impuesto por la dictadura, perfeccionado por la Concertación y que hoy busca su consolidación con un gobierno de derecha, se agotó.
El año de gracia que la ciudadanía otorgó al gobierno de Sebastián Piñera
y su promesa se cambio ya pasó. Hoy en las reuniones sociales la
acostumbrada respuesta de que ‘el sistema es así’ y ‘qué le vamos a
hacer’ pasó a la vieja y se escuchan más llamados a organizarse,
difundir convocatorias a través de redes sociales y protestar por el
abusivo cobro de las tarjetas de crédito, la mala atención en el
consultorio o el maltrato animal.
Si en las protestas de hace poco el
perfil de los asistentes eran de sensibilidad de izquierda, hoy la
masividad aglutina a personas del más variados espectro político e
ideológico. Y es que, al igual como ocurre por estos días en España o ya constató la población de Islandia,
tras las penurias de muchos y la impotencia de otros está el modelo
neoliberal que en las últimas décadas asaltó a mano armada a la sociedad
civil.
Incluso las manipuladas encuestas dan cuenta de que el gobierno de Piñera, a sólo un año de estar en La Moneda,
tiene un nivel de aceptación que apenas supera un 40 por ciento y un
nivel de rechazo que se empina sobre más de la mitad de los sondeados.
El movimiento social chileno ya tiene
experiencia ganada en años de una transición inconclusa. Pese a las
derrotas medioambientales propinadas por todas la termoeléctricas
aprobadas durante los gobiernos de la Concertación, la central Ralco,
la criminalización de mapuches o las mesas de diálogo que diluyeron las
demandas estudiantiles, la estrategia de dar la pelea en los espacios
públicos goza de muy buena salud.
Patricio Rodrigo, de Patagonia sin Represas, considera que “todo converge en el mismo objetivo. “Es parte de la primavera que se está produciendo en Chile y
por eso los ambientalistas respaldamos y adherimos a todas las
manifestaciones espontáneas. Nosotros hemos puesto el tema de las
represas en la agenda pública y esto da cuenta de un problema que
requiere de una respuesta que va más allá del sistema actual”.
Francisco Figueroa, vicepresidente de la Fech,
considera que “lo que une a estas movilizaciones son temas históricos,
ya que las demandas son las mismas de la época de la Concertación”.
Por su parte, Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc),
considera que “hay tremendos puntos de unión entre ambientalistas y
estudiantes. Tiene que ver en cómo nos planteamos un modelo de
desarrollo del país. Aquí se hizo evidente la necesidad de un movimiento
social que demanda mejoras en un sistema muy desigual, basado en el
individualismo, que financia a través de la deuda las universidades y
deja en grupos monopólicos las decisiones energéticas a futuro”.
Sara Larraín, de Chile Sustentable,
agrega que “nosotros hemos estado totalmente abiertos a una
convergencia. Estamos interesados en que los retos por una mayor
democracia confluyan ya que hoy las violaciones al estado de derecho y
las reglas del juego democrático por parte de la autoridad, ya sea
aprobando proyectos que contaminan o reprimiendo brutalmente cualquier
disidencia, han sido escandalosas en los últimos años”.
Tomás Hirsch, dirigente
humanista y ex candidato presidencial de la izquierda comenta que “lo
único positivo del gobierno de Piñera es que ha logrado unirnos a todos.
Ha vuelto a crecer una mística conjunta que nos hace comprender que nos
necesitamos todos en una gran fuerza para terminar con estos abusos”.
EL PUNTARENAZO COMO PUNTO DE PARTIDA
El estreno para las movilizaciones ciudadanas fue la multitudinaria protesta contra el alza al precio del gas protagonizada por los habitantes de Magallanes, ocasión en que una ciudad organizada logró doblarle la mano al Gobierno.
Este
año también estamos ante una alianza inédita entre organizaciones de
trabajadores y estudiantes. Los estudiantes agrupados en la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) han recibido el apoyo de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el Colegio de Profesores en su lucha por la defensa de la educación pública.
Si el 28 de abril salieron 8 mil universitarios de instituciones públicas y privadas, la marcha del 12 de mayo
se cuadruplicó en su capacidad de convocatoria. Se calcula que más de
50 mil estudiantes protestaron a lo largo del país. Entre medio miles de
personas marcharon pacíficamente en la marcha por la despenalización del cannabis; el 1 de Mayo unas 20 mil personas participaron de la jornada por el Día Internacional de los Trabajadores; y el 13 de mayo más de 30 mil personas protestaron pacíficamente contra Hidroaysén.
