En Venezuela existe un contexto
creciente de criminalización de la protesta social, en el cual más de
2.400 personas están sometidas a regímenes de presentación en tribunales
por haber participado en una manifestación por sus derechos. Durante el
año 2009, además, destacó la aplicación de medidas judiciales contra 33
trabajadores y líderes sindicales, cuyo caso más grave lo constituye el
de Rubén González, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de
Ferrominera Orinoco (Sintraferrominera), una empresa estatal ubicada en
el estado Bolívar, por haber participado en una paralización de
actividades en agosto de ese año.
El Ministerio Público no es el único
instrumento punitivo de la protesta, sino también los medios de
comunicación estatales quienes han difundido que estas manifestaciones
laborales poseen una motivación distinta que la reivindicación de
derechos de los trabajadores, tal como lo fue el caso del conflicto
dentro de Ferrominera. Esta versión del gobierno fue legitimada, además,
por medios paraestatales como el portal
web Aporrea, el cual durante el conflicto tomó partido por la
patronal y el gobierno, difundiendo solamente las versiones oficiales.
El Libertario
visitó a Rubén González en la cárcel, quien todavía se
identifica como militante del partido de gobierno (PSUV), en la sede de
la policía del Municipio Caroní, en el estado Bolívar, donde cumple una
pena indeterminada de privación de libertad, vulnerando todas las
garantías procesales y el derecho a su defensa. Las autoridades sólo
permisaron una conversación de pocos minutos, la cual fue realizada en
el estacionamiento del cuerpo policial bajo un sol de casi 40 grados de
temperatura. La difusión de esta conversación tiene como objetivo
sensibilizar a los activistas, tanto nacionales como internacionales,
acerca de la situación de Rubén González, solicitar su libertad
inmediata e incondicional y, por último, denunciar la situación de
criminalización a los sectores sociales en lucha en Venezuela.
- Se afirma que tu situación es
producto de rivalidades políticas entre sectores afectos al gobierno
bolivariano en la región, y no a tu actuación como dirigente sindical.
¿Qué nos puedes decir al respecto?
- Esa es una manipulación que han venido
difundiendo. Lo que esta tras bastidores es que en la empresa tienen
líderes sindicales “rojo rojitos”, que le hacen el lobby a la
empresa, al gobierno y a su grupo. Así que sacándome a mí los dejan a
ellos. Ellos están diciendo que me fui en contra del partido porque me
postulé a alcalde del Municipio Raúl Leoni de Angostura, y cuando lo
hice me fui con el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), que era un
partido del gobierno apoyando a Francisco Rangel y al
presidente Chávez. Esto lo hacen ver ahora para decir que soy un
indisciplinado y todo eso. ¿Cómo se puede ser disciplinado cuando
realmente estas viendo que las cosas no están marchando bien? Cuando te
imponen una línea que si no cumples sencillamente o te vas o te agarran y
te ponen preso. Ellos lo ponen en la mesa pero eso no es así.
- ¿Entonces tu detención es
producto de tu participación como líder sindical?
- Habíamos terminado de firmar una
convención colectiva en Ferrominera en diciembre del 2008. En junio del
2009 empezó a tener vigencia. Cuando entra en vigencia tienen que pagar
el retroactivo, pagar para el mes de julio lo que está planteado en la
convención colectiva que son montos de 7 mil, 4 mil y 9 mil bolívares.
Tienen que poner también 40 Bs. a los trabajadores que están fuera de la
convención colectiva. Entonces vienen un domingo, el día 09 de julio,
llega el presidente Hugo Chávez a la fábrica y se para
uno de los dirigentes sindicales que estoy comentando y dice que en
Ferrominera está todo bien, que no hay ningún problema y que no se les
debe nada a los trabajadores. Eso inquietó mucho. En Ciudad Piar los
trabajadores se paran en el portón. Llego yo al portón. Les digo
“¿ustedes están de acuerdo?, ¿se van a quedar parados?, porque si es así
ustedes saben que esto es fuerte”. Ellos me dicen que sí, y que busque
al presidente de la empresa para que les explicara por qué no se le
habló claro al Presidente de la República, porque a ellos les tienen
deudas laborales, y que nuestra situación está bastante mal: la clínica
no funciona, el transporte y los insumos no funcionan. No hay ni papel
sanitario ni toallas en los baños, eso es un desastre.
