Los datos oficiales de la Seguridad Social referidos al año 2011 -reflejados en el último Informe Económico-Financiero- arrojan una conclusión descorazonadora.
Al menos, el 75% de los afiliados ocupados está obligado a jubilarse a
los 67 años. Es decir, dos años más tarde que hasta ahora.
El porcentaje es claramente superior a la cifra que estimaron hace unos días el Gobierno y los sindicatos -el 50%- en aras de dulcificar el acuerdo ante la opinión pública, pero lo cierto es que la realidad es muy distinta.
Los datos del sistema público de protección social muestran, en
concreto, con cifras de 2011, que el 75,71% de los afiliados ocupados ha
nacido antes de 1960, año que marca la frontera entre los que se
jubilarán a los 65 años y los que lo harán dos años más tarde de manera
obligatoria. Como se sabe, el periodo transitorio para que entre en
vigor la nueva norma ha quedado fijada en el año 2027. A partir de ese año, todos los trabajadores estarán obligados a pasar a la situación de retiro dos años más tarde que ahora.
A
ese porcentaje hay que añadir quienes no hayan podido completar una
carrera laboral equivalente a los 38,5 años, según el acuerdo que
alcanzaron en la madrugada del jueves en Moncloa los secretarios
generales de CCOO, UGT, y el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Y hay que tener en cuenta
que en las nuevas pensiones de jubilación en el sistema (año 2005), la
media de años cotizados fue de 34,7 años, mientras que en 2006 fue de
34,4 años. Para las pensiones en vigor en el año 2007, la media de años
de cotización fue de 35,7 años. En todos los casos, como se ve,
sustancialmente por debajo de lo que establece la nueva norma.
Esto quiere decir, ni más ni menos, que el porcentaje será incluso mayor
que ese 75%, toda vez que un número importante de trabajadores no
habrá estado en condiciones de cotizar durante 38,5 años, ya sea como
ocupado o como parado con prestación económica (en este caso es el
Estado quien abona las cotizaciones). De ese porcentaje hay que restar
los trabajadores empleados en determinadas ocupaciones de especial
penosidad, cuyo número no se ha revelado, y que podrán jubilarse antes
de los 67años
Nuevos recortes
Los datos de
la Seguridad Social reflejan que casi la tercera parte de los actuales
cotizantes tienen entre 20 y 39 años, por lo que la prolongación de la
edad de jubilación le afecta plenamente. Otro 27%
tiene entre 40 y 49 años, lo que significa que tampoco podrán
aprovecharse del periodo transitorio, mientras que casi el 18% de los
trabajadores afiliados ocupados cuenta en estos momentos con una edad
comprendida entre 16 y 29 años.
Esto quiere decir que al menos 13.256.651 afiliados ocupados a la Seguridad Social serán los perjudicados
por la reforma del sistema público de protección social. A este número
hay que añadir los trabajadores que se encuentran en estos momentos en
paro, y a quienes el Estado paga la Seguridad Social mientras están en
situación de desempleo.Y, por supuesto, quienes no hayan podido
cumplimentar una carrera laboral de más de 38,5 años.
La prolongación de la edad de jubilación no es el único recorte a las actuales prestaciones. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, reconoció en una entrevista a Público
que el aumento del periodo de cómputo de 15 a 25 años supone un
recorte de las pensiones superior al 6%. En concreto, señaló que el
impacto global “es de un 3,07% por cada tramo: de 15 a 20 y de 20 a 25
años”. A ese porcentaje hay que añadir otro 10% que supone el hecho de
que si la esperanza de vida de un trabajador de 65 años se sitúa hoy en
el entorno de los 20 años, ahora sólo cobrará 18 años de Seguridad
Social, mientras que, en paralelo, tendrá que seguir cotizando durante dos años más para cobrar su prestación a partir de los 67 años.
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