Para este sábado se esperan cifras mayores en la marcha programada por la CUT y la Confech
en Valparaíso. Larraín, quien fuera candidata presidencial en las
elecciones de 1999, considera que “los problemas ambientales y de
educación superior son la misma foto. Es el mismo modelo económico que
está detrás”.
EL SORPRESIVO RECHAZO A HIDROAYSÉN
EL SORPRESIVO RECHAZO A HIDROAYSÉN
Contra todos los cálculos del
oficialismo, cegado por su pirotecnia comunicacional y confiado en la
mala memoria de las personas, la decisión de aprobar el proyecto Hidroaysén en la Patagonia le estalló en la cara.
Desde hace décadas que no surgía un
movimiento espontáneo de rechazo a una medida gubernamental, el que
generó movilizaciones en más de 20 ciudades del país. La marcha del
pasado viernes 13 de mayo se cuenta entre las más concurridas de la
historia reciente. Las acotadas cifras de carabineros reconocen que hubo
más de 30 mil personas en las calles.
A juicio de Figueroa “convergemos hoy en
que un puñado de chilenos, que son empresarios, están decidiendo el
desarrollo de este país. El ejemplo más claro es el de la matriz
energética, donde estos grupos económicos han sentado su riqueza sobre
la ausencia de una política energética. Las decisiones fundamentales
están secuestradas por un puñado de empresarios”.
Diversos sondeos indican que más del 70%
de los chilenos se oponen al plan que aumenta el monopolio de los
grupos eléctricos y no se compran en cuento del apagón al final de la
década. El rechazo es transversal en edades, clases sociales, posiciones
políticas y nivel educacional.
Para las personas hoy es más importante
el medio ambiente y el cuidado de recursos naturales (que muchos ni
conocen) a guarismos macroeconómicos y la eterna promesa de que vamos a
ser ‘un país desarrollado’.
Figueroa advierte que lo que está en
juego es un modelo de país en que “todo esta dejado a la iniciativa de
los privados, que quieren lucrar con eso”.
ME GUSTAN LOS ESTUDIANTES
A mediados de esta semana representantes
de la Confech y el Consejo Directivo de la Central Unitaria de
Trabajadores, CUT, ratificaron el llamado conjunto a estudiantes y
trabajadores para marchar por las calles de Valparaíso este sábado 21 de
mayo, día en que el presidente Sebastián Piñera entrega en el Congreso su segunda cuenta anual.
La defensa de la educación pública
aglutina a dichas organizaciones y hacen frente a la anunciada reforma a
la educación superior que aspira a terminar con el Aporte Fiscal
Directo dado a las universidades tradicionales y la ampliación del
aporte hacia universidades privadas con fines de lucro.
El vicepresidente de la Fech señala que
“el Gobierno quiere delegar a un grupo de empresarios el futuro de la
educación chilena en una época en que el conocimiento es estratégico en
el desarrollo. En educación no da lo mismo a qué instituciones le das
plata. Es como haberles regalado el cobre a los privados en los años
‘50”.
Jackson considera que “la discusión
sobre la educación superior tiene que ver con la promoción de capital
humano de avanzada, que el país sea más equitativo, la democracia en el
acceso al conocimiento y el alcanzar un desarrollo más armónico”.
En Chile la matrícula de educación
superior llega a 987 mil estudiantes, de los cuales unos 400 mil
estudian en universidades privadas con altísimos aranceles y cortapisas a
las organizaciones estudiantiles.
Si bien el porcentaje del PIB chileno
dado a educación es de un 7,3%, al descomponer las cifras se concluye
que el 45% de dicho gasto, o sea, un 3,7%, viene del presupuesto
familiar.
Figueroa espera que “como Lavín ha
dicho que está de nuestro lado esperamos que el anuncio de Piñera sea
un aumento sustancial de los recursos para la educación superior
pública, que permitan fortalecerla y expandirla. Sólo la educación
pública garantiza la formación de profesionales y ciudadanos de manera
libre y responsable porque está fuera de intereses particulares”.
También espera que el anuncio establezca
una “prohibición efectiva del lucro en toda la educación superior. Hoy
se prohíbe nominalmente el lucro en las universidades privadas, pero se
permite esto en Centros de Formación Técnica e Institutos
Profesionales”.
AJUSTE NEOLIBERAL MAYOR
Desde octubre del 2010 que el gobierno
de Piñera va a la baja en las encuestas. Si bien se sabe que una de las
obsesiones del gobernante es la aplicación de estos barómetros, los
medios y voces del oficialismo han comenzado a deslizar que es momento
de dejar de gobernar para las mayorías y hacer los ajustes neoliberales
que la Concertación no hizo.