Se paran entonces los trabajadores y yo
me traslado a Puerto Ordaz. Logro conversar con el gerente general del
personal, el cual me pregunta si yo quería hablar con el presidente de
Ferrominera. Le digo que sí, porque quería expresarle que los
trabajadores estaban solicitando su presencia. ¿Qué pasó? Que ese mismo
gerente me dice que el presidente no quiere saber nada de mí. Yo le dije
“está bien, que no hable conmigo, pero esos trabajadores que están allá
también los dirige él”. ¿Saben lo que hicieron? Jugaron al desespero de
los trabajadores, y pasaron 15 días y ningún representante de la
empresa se presentó. Todo de una forma totalmente irresponsable. A los
16 días se presenta, al cual se le dijo que lo que se quería era llegar a
un entendimiento. Inclusive firmamos un acta de compromiso y todo. Con
esa acta fuimos a una asamblea en la que había más de 1.000
trabajadores. Allí el presidente dijo que lo habían engañado, pues le
habían dicho que lo que había eran 40 pelagatos. Yo le dije “vea para
allá presidente, ¿ve que no son 40 pelagatos?, ellos estaban pidiendo su
presencia para ver qué pasaba con sus pagos”.
Allí firmamos el acta en donde dice que
el iba a buscar el dinero para cancelarle a los trabajadores, y que
también iba a evaluar lo del pago de los días que estuvieron
paralizados. Pasó todo eso sin consecuencias, y ahora la situación está
mucho más crítica. Entonces los trabajadores tienen razón.
- ¿Cómo fue el proceso de
privación de su libertad?
- ¿Qué paso allí? Yo soy concejal del
municipio también, en dos oportunidades he sido electo por el municipio
Raúl Leoni, y lo que hicieron fue hacerme una emboscada. Con la Disip me
mandan una citación. Yo acudo a esa citación, y allí me marean para
esperar que venga el CICPC a agarrarme. Los tipos aplicaron ahí la
fuerza, pero yo también me defendí. Y uno de los Disip me dice “estate
tranquilo Rubén que tienen una orden de captura, y si tienen una
olvídate que te van a llevar”. Me metieron en un carro, me llevaron al
CICPC, allí me sentí un poquito mal.
- ¿Cuáles son los delitos que se
te imputan?
- Agavillamiento, instar a delinquir,
cierre de vías, traspasar zonas de seguridad y violación del derecho al
trabajo. Sobre que hechos están relacionados estos delitos no lo sé,
pues no dan ninguna explicación. Ahora es que más o menos se regularizó
el problema, pues yo tuve 4 meses que era preso de nadie. Primero me
llevaron al retén de Guaiparo, un sitio en donde tenían también a todos
los malandros. Luego me mandaron a sacar y me trajeron a Patrulleros del
Caroni. Cuando me presentaron en tribunales es que me entero de todos
esos delitos. El tribunal sentencia una medida cautelar privativa de
libertad de arresto domiciliario, con lo que me llevan a mi casa. Yo
tenía casi 4 meses arrestado en mi casa. Hace como un mes, no recuerdo
la fecha ahora, se presentó un comando del Cicpc y me secuestraron de mi
casa. Me dijeron “te vamos a llevar allá, firmas y te vienes”. Entonces
me retienen y nadie sabía de mi paradero, y fuentes ligadas a ese mundo
nos dijeron que la orden era matarme.
Me dejan en Patrulleros dos días, y
luego a las 10 de la noche me vuelven a llevar vía Ciudad Piar, una vía
sola, y me vuelven a traer. Me meten en el tribunal a las 11 y 30 de la
noche. Y para que tu veas lo inaudito, a las 7 de la noche botan a la
juez, y a las 10 ponen a un nuevo juez, y a las 12 de la noche sacan una
carta de excarcelación para meterme acá preso. A esa hora trabajaron el
expediente para dejarme acá. Allí me vuelven a llevar de nuevo al CICPC
y a las 2 de la madrugada es que me entero que me habían revocado la
anterior medida y que ahora estaba preso en un calabozo. Después metimos
un recurso de amparo, el cual dieron con lugar, mandan a convocar a las
partes. El juez de aquí no convoca a las partes. Metimos otro recurso
de amparo que admiten pero que luego lo declaran sin lugar. Manipulan
diciendo que nosotros nos autoconvocamos, ¿Por qué digo eso? Porque
desde que dictaron la medida de privativa de libertad el tribunal quedó
sin juez y sin despacho. ¿Cómo se explica que si esto es así la fiscal
del Ministerio Público metió un acto conclusivo? Ese acto conclusivo es
el que nosotros estamos atacando, porque no tiene ningún tipo de
legalidad. Las normas dicen que todo lo actuado en ese lapso de
suspensión es nulo. No quieren acatar nada de eso, sino que quieren
llevarme a juicio, a una preliminar.
