viernes, 18 de junio de 2010

Chile: Envidias, soberbias y rencores dividen al gobierno, a la derecha y a la familia del Presidente Para ganar páginas de prensa no sólo las modelos faranduleras usan declaraciones estúpidas y confrontacionales, pues José Piñera, hermano de Sebastián, recurre en política al mismo método. Arturo Alejandro Muñoz

Al finalizar el año 1979 la dictadura de Pinochet intentaba por todos los medios afianzarse en el ámbito internacional, ya que en muchas naciones se sabía a ciencia cierta -y sin posibilidad alguna de negarlo- que el gobierno de facto cometía crímenes de lesa humanidad, además de detenciones arbitrarias, aplicación de torturas e, incluso, robo abierto y desembozado al erario fiscal chileno.
En esos últimos meses del año en comento, en el gabinete de Augusto Pinochet fungía como novel ministro del Trabajo y Previsión Social uno de los hijos del que fuera un conocido demócrata cristiano y presuntamente informante de la CIA norteamericana, José Piñera. Su hijo mayor tenía el mismo nombre de pila del pater familia y agregaba el apellido Echenique por línea materna.
En una importante medida, José Piñera Echenique respondía acertadamente a los consejos familiares, pues representaba uno de los ‘huevitos’ que debían ser depositados en canastas distintas a las que sehallaban sitos sus hermanos, ya que Pablo, por ejemplo, se matriculaba de lleno en la oposición al régimen dictatorial simpatizando claramente con el Partido Demócrata Cristiano, mientras Sebastián deambulaba políticamente en medio de la nada misma, ora sonriéndole al gobierno pinochetista, ora criticándolo… mientras exteriorizaba sus arrumacos a la oposición democrática, a la vez que fijaba preferente atención en la sumatoria de billetes, acciones y traqueteos de la Bolsa de Valores basando sus ‘inquietudes profesionales’ en el apoyo irrestricto que su hermano ministro –en una administración dictatorial- podía y debía prestarle.
¿Y Miguelito, el ‘conchito’ de la familia? Bueno, Miguelito era y sigue siendo un caso perdido, ya que su bodega intelectual, escuálida en neuronas, difícilmente podía entender asuntos que superaran un par de frases de alguna canción mediocre, lo cual pronosticaba un futuro incierto para él si se le soltaba la mano. Su propia madre –sabia señora- decidió ‘encargárselo’ a Sebastián, pues estaba segura que el ‘Negro’ jamás podría atravesar la calle sin ayuda, puesto que iba derechito hacia la tontera absoluta, tal cual lo ha demostrado en más de una ocasión con sus desmadres faranduleros y su vida plagada de entuertos, incluyendo algunos ilícitos como el nunca resuelto caso del choque automovilístico a medianoche y su huida rumbo a la Clínica donde su hermano Sebastián y el actual ministro de Salud eran los propietarios, escabullendo la alcoholemia cual vulgar ‘pato malo’.
Me detengo en este último párrafo para darle una lectura distinta, sucintamente, a un asunto que a mi juicio revela con exactitud las diferencias entre los hermanos Piñera Echenique, o al menos entre algunos de ellos. Nótese que la sabia madre de estos muchachines encargó a Tatán el cuidado ad eternum del hermanito menor, desestimando dejarle el cacho a José quien, a la sazón, mostraba mucho mejor pronóstico económico y político que el resto de la familia.
¿A qué se debió ello? Es un asunto misterioso, el cual, pese a inscribirse en la intimidad de una parentela, se trata de un tema que políticamente cae en terrenos de la especulación, lo que permite suponer que la sabia madre ya tenía claro cuán duro y totalitario era su hijo José, el que de seguro no mostraba interés ni preocupación por el ‘conchito’ de la familia, al que posiblemente consideraba una mosca en la leche, una verruga en la mejilla de la princesa, o algo parecido. Ergo, en palabras simples y directas, Josesito siempre fue dueño de una mente fría, calculadora, enemiga de la solidaridad y socia perfecta de la explotación de los demás si ello le redituaba ganancias de cualquier tipo.
Por cierto, una persona con esas características manifestará pronta tendencia a conseguir y desear la adulación general, el masajeo de espaldas otorgado por terceras personas y la búsqueda perenne de la obsecuencia y aplauso del resto de la humanidad, a la cual considerará culturalmente bruta, socialmente ordinaria e incluso físicamente fea. Y como otra de sus cualidades es la asertividad, en el caso que nos ocupa, José Piñera siempre fue consciente de que su hermano Miguel ocupaba por derecho propio el mismo escenario donde él ubicaba ‘al resto’ de la sociedad humana.
Acostumbrados y educados en la persecución del dinero y la fama, los Piñera encontraron la puerta de ingreso al vergel de su realización con el arribo de la dictadura militar. Fue precisamente José el que se percató rápidamente de la incapacidad política y desconocimiento económico del milicaje que accedía al poder por la vía de las armas, por lo cual propugnó con todas sus fuerzas que la junta militar aceptara la asesoría de los “Chicago boys”. En ese tema fue uno de los economistas destacados, junto a Léniz, Cahuas, Cáceres, De la Cuadra, Délano y otros. Por ello, Pinochet le agradeció el empuje, nombrándolo ministro del Trabajo en el preciso momento en que las organizaciones sindicales comenzaban a recomponer sus cuadros y mostraban a la dictadura su naciente oposición.
