1.
Las grandes empresas del país que cotizan en la Bolsa Mexicana de
Valores (BMV), muchas de ellas trasnacionales y que tienen entre sus
principales accionistas a integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de
Negocios (CMHN), despidieron en total a 68 mil 479 trabajadores durante
el primer semestre de 2013. El dato corresponde a los informes
financieros más recientes de 31 firmas mineras y siderúrgicas,
constructoras, televisoras, telefónicas, agroalimentarias, de servicios,
fabricantes de diversos artículos de consumo así como de materiales,
fraccionadoras, aerolíneas y cadenas de supermercados que concentran más
de 70 por ciento del valor del mercado y de las ganancias anuales.
2.
En octubre de 2009 –después que soldados y policías con órdenes del
presidente Calderón invadieron en edificio de Luz y Fuerza del Centro-
fueron despedidos más de 44 mil electricistas que aún no resuelven sus
problemas. Pero lo más grave es que otros 100 mil trabajadores están
amenazados de que serán liquidados en las próximas semanas, porque la
economía del país en vez de mejorar se pone más difícil. ¡Qué fácil,
además de los trabajadores más de 100 mil esposas y casi 400 mil niños
sin tener asegurado la comida, la vivienda, los servicios de salud y
educación. Esto no importa porque lo esencial es que los empresarios no
han dejado de ganar más de mil millones de dólares.
3.
Más de cien mil trabajadores despedidos serán los candidados a entrarle
al narcotráfico y a eso que llaman delincuencia o, de lo contrario, ¿en
dónde vendrá el dinero para mantener a su familia de cinco o seis
integrantes? Entre las empresas multimillonarias que irresponsablemente
han despedido a más de 68 mil trabajadores en este año están: el Grupo
México, Industrias Peñoles, Altos Hornos, Walmart, Soriana, Chedrahui,
Comercial Mexicana, ICA, Cemex, Cementos Chihuahua, MexiChem, Vitro,
Geo, Sare, Hogar, Homex, Ara, Televisa, Tv Azteca, América Móvil,
Bachoco, Bimbo, Femsa, Grupo Modelo, Aeroméxico, Grupo Posadas,
Kimberly-Clark, Alfa, Gruma, Grupo Carso y San Luis.
4.
Algunos trabajadores jóvenes han razonado de la siguiente manera: Yo,
junto a mi familia, debería ponerme a vender tacos o comida; sin embargo
–aunque parece que se gana bien- muchos de los compañeros han dicho que
le van a entrar al mismo negocio. No es fácil entrarle a las ventas
porque un puesto semifijo en la calle resulta muy caro instalarlo y ser
vendedor ambulante es muy difícil por la persecución policiaca. Además
se debe tener mucho carácter o paciencia. ¿Cómo conseguir otro trabajo
si son los despidos, el desempleo, la falta de plazas, lo que hoy es
predominante? Pareciera que el gobierno de Peña Nieto, así como el
anterior de Calderón, no están obligando a robar o mendigar.
5.
Me da vergüenza y miedo decir lo que haría para poder mantener a mi
familia, pero parece que no queda de otra. Incluso el irse de “bracero” o
de “mojado” a trabajar en los EEUU es ya extremadamente difícil por
las bardas y las leyes que son más duras. ¿Trabajar en un gran comercio
de vendedor, vigilante o polícía –como Soriana, Wall Mart- donde (cuando
te va bien) pagan salarios de hambre o no te pagan para estar atenidos a
los propinas? La realidad es que yo en lugar de robar una cartera, un
collar o algún otro objeto a personas u hogares humildes, prefiero
arriesgarme por algo más lucrativo: ponerme de acuerdo con cuatro o
cinco compañeros más para realizar asaltos y secuestros.
6.
La gente con algunos ingresos no entiende o no quiere darse cuenta de
nuestra realidad. Nosotros preferimos trabajar en una empresa, en lo que
sea, que realizar el trabajo peligroso de asaltar, porque nos colocamos
automáticamente en el riesgo de que nos maten de un balazo y una
cuchillada o, de perdida, nos encarcelen. ¿Pero qué hacemos después de
pasar semanas sin encontrar trabajo y de escuchar a nuestra familia que
no hay para la comida, el médico, el pago de renta y el vestido? Para la
gente que sólo sabe hablar sin pensar es muy fácil decir que sí hay
trabajo; pero carajo no se da cuenta de los gigantescos despidos de
trabajadores en la empresa pública y privada?
7.
Yo no soy político y me vale madre que los funcionarios y los
empresarios se estén llenando las bolsas haciendo negocios; pero sí me
duele que por ello en México haya cada vez menos chambas y mucho más
desempleo. Cuando en 2009 se jodieron a los electricistas por el
gobierno de Calderón no dije nada, mucho menos protesté; fue un error
porque hoy –cuando todavía se está iniciando el gobierno de Peña Nieto-
yo soy el despedido y nadie me hace caso. Pensaba que el desarrollo de
la llamada delincuencia nada tenía que ver con el desempleo y sólo era
un asunto de gente floja; sólo hoy es cuando siento en carne propia el
problema y estoy dispuesto a todo con el fin de encontrar qué comer.
(5/VIII/13)
Pedro Echeverría V.
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