En las afueras de Villa María, el gobierno nacional está construyendo un aeropuerto con dudosos beneficios para la gente.
Ahora bien, que
vayamos como ganado a esos mercados para mirar un par de aviones y
adquirir un televisor con el cual verlo a Tinelli nos puede alarmar,
pero lo que realmente nos preocupa, es la desfachatez de estos tipos que
planean hacer un aeropuerto para sacar soja y profundizar el esquema de
dependencia, en vez de reconstruir un tendido ferroviario o usar esa
plata para fabricar un barco granelero. No podemos dejar de pensar en
cómo, sabiendo las problemática nacionales, una persona elige hacer un
aeropuerto para comercializar porotos cuando hay otro a muy pocos
kilómetros, en Córdoba; y un río navegable a 300 kilómetros: el Paraná.
No obstante, existe un elemento que no hemos tocado y que puede servir
para continuar dándole vueltas al asunto: la falopa. En el año 2001
según informes de El Diario del Sur de Córdoba sabíamos que el
conglomerado Villa María-Villa Nueva de 88.810 habitantes (INDEC, 2001),
escondía más de 25 mayoristas de cocaína y 100 punteros que distribuían
la droga en distintos lugares de las dos orillas, comercializando por
aquel entonces 5.000.000 de dólares anuales, los cuales hoy, casi diez
años después, se han multiplicado varias veces. Por último, veamos
algunos datos de Villa María que la volverían una ciudad óptima para la
distribución de estupefacientes hacia todo el país por vía terrestre y
aérea: en el año 1872 estuvo a punto de ser declarada capital de la
República porque era prácticamente el centro geográfico del país;
actualmente es una ciudad de paso, cruzada por las rutas nacionales 9 y
158. La ruta 9 la une hacia el sureste con Rosario y Buenos Aires; hacia
el noroeste con Córdoba, Tucumán, Salta y Bolivia, convirtiéndola en
una inexorable posta durante cualquier viaje por las zonas más pobladas
del país. La ruta 158, por su parte, es uno de los principales
corredores de transporte entre Brasil y Chile. Todas estas
circunstancias, entonces, nos hacen sospechar bastante de las nobles
intenciones de Cristina Fernández, Eduardo Accastello y los empresarios
aeronáuticos.
Aclaremos:
nosotros jamás vamos a estar en contra del desarrollo tecnológico en
materia de transporte, sin embargo, en una Argentina donde se ha
profundizado el modelo neoliberal agro-minero-exportador, teniendo como
consecuencias altas tasas de mortalidad infantil por hambre y
enfermedades curables, veinte muertos por jornada en accidentes de
tránsito, e insoportables saqueos a bienes estratégicos como el
petróleo, las aguas del subsuelo y las reservas metalíferas, creemos que
la construcción de un aeropuerto en el sur de Córdoba es tan
incoherente como el famoso tren bala.
Observemos:
Villa María se encuentra en un área de agricultura y ganadería
intensivas, que condicionada por el contexto internacional y las
políticas de los últimos gobiernos fue dejando de ser una de las
principales cuencas lecheras, para transformarse en una capital de la
patria sojera. Durante los años de Menem se introdujo la producción
transgénica y desde ese momento la soja se extendió como el primer
cultivo agrícola del país, abarcando 18 millones de hectáreas y
esperándose para este 2010 una producción superior a los 50 millones de
toneladas, golpeando duramente la soberanía alimentaria y el suelo de
los argentinos. En este sentido, la historia nos enseñó que cuando los
imperialismos necesitaron materias primas contaminantes y destructivas,
América Latina estuvo a sus servicios dejándose manosear por tristísimos
galanes: recordemos las cañas de azúcar en el nordeste de Brasil, el
algodón en México y el café en Colombia. Ahora los imperios necesitan
soja y Argentina posee notables condiciones para su producción, luego,
Argentina debe hacer soja y regalarla a los dueños del mundo, quienes a
su vez nos venderán tecnología en acuerdos «estratégicos» que nos
dejarán más fundidos que antes. Pero volvamos a los copilotos y las
turbinas. La nueva estación aeroportuaria surgió de un convenio firmado
por Vialidad Nacional y Municipalidad de Villa María, teniendo un costo
de 29 millones de pesos y adjudicada por Electroingeniería, una turbia
socia del kirchnerismo.
La pista tendrá 2100
metros, permitiendo el aterrizaje de aviones Hércules y Boeing 737,
priorizando el desarrollo del corredor agroalimentario y/o sojero de la
región, siendo acompañada por una superficie cubierta de 762 metros
cuadrados donde pulularán los shoppings, 775 metros de hangares, un
obsevatorio meteorológico y un edificio para bomberos. Parafernalia
acorde a la vulgaridad vivida.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/08/argentina-cordoba-soja-drogas-y.html
http://www.argenpress.info/2010/08/argentina-cordoba-soja-drogas-y.html
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