Mi esposa viendo todo esto estuvo 19
días en huelga de hambre. Te puedo decir que no se presentó nadie,
ninguna autoridad. Un grado de insensibilidad total.
- ¿Cuanto va durar la privación
de su libertad?
- Todo depende de ese tribunal que me
está juzgando. Estoy en las manos de gente política que levantan un
teléfono y le dicen a un juez o a una fiscal “déjalo ahí, no lo saquen”.
Aquí no vale el 48 del Código Orgánico Procesal Penal, el 49 de la
Carta Magna, acá no vale eso, acá no existe ninguna constitución. Aquí
no se cumple nada de acuerdo al derecho, sino el mandato de quienes
están tras bastidores.
- ¿Cuáles son sus condiciones de
reclusión actuales?
- Gracias a Dios no tengo quejas ahora,
acá me han tratado bien. Estoy junto a 4 personas que son funcionarios
policiales que han tenido algún problema. Pero yo no quiero estar aquí,
yo voy para 51 años y no merezco este trato, pues yo lo que he hecho en
mi vida es trabajar. He tratado de hacer las cosas pulcramente, desde
que estoy en el mundo sindical. Soy militante del PSUV, organicé el
partido en varios municipios, estuve en el referéndum, la enmienda
constitucional, la reforma constitucional, la elección del presidente,
todo eso lo apoyé. Cuando la cosa está mala yo digo que está mala, y
cuando está buena yo lo reconozco, pero ellos quieren que a lo malo le
digamos bueno, y a lo bueno le digamos malo. Yo creo que hay que
defender la conciencia de lo que tenemos que hacer.
- ¿Cuál ha sido la actitud del
PSUV?
- Omiso totalmente. Algunos que me
respaldan tienen miedo a salir a poyarme, porque eso significa
destitución y persecución. Por ejemplo hubo un estudiante que me ha
apoyado y le pusieron a la Disip debajo de su edificio. ¿Qué mal hice?
¡Lo que he hecho es cumplir con mi trabajo! Si la gente está parada y yo
soy el secretario general, ¿cómo le puedo dar la espalda a los
trabajadores? Tengo que ponerme al frente. Cuando tú me dices
“agavillamiento”, ¿Cuál agavillamiento? “Tranca de vías”, nosotros no
trancamos ninguna vía. E inclusive quien trancó los portones fue la
misma gente de la vigilancia. Y lo más fuerte es “instar a delinquir”,
si allí no rompimos nada.
- ¿Qué mensaje quiere darle al
movimiento social y de trabajadores del país?
- Hago un llamado, como dirigente
sindical, a toda la masa trabajadora venezolana y a toda la dirigencia
sindical, una dirigencia que en un momento fue elegida para representar
los intereses de los trabajadores. Ese es su fin, no para venderse al
patrón ni endosar a partido político ni a intereses particulares.
Nuestro cumplimiento está dentro de la convención colectiva, la Ley del
Trabajo y las leyes como tal. Hago un llamado para que reflexionen sobre
el trabajo que están realizando y que cumplan con el mandato de los
trabajadores. Sobre la criminalización de la protesta, creo que por
primera vez en nuestra historia se está criminalizando la protesta de
los trabajadores por el incumplimiento de sus beneficios. Si a mí me
dicen que dentro de Ferrominera no hay incumplimiento, está bien que yo
esté preso. Pero allí todavía sigue el incumplimiento total de todos los
beneficios de los trabajadores que quedaron plasmados en una convención
colectiva, y en ningún momento se les está cumpliendo. Gracias por
venir a visitarme, rieguen la voz a los organismos internacionales. Esta
democracia, aquí como se está llevando en Venezuela, no tenemos derecho
a la protesta y el que proteste sencillamente hay que meterlo preso o
hay que desparecerlo.
Yo estoy aquí, aun siendo del partido de
gobierno porque no comparto algunos lineamientos. O están buscando
intereses personales dentro de un sindicato, y por eso hay que sacarme.
