He vuelto de Cuba, gracias a la invitación -como parte de la delegación de las Juventudes Comunistas de Chile- a celebrar los 50 años de la Unión de Jóvenes Comunistas.
En nuestra visita tuvimos la oportunidad de estar en 8 universidades
haciendo presentaciones sobre el movimiento social por la educación en Chile y
sus principales demandas. En estos espacios no sólo tuvimos la
oportunidad de exponer a más de 5 mil estudiantes cubanos y de más de
115 países distintos que han tenido la oportunidad de estudiar
gratuitamente en Cuba, sino que de compartir experiencias, opiniones y
análisis respecto a la situación de Chile y de otros países neoliberales
en los cuales la educación no está asegurada, además de hablar sobre la
educación cubana, sus grandes avances, sus amenazas y sus desafíos.
Intercambios sobre las experiencias de dos países opuestos en muchos
sentidos, pero que no dejan de tener cosas en común.
Pero
los encuentros no fueron sólo con estudiantes universitarios, sino
también con estudiantes de secundaria, con profesores, rectores y
autoridades ministeriales, historiadores, músicos, organizaciones
sociales y culturales. En todos los espacios primó el respeto a las
diferencias, el trato de igual a igual, la fraternidad y la calidad
argumentativa que muchas veces se ausenta en nuestras propias
autoridades de gobierno o congresistas.
Nadie
en el mundo podría negar los grandes avances que ha tenido la
Revolución Cubana en Educación. Partiendo de los informes
internacionales como el de la Unesco como el LLECE que haciendo un estudio comparado argumenta el por qué Finlandia y Cuba tienen reconocidos y exitosos modelos educacionales en contraposición a la mala educación en Chile.
Antes
de la Revolución, Cuba estaba sumergida en el extremo analfabetismo e
ignorancia, insalubridad, desnutrición, desempleo y la constante
opresión, despojo y masacre producida por parte de la dictadura de Batista.
La educación constituyó y sigue constituyendo un sector estratégico
para el desarrollo cubano. Para erradicar el analfabetismo, la
ignorancia y la carencia abrumadora de profesionales y expertos en los
distintos ámbitos que la revolución debía abordar para el desarrollo de
su soberanía, se implementó la “Universalización del Conocimiento” a
través de la masificación de la educación, donde el centro estuvo puesto
en el ser humano, su igualdad de oportunidades y su desarrollo
intelectual, artístico y humano pleno, única forma de asegurar la
libertad (“Ser cultos para ser libres”, José Martí).
De
esta forma el Estado es el que asume la completa responsabilidad de
financiar y desarrollar una política educacional igualitaria, gratuita y
de calidad, que pudiese llegar a cada rincón del territorio cubano sin
dar posibilidad alguna al ausentismo por razones económicas, físicas,
geográficas, familiares u otras que pudiesen determinar de manera
arbitraria el futuro de los niños y jóvenes.
Hoy
la educación cubana garantiza acceso universal y de calidad a todos los
niños y jóvenes cubanos independiente de su lugar de residencia. Los
169 municipios cuentan con educación pública y gratuita en todos sus
niveles, estando las universidades orientadas a carreras que responden
de mejor manera a los intereses del municipio o del desarrollo
provincial y con un sistema de egreso orientado a la retribución social
de lo aprendido.
Pese a los graves
problemas económicos que tiene Cuba, gran parte de sus recursos los
invierte en la mantención y desarrollo de la educación pública y
gratuita la cual ya no es propiciada sólo a los cubanos, sino que a
jóvenes de 115 países diferentes, incluyendo Chile, de los cuales han
salido 325 médicos de excelencia entre el 2005 y el 2011.
Lo
más sorprendente de todo es que en Chile sin necesidad de hacer una
revolución armada, estábamos avanzando a pasos agigantados hacia la
educación pública gratuita y de calidad. Lamentablemente este proyecto
se vio truncado por una brutal dictadura que nos impuso a sangre y a
fuego la educación mercantil, segregada y de mala calidad que tenemos
hasta el día de hoy. Esperemos que nuevamente una revolución democrática
nos abra de nuevo las grandes Alamedas y nos permita conquistar esa
añorada educación para el surgimiento de un hombre y mujer nuevos, de
una sociedad nueva, de la felicidad plena. Este es un proyecto que nos
podemos fijar como sociedad, pudiendo pasar muchas menos dificultades
que las que ha tenido que sortear la sociedad cubana.
Cuba,
apenas a 100 millas del imperio más agresivo de la era moderna, vive
una realidad que no deja de tener contradicciones. La isla que las
mafias y magnates norteamericanos la habían convertido en su lugar de
esparcimiento, tuvo la osadía de liberarse de su destino colonial. Pero a
un altísimo costo. Desde el mismo momento en que la revolución inició
la recuperación de las riquezas de la isla para el beneficio de su
pueblo, EE.UU. le declaró una guerra económica, ideológica, mediática y con incursiones militares que persiste hasta el día de hoy.
