Por lo menos 500 personas fueron
detenidas este fin de semana en protestas que se produjeron durante la
Cumbre del G8 – G20 en Toronto, Canadá. Más de diez mil manifestantes
realizaron marchas pacíficas mientras otros grupos destruyeron vehículos
y locales comerciales. En las declaraciones finales de estos
encuentros, los países ricos se comprometieron a reducir sus déficits
públicos a la mitad en tres años y los emergentes a flexibilizar sus
monedas además de aumentar sus gastos sociales y en infraestructura,
crear empleos y lograr un mayor crecimiento.
Más de diez mil personas marcharon este
sábado (26) en Toronto contra la reunión del G-20 (los países ricos y
algunos emergentes) y el G8 (grupo de los principales países
industrializados del mundo) en la mayor manifestación en una semana de
protestas para exigir a los países ricos y emergentes que adopten
medidas sociales contra la pobreza y en favor del medio ambiente.
Gran parte de los manifestantes
marcharon pacíficamente, dirigidos por sindicatos y ONG’s, pero cientos
de enmascarados se enfrentaron a la policía, rompiendo escaparates,
bancos e incendiaron al menos dos coches patrulla de la policía y
destrozaron con palos dos vehículos de canales de televisión y tres
automóviles de lujo. Además, un establecimiento de la cadena de
cafeterías Starbucks quedó completamente destruido.
El humo de las llamas llegó hasta el
lujoso hotel del centro de la ciudad donde se reunían los líderes del
G-20, en una zona protegida por barreras y centenares de policías. Los
violentos incidentes obligaron a cortar las líneas del metro que pasan
por esa zona.
Miles de policías, algunos de ellos
equipados con el arsenal de antidisturbios, fueron desplegados a pie, en
bicicleta y a caballo para disuadir cualquier concentración de
activistas. Varios helicópteros sobrevolaron la marcha constantemente.
La ciudad de Toronto fue dividida en
zonas de color en función del nivel de protección: rojo, dónde están las
autoridades y cuyo acceso está prohibido para el público en general,
amarillo, donde hay un acceso parcial, y verde, acceso libre. En las
zonas roja y amarillo se instalaron vallas y barricadas de metal para
impedir la entrada de personas no autorizadas.
Los últimos detenidos fueron cuatro
personas que, a través del alcantarillado, llegaron a penetrar en la
zona de seguridad en torno al centro de convenciones donde se han
desarrollado las reuniones del G-20. Las fuerzas de seguridad montaron
una valla de más de tres metros de altura a lo largo de más de tres
kilómetros, rodeando la sede de la cumbre, que estas personas lograron
salvar por el sistema de alcantarillado. Tras la detención de estas
cuatro personas, la policía selló el acceso a las alcantarillas de la
zona.
.
Ya el viernes (25), miles de personas
protestaron en las calles de Toronto contra el G20 y el G8, celebrada en
Huntsville, a 200 kilómetros de esa ciudad. Con consignas relativas a
las poblaciones indígenas, los inmigrantes, los derechos humanos, la
protección del medio ambiente, derechos de los homosexuales y la lucha
contra la pobreza, los manifestantes partieron desde el centro de la
ciudad y se acercaron al perímetro de seguridad establecido en torno al
centro de Congresos de Toronto. La demostración se desarrolló
pacíficamente, sin mayores incidentes.
Continuando con el viernes, la policía
allanó varias casas de activistas en busca de artefactos incendiarios.
Hay informes de que algunas personas fueron detenidas. El autobús que
traía a activistas de la CLAC (Convergencia Anti-capitalista) de
Montreal y Quebec para participar en las protestas del sábado fueron
interceptados.
El presupuesto de este dispositivo de
seguridad, que incluye la Cumbre del G-8, que finalizó este domingo en
la ciudad de Muskoka, a unos 200 kilómetros al norte de Toronto, es de
unos mil millones de dólares, una cifra que según medios de comunicación
locales ha sido calificada de excesiva.