Los trabajadores que hoy tienen más de 50 años de edad recuerdan, apretando puños y rechinando dientes, que a partir de junio de 1979, José Piñera dictó una serie de decretos que fueron configurando la nueva institucionalidad laboral, particularmente los decretos leyes 2.200 sobre contrato individual, 2.756 sobre organización sindical y 2.758 sobre negociación colectiva, terminando así, de una plumada, con los derechos de los trabajadores adquiridos durante más de cincuenta años de duras luchas.
¿NEO NAZISMO PINOCHETISTA VERSUS SIONISMO NEOLIBERAL?
Por aquel entonces, su hermano Sebastián oficiaba de “capo” en el directorio del Banco de Talca, mismo que finalmente fue llevado a una fraudulenta quiebra originando lo que el periodista Francisco Herreros –diario El Siglo- relata con prolijidad: ““La orden de aprehensión de Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, en el contexto del proceso 99.971-6, por infracción a los artículos 26 y 26 bis de la ley general de bancos y defraudación al Banco de Talca, firmada por el juez Luis Correa Bulo, con fecha 27 de agosto de 1982.””   
“”Afirmamos que no hemos publicado nada (en el diario El Siglo) que no haya sido contrastado al menos con una segunda fuente. En el caso de José Piñera, más que un contraste directo, el correlato entre la “obra” efectuada para la reformulación del capitalismo en Chile, la evidencia de las presiones de funcionarios de la dictadura y del embajador norteamericano en favor de Sebastián Piñera, mientras estuvo prófugo de la justicia, y el tan inexplicable como abrupto origen de la fortuna de éste último, cumple de modo suficiente con esa condición.””
Y es en este punto donde –a juicio del suscrito- comienza a producirse la ruptura entre los hermanos, ya que Sebastián había alcanzado notoriedad en el ámbito de la especulación financiera gracias, exclusivamente, al apoyo que José le brindaba desde las altas esferas del gobierno y de la protección emanada desde la misma embajada de EEUU en Chile; léase esto como “información privilegiada, oportuna y confiable”. He ahí el ‘secreto’ del cómo hizo su fortuna nuestro actual primer mandatario.
Sin embargo, todo terreno liso presenta alguna irregularidad, por mínima que sea. En este caso, esa irregularidad fue enorme, grosera, y conspiró abiertamente contra el propio José Piñera, ya que su hermano Tatán, embalado en la búsqueda de fortuna económica, no se detuvo ante los códigos no escritos que utiliza la clase empresarial chilena, y traicionó sin ambages a uno de los más importantes ultra conservadores beatos y sediciosos que el país tuvo en esos años: Ricardo Claro. El oscuro asunto del ‘dinero plástico’ (tarjetas de crédito y bancarias) originó severas protestas de muchos empresarios que señalaron con un dedo la ‘mariconada’ cometida por Sebastián, y le endilgaban a José Piñera tales desaciertos financieros-familiares.
De ahí en más, la relación entre ambos hermanos fue distanciándose a la par con un enfriamiento creciente que hoy Chile ha podido confirmar. Ni corto ni perezoso, con sus estudiadas declaraciones ‘políticamente incorrectas’, el hábil José Piñera tiró del mantel dejando al descubierto las grietas que fisuran el alma de la Alianza gobernante, donde los sectores pinochetistas reclaman por la tibieza del Presidente de la República exigiéndole un acercamiento real a las filas e intereses del ultrismo fascista, a la vez que critican con acidez los pasos que día a día ejecuta el Mandatario en orden a conseguir el apoyo de ciertos sectores que son –o que fueron- democristianos.
Entonces viene la respuesta ‘política’ del Presidente. Ratifica a su hermano Pablo (democristiano) en un alto cargo en el Banco Central, y hace sólo algunas horas nombró a un ex DC, hoy miembro del PRI, como embajador chileno en Argentina, el ‘colorín’ Adolfo Zaldívar,  muy buen amigo de los peronistas bonaerenses, en especial de Caffiero y los Kirchner, con lo que Tatán manda al tacho de la basura las ‘incorrectas’ declaraciones que hiciera su díscolo y soberbio hermano  hace un tiempo, cuando despotricó ante la prensa contra Néstor Kirchner, a quien descalificó por su calidad de “deshonesto, chavista y capo” del país vecino.
A nivel de gobernabilidad, luego de las opiniones de José Piñera publicadas en la prensa argentina (en las que igualó  el gobierno de Allende con el de Hitler) la lucha se ha declarado al interior del bloque oficialista chileno, tanto como en los pasillos de las tiendas partidistas de la Coalición por el Cambio. De un lado están los sediciosos y fanáticos pinochetistas nostálgicos encabezados por José Piñera y Miguel Otero (cercanos al neonazismo), y en la otra vereda se encuentran los ex pinochetistas (anti nazis,  cercanos al sionismo internacional) hoy arrepentidos de haber apoyado con tanta fuerza y empeño a un régimen genocida, pero amantes a ultranza del neoliberalismo económico y de la privatización absoluta y total de los recursos nacionales.
Es así que una pelea familiar donde priman la soberbia, veleidad, afán de poder y de lucro, tendrá que ser soportada y sufrida por el país cuando ella se transforme –a nivel de gobierno- en una lucha intestina entre neo nazis pinochetistas y la nueva clase económicamente dominante: el sionismo neoliberal.
  Fuente, vìa :
www.kaosenlared.net/noticia/chile-envidias-soberbias-rencores-dividen-gobierno-derecha-familia-pre

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