El prólogo que escribe Ignacio Ramonet al libro-entrevista que le realiza a Fidel Castro [Ramonet, Ignacio (2007). Fidel Castro. Biografía a dos voces. Buenos Aires.
Debate. Los textos en cursiva son citas extraídas del libro] es
sumamente enriquecedor para contextualizar el panorama de guerra fría
que aún sufre el pueblo cubano. El daño económico producto del Bloqueo
impuesto por EE.UU., que hasta el día de hoy persiste, se calcula que
asciende a los 70.000 millones de dólares; toda la propaganda
anti-cubana es financiada directamente por los norteamericanos, que
además permite en su territorio la existencia y entrenamiento de grupos
terroristas que buscan la caída del régimen; Cuba es uno de los
países que más víctimas de atentados ha tenido (cerca de tres mil
quinientos muertos y dos mil lisiados de por vida) y que más ha sufrido
por el terrorismo en los últimos cuarenta años; se estima que el
financiamiento por parte de EE.UU. a los grupos disidentes supera los
62,8 millones de Euros; sin mencionar la horrorosa “ley de ajuste”
norteamericana, que otorga renta y residencia a todo cubano que llegue
de manera ilegal a Norteamérica, con el fin de ofrecer
el espectáculo del escape del comunismo, lo cual ha generado la muerte
de muchos cubanos. Sin embargo, la emigración ilegal cubana a EE.UU. es
similar a la de otros países de Centroamérica y el Caribe.
Se
trata de una injerencia innegable de una gran potencia para
desestabilizar a un pequeño país y, a la vez, de un verdadero “beso de
la muerte” para los opositores. Porque, como ha subrayado el presidente
del Parlamento cubano Ricardo Alarcón, “mientras exista
esa política, habrá cubanos implicados que conspiren con los
americanos, que acepten su dinero y […] no conozco ningún país que no
califique semejante actividad como un delito”. Con mayor motivo aún si
se piensa que el “plan” americano incluye un “anexo secreto” […] por
razones de seguridad nacional” para garantizar su “realización
efectiva”.
La revolución cubana, que en su programa original planteaba una mayor apertura del régimen político, ha tenido que reaccionar a las agresiones constantes venidas de fuera, el régimen ha preconizado en el interior del país la unión a la ultranza,
instaurando, por ejemplo, el partido único que tal como lo señalé en mi
último artículo, no es interés de la izquierda chilena replicar a la
realidad nacional, recogiendo el legado de Salvador Allende de una vía chilena al socialismo por una vía democrática y con representación multipartidista.
Los informes de Amnistía Internacional
dan cuenta de excesos del régimen, principalmente en la modalidad de
detenciones breves, eso es innegable. Sin embargo, no se señala que
exista en Cuba casos de tortura física, de “desapariciones”, de
asesinatos de periodistas, crímenes políticos o manifestaciones
reprimidas con violencia por la fuerza pública […] Esos mismos informes
señalan, en cambio, que en algunos Estados de la región que no
despiertan la atención de los grandes medios de comunicación […]
mujeres, sindicalistas, opositores, periodistas, sacerdotes,
magistrados, alcaldes y líderes de la sociedad civil siguen siendo
impunemente asesinados, sin que estas violaciones ordinarias de los
derechos humanos susciten ningún tipo de emoción mediática
internacional.
Se pretende
construir una imagen de un país en la cual su pueblo vive el miedo
constante a la represión y donde la propaganda oficial logra
magistralmente ocultar el verdadero sufrimiento cotidiano de los
cubanos. Como una gran conspiración del Gobierno de Cuba sobre su pueblo
sin que éste tenga la capacidad ni valentía de gestar una insurrección
ante tamaña represión. Puedo perfectamente formarme una opinión propia
de la realidad de la isla en los dos viajes que a ella he realizado. En
la primera oportunidad tuve incluso la oportunidad de estar en casas y
compartir con familias abiertamente contrarias al régimen. En ninguna de
las dos oportunidades viví u observé la imagen que algunos quieren
hacernos creer, sin más pruebas que su palabra.
Sin
embargo, lo importante es que cada uno pueda construir su propia imagen
sobre la realidad cubana, teniendo en cuenta lo difícil que es tanto
para simpatizantes como detractores dar una imagen del todo objetiva. En
Cuba aún se respira guerra fría y detrás del discurso opositor se
encuentra innegablemente la mano asesina del Gobierno norteamericano.
Más que trasmitir experiencias personales quiero invitarlos a ver el documental Comandante, realizado por el cineasta norteamericano Oliver Stone.
Si aún hay gente que cree que no tengo la capacidad de ver por mí misma
la verdad que se esconde tras la oficialidad del protocolo (lo cual,
por cierto, es de un machismo impresentable), espero no caigan en la
paranoia de creer que un cineasta de la altura de Oliver Stone esté
dispuesto a prestarse para un burdo montaje.
