EEUU no domina el mundo por formulaciones doctrinarias político-diplomáticas o eventuales
discursos "democráticos" o "militaristas" de sus presidentes, sino porque impone
al resto de los países la lógica de su poderío militar y económico,
indestructible,
salvo por un estallido nuclear del planeta.
1)
El discurso impuesto como realidad
La prensa mundial y los analistas del
sistema han puesto de "moda" el análisis de los procesos económicos, militares y
políticos de EEUU partiendo de los discursos del empleado (el presidente
de turno en la Casa Blanca) y no de la dinámica funcional del patrón (los
intereses de la
estructura capitalista sionista que controla al presidente de EEUU).
En los medios de comunicación del
sistema la interpretación del rol del presidente de EEUU está generalmente
disociado de los intereses
estratégicos (planetarios) del poder capitalista que representa la Casa Blanca.
La
costumbre mediática de analizar los discursos del gerente USA
despojados de la
realidad estructural totalizada de la empresa capitalista imperial que controla
la Casa Blanca, dio como
resultante que las mayorías planetarias crean que los EEUU se manejan
exclusivamente por la voluntad y la decisión de sus presidentes de turno.
Este falsa percepción (inducida por
el propio poder imperial) se traslada a las mayorías que hablan y
"comentan familiarmente" sobre los presidentes USA como si fueran personajes de la farándula , ignorando por completo la
realidad estructural y funcional del
poder estratégico de dominación imperial de EEUU que los controla.
Esta disociación conceptual entre el
poder imperial central y los discursos de su presidente de turno, posibilitó
recrear la mística del "nuevo sueño americano" y generar una expectativa
de "reciclamiento democrático" del Imperio USA en la figura y en los
discursos de Barack Obama.
Obviando la realidad estratégica del
dominio hegemónico geopolítico-militar-nuclear de EEUU (cuya dinámica se
nutre y retroalimenta con la conquista militar permanente de países y la
depredación de recursos estratégicos a escala global) la prensa mundial y sus analistas
edificaron en la figura y en los discursos de Obama una "nueva alternativa
mundial" con EEUU renunciando a su status de potencia imperial dominante.
Con el acceso de Barack Obama a la
presidencia de EEUU, se desarrolló una campaña mediática destinada a hacer creer
a las mayorías mundiales que la primera potencia capitalista imperial,
empantanada en Irak y Afganistán, con su sistema financiero pulverizado por la
crisis y por una recesión económica de efectos imprevisibles, se podía recrear
a sí misma generando nuevas expectativas y cambios "democráticos" de política a
nivel mundial.
Como sostiene Henry Kissinger, Barack Obama
proclamó desde su discurso "una especie de orden mundial sin una potencia dominante en el que la
potencia que puede dominar dirige a través de la automoderación".
De acuerdo con el
histórico gurú del sionismo imperial, en el discurso de Obama "el liderazgo
estadounidense deriva de la disposición a escuchar y de afirmaciones
inspiradoras. La acción común surge de convicciones compartidas. El poder emerge
de un sentido de comunidad, no de la acción unilateral, y se ejerce mediante la
asignación de responsabilidades según los recursos de un país".
Desde el punto de vista de la
realidad estratégica imperial, el nuevo orden mundial "multilateral" proclamado
por Obama sólo se trata de ilusionismo fabricado para incautos.
La construcción conceptual y
discursiva de un EEUU "automoderado" que rompe con la "unilateralidad
militarista" de la era Bush, ya choca con la realidad de la gestión de Obama en
la Casa Blanca.
Durante sus primeros 90
días de gobierno, y mientras reafirmaba en sus discursos la "renuncia de EEUU
a su rol de potencia imperial dominante", Barack Obama decidió
profundizar la ocupación militar enviando más
tropas a Afganistán, elevar el presupuesto militar estadounidense a niveles
récord, e imponer (a través del G-20 y el FMI) un nuevo plan de endeudamiento para hacer pagar la
crisis financiera imperial a los pueblos de Asia, África y América Latina.
En marzo pasado, el gerente imperial
ordenó el primer bombardeo a Libia que hoy se encuentra despedazada y
balcanizada bajo los ataques aéreos constantes de la OTAN que junto con el
Pentágono ensayan un nuevo tipo de invasión contra un país petrolero.
Esta es la mejor prueba de que las
políticas estratégicas de supervivencia imperial del Estado USA están por
encima de la voluntad personal (o del discurso electoral "democrático") del eventual
gerente que ocupe la Casa Blanca.
Como ya está probado
en forma histórica y estadística: En EEUU, la potencia locomotora del
capitalismo sionista a escala global, no gobiernan los presidentes o los
partidos, sino la élite económica-financiera (el poder real) que controla
la Reserva Federal, el Tesoro, Wall Street, el Complejo Militar Industrial y
Silicon Valley.
Terminada las luces artificiales de
la campaña electoral, demócratas y republicanos dejan de agredirse y se
complementan en un diseño de política estratégica de Estado en defensa de los
intereses de las grandes corporaciones económicas que marcan el accionar de
las políticas internas y de la conquista de mercados encubierta en las "guerras
preventivas" contra el "terrorismo".
