Con todo y Diálogo por la seguridad. Evaluación y fortalecimiento,
dizque para formular una política de Estado -¿o sencillamente
transexenal?- frente al narcotráfico y el crimen organizado, cuatro años
después de que comenzó la guerra de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa,
el señor insiste: “Como nunca antes, estamos debilitando las estructuras
logísticas y financieras de la delincuencia”.
Gracias a
la guerra, 600 mil adictos a estupefacientes tienen que pagar mucho más
y arriesgar su vida, mientras los cárteles se desplazan al secuestro,
el cobro de protección, la trata de personas y la pornografía y
prostitución infantiles, que les generan más de la mitad de sus
ingresos.
En
la víspera del IV Informe de Gobierno y a un centenar de días del
inicio formal del declive presidencial -el otro, el real comenzó
temprano-, el inquilino principal de Los Pinos no se compadece de la
incompetencia generalizada, misma que le impidió convocar como es debido
a los coordinadores parlamentarios de los partidos Revolucionario
Institucional y del Trabajo en el Senado, y a éstos más el de la
Revolución Democrática en la Cámara de Diputados, y por ello decidieron
no acudir al Campo Marte al intercambio de discursos y fotos que,
oportunamente, fue denunciado como montaje escenográfico por la lideresa
del tricolor.
Otro ángulo. Nueve de cada 10
homicidios que ocurren en la guerra presidencial, se producen entre
miembros de grupos criminales. La visión del michoacano de Morelia linda
con la falta de respeto a familiares y amigos de los 3 mil 174 “daños
colaterales” -como les llama el grupo gobernante-, inocentes muertos en
el fuego cruzado del Ejército, la Policía Federal, los marinos y los
criminales-, o de plano por el “fuego amigo”, en menos de tres años.
Con
más de 25 mil muertos, el abogado, economista y administrador público
reaccionó ante la crítica del parisino Le Monde, como no lo hace con
ninguno de los medios mexicanos, y se justificó con el argumento de que
la inseguridad en 2006 era creciente, “a la cual las autoridades del
momento no habían dado respuesta”. Pero omitió que formó parte destacada
de esas autoridades omisas, que como candidato y presidente elogió la
“gran obra” de Vicente Fox Quesada, amén de que los funcionarios
principales de la seguridad pública y nacional provienen de ese
gobierno. Sólo que si algo le sobró a Fox fue legitimidad ganada en las
urnas, aunque derrochada sin ninguna consideración, y por ello no
inventó aventuras bélicas.
La estrategia la
resumió Calderón así: Operaciones conjuntas, extensión de las
capacidades operativas y tecnológicas, reforma al marco jurídico,
prevención del delito y reforzamiento de la cooperación internacional.
Mientras el procónsul de Estados Unidos en México sigue dictando
lineamientos, como “las cinco manzanas resguardadas por la milicia” y
descubre el hilo negro: “Nos dimos cuenta de que eliminar a los líderes
más altos era necesario, pero no suficiente”. Queda claro porque los
asesinan.
Al regodearse en la cooperación con
EUA porque reconoce que el crimen organizado constituye un problema
común, Calderón fue puesto en su lugar, en forma involuntaria, por el
general Antonio Monsiváis Pinedo: 90 por ciento de las armas provienen
de allá, la mayoría se intercambian por droga y es “preocupante” la
capacidad de fuego del narcotráfico, al que se le han decomisado 700 mil
armas, incluida una mina antipersonal que destruye todo lo que esté
ubicado en un radio de 250 metros.
Y Wilfrido
Robledo Madrid, el jefe del operativo en que fueron violadas 26 mujeres
en San Salvador Atenco, estima en 30 mil las órdenes judiciales a
cumplir por la Policía Federal Ministerial.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/08/la-guerra-de-calderon.html
http://www.argenpress.info/2010/08/la-guerra-de-calderon.html
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