por Jesús Guzmán Gallardo; jeguzga@hotmail.com
15-10-2010
En
la memoria aprista está registrada indeleblemente no sólo la gesta del
23 de mayo de 1923, sino también las innumerables veces que Haya de la
Torre presidiera sendos actos de recuerdo y conmemoración de dicha
gesta. El jefe del Partido, con esa pedagogía que le era clásica, nos
señaló el carácter de dicha jornada resumiéndola en el hecho que ese día
se selló con sangre la alianza de los trabajadores manuales e
intelectuales y la defensa de la libertad de conciencia. Hecho que pasó a
inscribirse en los antecedentes de la formación del APRA, habida cuenta
que definió la base social del partido revolucionario que fundara
Víctor Raúl. Más aún, el sacrificio de Salomón Ponce y Alarcón Vidalón,
dos jóvenes: uno estudiante de Letras y el otro un trabajador
tranviario; lo llevó a establecer dicha efemérides como el Día de la
Juventud.
En
despreciable contraste, el 7 de octubre del 2010 la Célula Parlamentaria
Aprista, la peor que ha tenido en su historia, aprobó el proyecto de
ley enviado por el Ejecutivo (léase Alan García) y por el cual “declara
al Señor de los Milagros como patrono de la espiritualidad religiosa
católica del Perú y como símbolo de religiosidad y sentimiento popular”.
¿No se da una ley para todos los peruanos?
Hace
seis meses dimos la voz de alerta cuando tuvimos la noticia de la
presentación al Congreso del proyecto de marras en nombre de Al rescate
del aprismo. Denunciamos en dicha oportunidad, la actitud rastrera,
oportunista y discriminatoria del responsable principal de dicho
proyecto de ley: Alan García. Hoy vemos al incoherente y envejecido
cronológica y espiritualmente, ex-presidente del Consejo de ministros
del corrupto Fujimori, mal llamado “tribuno”, tal vez tribuno de la
oligarquía, me refiero al ciudadano Javier Valle Riestra, que defendió
ardorosamente dicho dictamen y con el mismo estilo y argumentos de los
reaccionarios adláteres del presidente Leguía.
Alan
García ha logrado lo que no pudo cristalizar en su tiempo Augusto B.
Leguía por el ímpetu, coraje y lucha de los obreros y estudiantes
encabezados por Haya de la Torre. Lo cual pone en evidencia, una vez
más, a la pseuda y espúrea dirigencia del Partido en la consagración de
una nueva felonía de las que ya nos tienen acostumbrados. ¿Ignorancia,
cobardía o interés? Yo afirmo que todas juntas, ya que en ausencia de
principios y valores, sólo logran dibujarse como eunucos políticos.
Se
han arriado las banderas de la libertad de conciencia o de la libertad
de culto que el APRA siempre sostuvo y defendió en claro respeto a la fe
o confesión religiosa de los peruanos; y por si fuera poco, han hecho
tabla rasa del principio de la separación de la iglesia del Estado vale
decir del Estado laico inscrito en nuestro ideario. Valle Riestra y
Mercedes Cabanillas tendrán que dar cuenta en el futuro por su actuación
a espaldas del pueblo aprista.
¿Qué otras
sorpresas negativas nos darán ahora que se está discutiendo el proyecto
de ley sobre la libertad e igualdad religiosas? ¡Eso sí! No esperemos
nada en concordancia con la doctrina aprista a la que han traicionado,
amparándose en el silencio cómplice del poder mediático.
Ya la militancia aprista sabe de que se trata.
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/alan-garcia-viola-libertad-conciencia
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