DECLARACIÓN FINAL
Los países ricos se comprometieron a
reducir sus déficits públicos a la mitad en tres años y los emergentes
flexibilizar sus monedas además de aumentar sus gastos sociales y en
infraestructura, según el proyecto de declaración de la cumbre del G20
de hoy en Toronto, Canadá. “Nos comprometemos a adoptar acciones
coordinadas para sostener el crecimiento, crear empleos y obtener un
crecimiento más fuerte, sostenible y equilibrado”, señala el proyecto de
declaración final.
Esos planes deberán ser sostenibles
fiscalmente y “ser diferenciados y ajustados a las circunstancias
nacionales”, reconocieron los líderes de los países industrializados y
emergentes que integran el grupo.
La cuarta cumbre del G20 tiene previsto
cerrar sus trabajos a las 17H00 locales (23H00 GMT). Ante las crecientes
diferencias internas que amenazaban la cohesión de este naciente foro,
los países optaron por una decisión salomónica: reducir los déficits y
deudas públicas es importante, pero estimular el crecimiento con medidas
propias también lo es. Los países ricos se comprometieron a reducir a
la mitad el peso de sus déficits públicos en sus PIB (Producto Interno
Bruto) de aquí a 2013 y a estabilizar o empezar a reducir la relación
deuda pública/PIB de aquí a 2016.
“HAY QUE EQUILIBRAR LAS CUENTAS“
.
La canciller alemana, Angela
Merkel, se mostró satisfecha por el compromiso. “Eso significa
que habrá que equilibrar las cuentas para enfrentarse a la deuda”,
declaró. Al mismo tiempo, los países emergentes con superávit deberán
emprender reformas para flexibilizar sus monedas, fortalecer el gasto
social e incrementar el gasto en infraestructura, un mensaje dirigido en
especial a China.
Igualmente, esas reformas deberán
ajustarse a las condiciones de cada país, que representan el motor del
crecimiento mundial desde que la crisis derrumbó a las economías de
Estados Unidos y Europa.
Los países emergentes se verán
gravemente afectados por los ajustes fiscales drásticos de los países
europeos, había advertido ayer el ministro de Finanzas y jefe de la
delegación brasileña, Guido Mantega. Si los países
avanzados “en vez de estimular el crecimiento prestan más atención al
ajuste fiscal, y si son exportadores, estarán haciendo el ajuste a costa
nuestra”, sentenció.
A medida que la frágil recuperación
económica se asienta, la diversidad de intereses del G20, que representa
el 85% de la riqueza mundial, aparece de nuevo. Los países europeos
crecerán este año apenas en torno al 1%, mientras que Estados Unidos
espera hacerlo en algo más del 2%. Países como China esperan crecer sin
embargo un 8% este año.
RECHAZADA TASA BANCARIA MUNDIAL
Para Estados Unidos, lo importante era
que la cumbre ratificara el compromiso común con el crecimiento, en
palabras del secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
Ejemplo de cómo se vive la crisis de forma diferente, el presidente de
gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, enumeró
anoche durante una cena de trabajo del G20 todo el catálogo de medidas
de austeridad que impuso en su país, según altas fuentes de su
delegación.
Otras propuestas fueron simplemente
dejadas de lado, como la de una tasa bancaria mundial. A pesar de ello, Sarkozy
reiteró ayer: “Estamos decididos a obtener un marco que
permita la imposición (fiscal) de actividades bancarias, y sea cual sea
la decisión de nuestros socios, la pondremos en marcha”.
La idea no era compartida por ningún
país emergente, que consideran que esa medida penalizaría a su sector
bancario. El debate sobre la reforma de la regulación financiera, y el
refuerzo de los fondos propios de los bancos, fue aplazado a la próxima
cumbre, en Seúl, en noviembre.
El G20 agrupa a Alemania, Canadá,
Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia (países del
G8), a la Unión Europea y a once economías emergentes: Sudáfrica,
Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur,
India, Indonesia, México y Turquía.
Varias Organizaciones No Gubernamentales
rechazaron las conclusiones de las Cumbres, al considerar que son
ineficientes las respuestas que dan a temas como el medio ambiente o el
combate a la pobreza.
.Fuente , vìa :
http://www.elciudadano.cl/2010/06/27/con-medio-millar-de-detenidos-culmino-en-toronto-cumbre-de-paises-ricos-y-emergentes/
AFP/EFE/ANA
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