Así lo señaló el investigador del Instituto Libertad, ligado a Renovación Nacional, Patricio Gajardo,
quien dijo a medios de derecha que es ahora cuando el jefe de Estado
debe hacer “un punto de inflexión” en su gobierno y que como La Moneda
se atrevió a dar su apoyo explícito a HidroAysén, podría aprovechar este
impulso para “tomar decisiones más difíciles que pueden generar
críticas transversales”.
Los ajustes menos populares son largamente esperados por la Alianza
derechista. Gajardo incluso dijo que la autoridad debe “jugársela más
por temas de principios propios del sector. A demostrar que está
dispuesto a plantearse de manera más audaz, sin pensar en las encuestas.
Como por ejemplo, en una reforma laboral que apunte a la flexibilidad y
reformas más profundas en materia económica”.
EL HORIZONTE DEL MOVIMIENTO SOCIAL
EL HORIZONTE DEL MOVIMIENTO SOCIAL
El movimiento social hoy enfrenta que la
mayoría de la clase política instalada en el Parlamento coincide en que
el modelo neoliberal aplicado en Chile es el adecuado y que requiere
sólo cosméticas correcciones.
Además en las últimas semanas se ha visto a parlamentarios del PPD y de la DC apoyando
movilizaciones ciudadanas contra proyectos o políticas que son calcadas
a las gestionadas cuando ellos mismos gobernaron.
A juicio del presidente de la Feuc, “la
oposición está desarticulada y no hay quien capitalice las demandas
sociales porque simplemente no les creemos a la oposición. Necesitamos
que hagan una autocrítica grande de lo que hicieron cuando estaban en el
poder porque hoy aparecen intentando dirigir el movimiento social.
Nosotros les decimos simplemente: ‘oye, no sean barsas’”.
Hirsch comenta que “no creo que la clase
política tenga que dirigir ni direccionar esta fuerza social. Me hago
eco del llamado de los jóvenes, creo que ellos tienen que dirigir los
cambios que se necesitan y nosotros debemos sumarnos a sus propuestas”.
El dirigente de la Feuc agrega que “los
partidos políticos están muy desconectados de los intereses sociales, la
ciudadanía no se ve reflejada en ellos. Hoy los jóvenes estamos
cuestionando la democracia, los mecanismos que han hecho que quien esté
al mando del país no representa el interés de la ciudadanía”.
Larraín destaca que “hoy el nivel de
conciencia de la ciudadanía y la desilusión respecto de la clase
política binominal es evidente”.
Por ello es que para muchos dirigentes
sociales sus demandas rebalsan la institucionalidad. Jackson cree que
“la institucionalidad no está preparada. Los movimientos estudiantiles y
ambientales tenemos que educar a los políticos para que se pongan las
pilas y nos representen en vez de ser marionetas de los intereses de
unos pocos”.
Por su parte, Rodrigo se muestra
optimista en que “vamos a tener un amplio apoyo ciudadano para cambiar
el modelo que ha seguido Chile en las últimas décadas por uno más
participativo, que respete nuestro medio ambiente y responda a la
ciudadanía”.
“La respuesta al modelo se va
construyendo en la acción, en la calle. Estoy muy optimista porque vamos
a seguir marchando y encontrando puntos de encuentro quienes deseamos
un país mejor” – agrega Hirsch.
Rodrigo cuenta que en diciembre del 2010
convocaron a un encuentro al que llegaron 80 organizaciones. “Ahora
estructuramos un consejo ciudadano que está preparando para el 2013 una
agenda ciudadana que recoja temas como el acceso y la propiedad del
agua, las tierras mapuches, la estabilidad de la agricultura y muchos
otros. Tenemos una agenda ciudadana potente”.
El asunto plantea para Jackson la
necesidad de “encontrar el modo de poder actuar como una fuerza, sin que
se diluyan las demandas que cada grupo plantea. Es un desafío, pero
confío en que estas crisis son oportunidades para generar una democracia
más profunda”.
El Ciudadano
OJO CON LA MARCHA EN VALPARAÍSO:
La marcha comienza a las 9 de la mañana. Recorrerá desde Plaza Victoria por Pedro Montt hasta el Parque Italia.
Fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/05/20/%C2%BFllego-la-primavera-del-movimiento-social-en-chile/
http://www.elciudadano.cl/2011/05/20/%C2%BFllego-la-primavera-del-movimiento-social-en-chile/
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