Tengo adversarios tanto en la alcaldía como en la dirigencia sindical,
pero el sentido democrático es actuar con todos los factores, y al final
prevalezca el raciocinio, las ideas y la discusión, no la imposición de
nadie en particular. También quiero agregar que había trabajadores
despedidos, afortunadamente declararon sin lugar el despido, y hay
calificaciones de despido contra 6 dirigentes sindicales. Yo llamo a
todos los trabajadores a que se quiten el miedo y que espanten el temor
por exigir sus derechos. Pero con todo lo que está pasando igual vamos a
seguir la lucha. Hay uno que luchan un día y son buenos, otros que
luchan 5 años y son mejores, otros 10 años que son excelentes, pero lo
importante son quienes luchamos toda la vida para seguir adelante.
VENEZUELA: LAS REJAS NO PODRÁN
SILENCIAR LA PROTESTA POPULAR
Campaña nacional e internacional
de solidaridad epistolar con Rubén González
El pasado 07 de mayo, un tribunal de la
ciudad industrial de Ciudad Guayana, en Venezuela, le negó la
posibilidad al Secretario General de Ferrominera, Rubén González, de ser
juzgado en libertad. Desde mediados del año 2009, este dirigente
sindical se encuentra preso por apoyar una huelga de trabajadores para
exigir mejoras en sus condiciones laborales. El 26 de agosto de 2009, Radwan
Sabbagh -presidente de Ferrominera Orinoco- en un hecho
público y conocido acordó con González la finalización del paro, así
como la reactivación de las fichas de empleo de un grupo de
trabajadores; asimismo convino no tomar represalias en contra de quienes
acataron el cese de actividades; evaluar el pago de los salarios caídos
de quienes no laboraron durante los 16 días de manifestación y el
cumplimiento de sus reivindicaciones. Sin embargo, días después,
González era detenido por su apoyo a la acción de los trabajadores, y
acusado de los delitos “agavillamiento”, “instigación a delinquir” y
“violación de la zona de seguridad”. Desde ese día se encuentra privado
de su libertad y si el fallo del tribunal lo declara culpable, puede ser
sentenciado a permanecer entre 5 y 10 años tras las rejas. González es
un luchador social de conocida trayectoria en la región y militante del
partido de gobierno, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El caso de Rubén González es un grave
precedente del proceso creciente de criminalización de la protesta en
Venezuela. Cifras recopiladas por las ONGs en derechos humanos estiman
que existe una cifra mayor de 2.400 personas sometidas a regímenes de
presentación en tribunales por participar en movilizaciones por demandas
sociales. Estos procedimientos legales pueden durar años, en donde
otros derechos (libertad de expresión, reunión, manifestación) son
prohibidos para los procesados y procesadas.
La Campaña
por la Defensa del Derecho a la Protesta Social, promovida por una
serie de organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos
(Provea, Espacio Público, Liga de Trabajadores por el Socialismo,
Sintraince, Unidad Socialista de Izquierda, Socialismo Revolucionario,
Paso a la Nueva Democracia, Periódico El Libertario, entre otros)
considera que Rubén González es un preso político del gobierno
venezolano, cuyo castigo intenta desmotivar la organización y lucha
autónoma de los sectores laborales, contra sus patronos públicos y
privados, para exigir y defender sus derechos.
Rubén González necesita ahora nuestra
solidaridad activa más que nunca. Por ello estamos motivando a realizar
un acompañamiento cercano de sus días tras las rejas, enviándole
mensajes de solidaridad, cartas, postales y materiales escritos con los
que pueda mantener en alto su autoestima, su espíritu combativo y su
sensibilidad por las injusticias contra los asalariados. Por esta razón
hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales y populares tanto
de Venezuela como de América Latina y el mundo, para que le envíen
cartas de aliento y solidaridad.
Existen dos maneras de remitir los
mensajes
1) A través del correo electrónico
solidaridadconruben@gmail.com, en donde semanalmente una persona de
Ciudad Guayana los imprimirá y se los llevará a su sitio de reclusión.
(Rubén González no cuenta con acceso directo a Internet).
2) Enviando tu postal, carta o
publicaciones a la siguiente dirección: Patrulleros del Caroní (A la
atención de Rubén González), Parroquia Unare, sector Unare II, detrás de
los trailers de CVG Alcasa y frente al hogar Madre Emilia, Municipio
Caroní, Puerto Ordáz, estado Bolívar, Venezuela.
Libertad inmediata para Rubén González.
Libertad plena a todos los procesados por participar en manifestaciones
por derechos sociales en Venezuela
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