Por eso quien naufraga no
es él, es la socialdemocracia con todos sus viajeros dentro. ¿Cree
alguien realmente que hay otro "socialista" del "partido obrero
español", tan condicionado por el sistema y tan rodeado de enemigos como
Zapatero, que pudiera hacerlo mejor que Zapatero? Ni lo sueñen. Porque,
aparte las generalidades de que se le acusan: paro, incumplimientos,
huelga general, ruptura con sindicatos, primarias... concretando, ¿qué
se imagina el periodista infecto que pudiera hacer o haber hecho otros
socialistas de cartón, que es lo que son los socialdemócratas? Nada.
Ningún otro hubiera podido hacer más de lo que ha hecho y hace José
Luis. Por mucho que escupan contra él los traidores del "socialismo
obrero español", no se atreverán a proponer soluciones concretas que no
sean más generalidades, como las vaciedades y obscenidades que se saca
el partido fascista: "menos paro", "más inversión", "menos recortes
sociales", etc. orientadas sólo al ¡váyase!”.
Lo
que sí se ve, ya en la distancia corta, es que el socialismo español
está pasando a mejor vida. Todo lo que no sean artificiosidades
neoliberales, no tiene presente y menos aún futuro. A la sociedad
española no hay quien la arregle. Porque cuando regresen los energúmenos
al poder, no pudiendo hacer tampoco nada la izquierda de la izquierda, y
teniendo que estar callados por mucho tiempo los derrotados por su
patética pérdida de credibilidad y también por sus escrúpulos de los que
carecen los fascistas, ya se puede ir preparando este país para los
mayores desmanes en el poder cuando regresen los otros. El ladrillo
terminará recubriendo totalmente la Piel de Toro, aunque nadie compre ya
ladrillo. El endeudamiento alcanzará proporciones siderales. Este
capitalismo financiero lo permite y lo propicia; sólo es cuestión de
querer enredarse hasta el fondo con él.
Y el
primer puntapié que recibió el socialismo se lo dio la socialdemocracia:
un remiendo que desvirtuó el socialismo. Para hacernos una idea, un
ejemplo: las joyas no son capital en el sentido económico, ya que no son
un medio de producción, pero, tal y como son las cosas, una persona que
posee diamantes puede venderlo y comprar acciones en este sistema. Bajo
el régimen socialista podría continuar poseyendo diamantes, pero no
podría venderlos para comprar acciones, sencillamente porque no habrá
acciones que comprar. ¿Qué queda de ese socialismo? Luego,
despaciosamente pero decididamente, las reformas posteriores están mucho
más cerca de las soluciones neoliberales que de las propiamente
socialistas. Y para colmo, los sucesivos seguidores de ese extraño
socialismo lo están desmantelando y sepultando cobardemente desde medios
de la ultraderecha. Ahí tenemos a la Pilar Alberdi, al Pablo
Castellano, o al Joaquín Leguina y otros renegados, tratando de hacer
leña del árbol antes de caer. Uno les oye hablar y se queda
boquiabierto. Si se sienten defraudados, no son los medios fascistas el
sitio más indicado para desahogarse. Esta traición rastrera carga contra
los socialdemócratas del gobierno y el poco socialismo que hay en su
política. Pero también se desacreditan a sí mismos de tal manera que
llamarlos cerdos renegados es poco, si hemos de calificarles.
De
todos modos el mal camino que lleva el “socialismo obrero español” es
palpable. Entre unas cosas y otras el mundo dominante, captado por el
neoliberalismo, está contra él. La izquierda incontaminada no cuenta
para nada en el concierto de la política burguesa, y la socialdemocracia
poco puede resolver, pues ni es de izquierdas ni de centro; por tanto,
tarde o temprano acaba privatizando los beneficios y socializando las
pérdidas, creando empleo y practicando acciones políticas, en la
economía, similares a las que adopta la derecha.
Fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/10/el-socialismo-espanol-se-hunde.html
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