Julian Assange, fundador de la polémica Wikileaks dijo el pasado 12 de agosto que su sitio web especializado en filtrar información de inteligencia, Wikileaks, mantendrá su continuidad en la publicación de alrededor de 15.000 documentos secretos estadounidenses sobre la guerra en Afganistán, que tiene en su poder.
En un mensaje por vídeo dirigido a una audiencia en Londres, Assange dijo que se estaba preparando la filtración de los documentos, pese a que la semana pasada el Pentágono pidió a WikiLeaks que le devolviera miles de archivos ya publicados y que no publicara más.
Al preguntársele si Wikileaks publicaría los archivos, Assange respondió: "por supuesto".
Assange sigue en el punto de mira de EE UU por los «ciberpapeles afganos». Es un antiguo «hacker» empeñado en defender al individuo frente a gobiernos y empresas. Su portal Wikileaks colgó alrededor de 92.000 documentos hasta ahora secretos, aunque, para asegurarse que gozarían de una fuerte exposición, los compartió primero con los diarios The New York Times, The Guardian y Der Spiegel. A este último le afirmó: «Me gusta ayudar a la gente que es vulnerable. Y me gusta aplastar a los bastardos».
Reporteros sin Fronteras (organización financiada directamente por una sección de la CIA), lamentaba por su parte la «irresponsabilidad increíble» que demostró al publicar su artículo "Guerra Afgana Agenda 2004 - 2010" en la página web Wikileaks el 25 de julio junto con 92.000 documentos filtrados revuelar los nombres de los afganos que han proporcionado información a la coalición militar internacional qe ha estado en Afganistán desde 2001, asegurando que revelar los nombres de estas personas es muy peligroso.
Esto entra dentro de la política de Estados Unidos de presión a los gobiernos aliados y entidades de todo tipo para que presenten cargos criminales contra Julian Assange. Próximamente, senadores norteamericanos cambiarán la Ley Federal de protección de fuentes, extendiéndolo desde los medios de comunicación tradicionales hasta el uso de fuentes en Internet (para acabar legalmente con proyectos como WikiLeaks).
Estados Unidos tiene los suficientes medios y mecanismos de represión para evitar la publicación de documentos del Pentágono, por lo que el columnista del Washington Post, Marc Thiessen, afirmaba el pasado 3 de agosto que, de no evitarlo, Obama no tendría a quién culpar sino a sí mismo. Pero Wikileaks ya vivió en 2008 un intento apresurado de censura (violación de la Primera Enmienda) por parte del juez federal de San Francisco, Jeffrey White, al aceptar la demanda de un banco suizo.
Pero el Pentágono tiene probablemente la capacidad de lanzar ataques distribuidos de denegación de servicio contra los servidores públicos de cara Wikileaks, afirmaba dicho columnista, argumentando que ya tienen procedimientos contra los hackers rusos.
Es este uno de los motivos por los que Wikileaks escribió su propia póliza de seguro hace apenas dos semanas.
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Julian Assange ha afirmado que están a punto de ver la luz en torno a unos 7.000 documentos, sin precisar la fecha de la filtración a prensa o a su dominio: «A pesar de nuestras repetidas demandas, por el momento no hemos tenido ninguna ayuda de la Casa Blanca o el Pentágono».
En Washington, el portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, reaccionó a las declaraciones de Assange pidiéndole «retirar del sitio internet todos los documentos robados».
Morrell añadió que si WikiLeaks difunde esos nuevos documentos pese a las reservas y «la inquietud» del Pentágono ante «el daño» que estas revelaciones «causan a nuestras tropas, nuestros aliados y los civiles afganos inocentes, sería el colmo de la irresponsabilidad».
Muchos de esos archivos dibujan un panorama sombrío de la campaña en Afganistán de los últimos años, y donde España todavía mantiene tropas. Según algunos de ellos, los servicios secretos de Pakistán, oficialmente aliado de Washington en su "guerra contra el terrorismo", se reunieron directamente con talibanes, y algunas muertes de civiles en operaciones de las fuerzas occidentales fueron encubiertas.
Otros documentos describen una extendida corrupción en la administración afgana, algo que ya han demostrado con muchas pruebas numerosos periodistas enviados al territorio.
El mayor éxito de Wikileaks fue alcanzado el pasado abril, cuando colgó en la red el vídeo Asesinato colateral , grabación que recoge la muerte de una docena de civiles desarmados, entre ellos un periodista de la agencia Reuters, atacados por un helicóptero de EE UU en julio de 2007 en Irak. Wikileaks tardó tres meses en desencriptar unas imágenes que difundió como un ataque sorpresa al Pentágono. En apenas 72 horas, el vídeo fue visto por 3,2 millones de personas. La organización recibió 200.000 dólares de donaciones en pocos días.
Entrevista a Julian Assange en Il Manifesto, traducida para Rebelión.org: http://www.rebelion.org/noticia.php... http://www.wikileaks.org/wiki/Wikil... http://schumer.senate.gov/new_websi... http://en.rsf.org/united-states-ope... http://www.washingtonpost.com/wp-dy...fuente, vìa :
http://tercerainformacion.es/spip.php?article17598
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