Igualmente,
los invito a que dejemos por un momento la discusión de Cuba a los
cubanos y nos preocupemos sobre lo que sucede en nuestro país.
La última encuesta Adimark sitúa la aprobación del Gobierno en un escuálido 29%, una de cada cuatro personas que votaron por Piñera se
arrepienten de haber optado a que la derecha tomara el poder. La
delincuencia, su principal caballo de batalla electoral, experimenta
alzas significativas. Chile es ahora un país más inseguro. Ni el macabro
asesinato de Daniel Zamudio permite generar conciencia
en los sectores conservadores de la importancia de tener una ley
antidiscriminación; ni el hecho que más de un 70% de las mujeres
chilenas estiman necesario contar con una legislación que permita el
aborto terapéutico permitió que siquiera se aprobara la idea de legislar
sobre dicha materia, quedando nuevamente postergada para un año más la
discusión.
He leído que sectores de
la derecha creen que la baja aprobación a su gestión es solo una falla
comunicacional. Qué lástima que no comprendan la magnitud del profundo
malestar de los chilenos. Malestar no contra un Gobierno, sino contra un
sistema que mantiene y profundiza las desigualdades desde ya casi 40
años y que tan bien representa la derecha en la defensa férrea de grupos
minoritarios privilegiados de empresarios. Este profundo malestar se
refleja por ejemplo en que existe un 84% de la población que considera
que en Chile no existe justicia en la distribución de la riqueza, un 71%
que cree que Chile está gobernado por unos cuantos grupos de poderosos
en su propio beneficio, un 84,3% que considera que el crecimiento
económico no se refleja en el bienestar de la mayoría de la gente, y lo
más significativo, existe un 64,5% de la población que afirma que el
modelo económico hay que cambiarlo profundamente o eliminarlo para
construir uno alternativo (Fuente: Presentación A. Mayol en Enade 2011, basado en encuestas Latinobarometro 2010-2011 y Cies-UCH).
El 2011, movilizaciones inéditas, tanto en masividad como en respaldo (89% de aprobación en Cerc),
propusieron para Chile educación pública, gratuita, de calidad, fin al
lucro y un nuevo rol del Estado en materia de Derechos. El Gobierno
apostó al desgaste. Decidieron de antemano no ceder por ningún motivo
ante lo que era una opinión mayoritaria, donde un parlamento
binominalizado contribuyó al mantenimiento de una de las principales
herencias de la dictadura, fruto de una democracia pactada.
Este
2012 los estudiantes no estaremos solos planteando nuestras demandas.
Ya no estuvimos solos el 2011, donde amplios sectores sociales nos
respaldaron. Pero este año, dichos sectores sociales ya no solo se
expresarán en una lógica de apoyo y solidaridad. A esta necesaria y
valiente actitud, que los estudiantes también debemos cultivar, se
sumará el que distintos sectores sociales empezarán a plantear sus
propias demandas como ya vemos que está ocurriendo.
Un personero de la UDI dijo
por ahí que en Chile sobra la plata. Una frase muy desafortunada. Pero
lo que sí es cierto es que en nuestro país la riqueza está pésimamente
distribuida. Mientras tres de nuestros compatriotas se dan el lujo de
estar entre las primeras 100 riquezas mundiales, a una inmensa mayoría
se le niega una salud digna, una educación de calidad, un acceso a la
cultura, los derechos básicos de vivienda y agua. Calama,
comuna donde se extraen las principales ganancias del cobre (que en su
mayoría quedan en manos de privados) posee importantes nichos de
pobreza; Aysén tuvo que combatir contra una inusitada y
desproporcionada violencia policial para disminuir en algo el costo de
su canasta básica que es de las más caras en Chile. La desigualdad
también tiene cara de centralismo, pero no es esa su única cara.
Es
por estas ideas que se me acusa de retrógrada. Y puede que sea cierto:
estas ideas no son nuevas, acompañan a los seres humanos desde que
iniciaron su lucha contra la desigualdad y la explotación. El lenguaje
agresivo de la derecha se explica principalmente porque estas ideas
atentan contra sus privilegios.
Las
movilizaciones del 2011 deben pasar de la mera rebeldía a la práctica
constante y democrática de alcanzar los objetivos planteados por los
distintos movimientos sociales. Si para alguien esto le parece añejo
quiero señalar que las ideas poderosas no se debilitan con el paso de
los años, pues tal como diría el gran Víctor Jara: el canto que ha sido valiente, siempre será canción nueva.
Vìa,fuente:
http://www.elciudadano.cl/2012/04/12/50980/los-verdaderos-retrogrados/
http://www.elciudadano.cl/2012/04/12/50980/los-verdaderos-retrogrados/
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