Y en la práctica, esas políticas
imperiales (y su continuidad en el tiempo) no tienen nada que ver con el
discurso y los nuevos preceptos "doctrinarios" expresados por el gerente de
turno en la Casa Blanca, en este caso Obama.
2)
El poder militar imperial
Como primer concepto estratégico, es
necesario aclarar que EEUU no domina el mundo ni se constituyó en primera
potencia imperial capitalista con los discursos de sus presidentes
eventuales, sino con el aparato aparato nuclear-militar más poderoso del mundo,
siete flotas con poder atómico
surcando los océanos y cerca de mil bases militares rodeando los puntos
estratégicos del planeta.
A la hora de controlar el mundo del
capitalismo trasnacionalizado, EEUU no utiliza discursos presidenciales sino
estrategias de dominación enmarcadas en la supremacía mundial de su poderío
militar y económico.
La actual proyección global del
poder militar EEUU, se divide en cinco comandos regionales distribuidos en los
cinco continentes: el Joint Forces Command (USJFCOM) para la región de
América del Norte; el Southern Command (USSOUTHCOM) para América
del Sur; el Pacific Command (USPACOM) para Asia y Oceanía; el
European Command (USEUCOM) para Europa y África; y el Central
Command (USCENTCOM) para las regiones del noreste y cuerno africano,
Península Arábiga, Golfo Pérsico y Asia Central.
El 1 de octubre de 2007 entró en
operaciones el USAFRICOM, o
AFRICOM, un Mando Combatiente Unificado del Pentágono, responsable de las
operaciones militares de EEUU en relación con las 53 naciones africanas (excepto
Egipto). Pasó
a ser totalmente autónomo y
operativo el 30 de septiembre de 2008.
EEUU posee el mayor arsenal de
armas de destrucción masiva del mundo, y es el único que ha
utilizado alguna
vez armas nucleares en la práctica, contra las ciudades japonesas de
Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945). En la actualidad el
arsenal nuclear USA
cuenta con 534 misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de los
modelos
Minuteman III y Peacekeeper; 432 misiles balísticos de lanzamiento
submarino
(SLBM) Trident C4 y D5 (desplegados en los 17 submarinos clase Ohio) y
aproximadamente dos centenares de bombarderos nucleares de largo
alcance, entre
los que se cuentan 16 "invisibles" del tipo B-2. El total de cabezas
nucleares
desplegadas podría oscilar, según fuentes militares, entre 5.000 y
10.000.
Exceptuando Rusia, el poder
nuclear-militar de EEUU supera al de todas las superpotencias
capitalistas juntas.
Con un presupuesto que ya
supera los US$ 800.000 millones
las fuerzas armadas combinadas del Pentágono superan los dos millones de efectivos, esparcidos en los cinco continentes, equipados con la mejor tecnología del mundo, con el mejor entrenamiento y la mejor paga profesional de todo el planeta.
las fuerzas armadas combinadas del Pentágono superan los dos millones de efectivos, esparcidos en los cinco continentes, equipados con la mejor tecnología del mundo, con el mejor entrenamiento y la mejor paga profesional de todo el planeta.
EEUU cuenta con cerca de 1000 bases
militares distribuidas en todo el mundo y un despliegue operativo de sus
fuerzas armadas que abarca a más de 180 países de Europa, Asia, África y América
Latina.
Su estructura de poder naval
cubre todos los océanos y mares del mundo con siete flotas operativas cuyas unidades de combate
(buques, submarinos y aviones) están equipadas con poder nuclear.
Ese poder hoy no está al servicio
de los discursos "democráticos" de Obama, sino (como siempre lo estuvo)
al servicio de la expansión de los bancos y corporaciones imperiales que extraen
su mayor tasa de rentabilidad capitalista de las políticas de conquista militar
que sostienen el edificio de la primera potencia imperial.
3)
La línea de continuidad histórica
Hay una línea de continuidad
histórica que rige la política militar del imperio rector (más allá del
discurso de sus presidentes):
Con la administración del demócrata
James Carter, en la década del setenta, se estableció la llamada "Doctrina Carter" que estipuló que
cualquier movimiento por parte de un poder "hostil" que pretendiera ganar el
control de la región del Golfo Pérsico, - y consecuentemente sobre los enormes
recursos energéticos de la misma - deberá ser considerado como un ataque contra
los intereses vitales de EEUU justificando el uso de la fuerza militar para
rechazarlo.
Durante la administración del
republicano Ronald Reagan, en enero de 1983, las Rapid Deployment Joint Task Forces (RDJTF) se convirtieron en el US Central Command (USCENTCOM),
cuya misión abarca la proyección estratégica del poder militar de EEUU sobre
los recursos energéticos gasíferos del Golfo Pérsico, el Cáucaso y Asia
Central que contienen más del 70% de las reservas mundiales.
El republicano George Bush (padre de
W), en 1991 lanzó la primera guerra contra Irak que tuvo como misión
reposicionar estratégicamente las fuerzas militares de EEUU en el Golfo Pérsico
con proyección hacia las regiones petroleras de Cáucaso y el Asia central.
Con el demócrata Bill Clinton, el
aparato militar de EEUU profundizó su avance y extendió su cadena de bases en
el Asia Central y en el Cáucaso, se posicionó en el territorio del ex
imperio soviético de Europa del Este con el bombardeo y posterior control de
Yugoslavia, y sentó las bases de la invasión a Irak con los bombardeos
preventivos a ese país.
Con el republicano George W Bush, y
bajo el precepto doctrinario de la "guerra contraterrorista", EEUU invadió
militarmente dos enclaves estratégicos para su proyecto de apoderamiento
de los recursos energéticos del Golfo Pérsico y del Asia Central: Irak y
Afganistán.
Al demócrata Barak Obama, le toca la
misión de ampliar y extender el dispositivo del control geopolítico militar
sobre los corredores energéticos euroasiáticos con la ocupación militar de
Pakistán, el reposicionamiento del poder de EEUU en el Caucaso, y la
profundización del control sobre la "llave petrolera" del Golfo Pérsico
destruyendo el poder militar de Irán.
Como se puede apreciar, esta realidad
emergente de las necesidades estratégicas (reales) de supervivencia del
Imperio militar norteamericano no tiene nada que ver con el discurso
"democrático" (irreal) de Obama que compran y venden a diario la prensa de
mercado y los analistas del sistema.
4) El poder económico imperial
El poder militar de EEUU, y a modo de
columna vertebral, sostiene y garantiza a su vez (en carácter de "policía
mundial") la supremacía global y el orden vigente de su poder económico imperial
expandido a escala planetaria.
Hay que que
precisar que EEUU no cifra su poder de potencia económica hegemónica en los
discursos de sus administradores (presidentes) de turno en la Casa Blanca, sino en la
imposición imperial vigente del dólar como moneda de transacción y de reserva a
escala mundial que le permite a Washington (el emisor del dólar) controlar
los procesos tanto de los mercados internos como de los mercados internacionales
del sistema capitalista a escala planetaria.
Un 80% de
las transacciones internacionales, un 70% de las importaciones mundiales y la
casi totalidad del comercio petrolero se realizan en dólares, según el Banco
Mundial y el departamento de Comercio estadounidense.
Según el
Banco Internacional de Pagos, el banco central de los bancos centrales, el dólar
continúa siendo la "moneda favorita de los bancos centrales" y representa un
55% de sus activos y pasivos en moneda extranjera.
EEUU, la primera economía mundial,
Europa, la segunda economía mundial, China, la tercera economía mundial, y
Japón la cuarta economía mundial, realizan la mayoría de su comercio en dólares (además de yenes y euros).
Si la divisa estadounidense colapsara,
colapsarían EEUU, la Unión Europea, China, India, Japón y Corea del Sur, (los mayores vendedores y
compradores del mundo), que juntos suman más 70% de la economía mundial.
Y hay un tercer factor que cierra el
círculo geométrico del poder imperial de EEUU: Las primeras 200 corporaciones
comerciales, industriales, financieras y tecnológicas del planeta (que dominan
los procesos económicos productivos y los comercios exteriores de los países a
nivel mundial) cotizan en Wall Street, valorizan sus activos en dólares y
depredan el planeta protegidas bajo el "paraguas lobbista" de las embajadas USA.
Además, las más poderosas
corporaciones económicas imperiales adquieren bonos del Tesoro de EEUU como
"refugio" ante la crisis global, y la mayoría abrumante de los países subdesarrollados o
emergentes de Asia, África o América Latina tiene sus reservas en dólares
y también adquieren papeles del banco central norteamericano para escapar del
colapso económico.
Esta realidad, estadística y
verificable, y no el discurso de los presidentes de turno en Washington,
es lo que determina las bases estratégicas del poder imperial de EEUU asentado
sobre el poder nuclear-militar y la supremacía económica global con el dólar como
moneda patrón.
En resumen, EEUU no
domina el mundo por medio de eventuales formulaciones doctrinarias
político-diplomáticas de "unilateralidad" o "multipolaridad", o por
los eventuales
discursos "democráticos" o "militaristas" de sus presidentes, sino porque
impone
al resto de los países la lógica de su poder militar y económico,
indestructible,
salvo por un estallido nuclear del planeta.
En este escenario ¿quién
puede pensar lógicamente que EEUU va a resignar "mansamente" su rol de
potencia dominante, a desaparecer como Imperio regente del sistema capitalista,
sin utilizar antes el
poder militar destructivo más poderoso del planeta?
¿Y quien
pude pensar, sin pecar de insano mental, que EEUU va a renunciar a su dominio
militar, a su condición de potencia económica capitalista dominante, para
convertirse en una Estado "democrático" que respeta el derecho de los demás por
la simple voluntad del doble discurso de Obama?.
Solamente la ignorancia generalizada sobre
quién es el empleado (Obama) y quién es el patrón (la estructura
de poder imperial que controla la Casa Blanca) permite a la prensa del sistema
poner a Obama y a sus discursos
marketineros como si fueran el centro decisivo del poder imperial.
*****
(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias.
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